Jueces: los nuevos ´´villanos´´ de la Justicia

(Imagen: E&J)

Un comunicado emitido recientemente por el Ministerio de Justicia argumenta que “no entiende las medidas de presión de los Jueces para pedir aumentos económicos en una situación de crisis como la actual…” Si nos vamos al diccionario de la lengua y buscamos la palabra demagogia, encontramos lo siguiente: “acción de expresar en público opiniones o ideas, utilizando argumentos falaces que se supone serán del agrado de los que escuchan”. Más de lo mismo: los Jueces van a ir a la huelga porque han sancionado al Juez Tirado.
En fin, no quisiera erigirme en defensora de la Judicatura, para eso ya se valen los Magistrados por sí solos, pero como espectadora imparcial que soy pues no formo parte del conflicto, he de reconocer que me cuesta superar la incredulidad que me provoca escuchar frases como que “son unos sinvergüenzas, ahora piden más dinero; tampoco yo llego a fin de mes, que se aguanten, etc., etc. Y es que hay una tendencia a comparar cosas que son de todo punto incomparables que asusta. No digamos cuando se hace con intención manipuladora y demagoga. Por supuesto que habrá Jueces que tendrán que asumir su responsabilidad, y, por supuesto, que la Justicia en España es un desastre por la escasa dotación de medios con que cuenta y el vago interés que despierta entre los gobernantes que son precisamente quienes tienen la responsabilidad de arreglarla (pero también hay muchos profesionales excepcionales, que trabajan en condiciones lamentables). Si nos quedamos en el terreno simplista y superficial que desde algún ámbito de poder, (no sólo político, quizás también mediático), se trata de implantar entre la ciudadanía, no aprenderemos nada de las devastadoras lecciones que da la práctica. Esto será grave, pero será mucho peor que, enfrascados en una confrontación inútil, no se acometa de una vez por todas, con la participación de los operadores jurídicos, la necesaria y urgente reforma de la justicia, con la dotación de medios personales y materiales necesarios para ello. Hemos oído incansablemente en los últimos días que uno de los tres poderes del Estado no puede ponerse en huelga. Si vamos a considerarlos como tal, que lo sean para todo, es decir, que el Poder del Estado al que llamamos Judicial, lo sea de verdad y no solamente cuando conviene.
Por otro lado, cuando me topo en el estrado con un Juez o con un Tribunal, o cuando como justiciable no tengo más remedio que acudir a la Jurisdicción, me daría mucha garantía saber que esos Magistrados, además de estar bien formados y tener la necesaria ecuanimidad e imparcialidad para resolver, tienen una buena compensación económica. ¿A que se acepta como legítimo en cualquier ámbito profesional cualificado? Y puestos a hablar de Poderes del Estado, ¿a que nadie cuestiona la cuantía de los sueldos que perciben los miembros del legislativo y del ejecutivo? Igualmente, me gustaría poder pensar que ese Juez tendrá la necesaria tranquilidad para ponderar y redactar su decisión, sin tener que sentirse en una factoría juridica porque un incomprensible sistema de módulos mide su profesionalidad en función del volumen de sentencias que dicta cada mes, sin importar la calidad y equidad de las mismas. ¿Sentencias a granel? ¿No será que tenemos la Justicia que algunos quieren que tengamos?
Soraya Callejo
Directora Economist & Jurist.