Abogados ricos y abogados pobres

Nos encontramos ante una profesión en la que hay enormes diferencias entre quienes la ejercen en uno de los grandes despachos y quienes tratan de subsistir de manera independiente.

En España ejercen a día de hoy unos 150.000 letrados inscritos en los distintos colegios profesionales. En total, se han analizado las retribuciones de unos 6.500 abogados de los grandes bufetes, unos 25. Los salarios han disminuido levemente, excepto para los grandes directivos, es decir, aquellos que llevan más de 10 años en nómina.

Nada más entrar, un trabajador de un gran despacho cobra unos 30.000 euros anuales. Los salarios van aumentando cada año, incluyendo una importante remuneración variable. Según el estudio, un abogado ‘junior’ cobra entre 37.019 euros y 42.067. Los que más ganan superan los 120.000 euros y, en su caso, no solo no han bajado sus sueldos, sino que han aumentado en el último año, especialmente en la parte variable.

Asimismo, se confirma la tendencia de que los grandes se van consolidando cada vez más y los pequeños cada vez necesitan trabajar más horas para ganar menos que antes. En este sentido, muchos compañeros trabajan una media de 13 horas diarias para poder sobrevivir, cosa que no todos consiguen, y muchos tienen que dedicarse a otra cosa. En España hay 100.000 abogados sin ejercer.

Los grandes despachos, por su parte, incluyen entre sus retribuciones seguros de salud privados, tiques de comida, cheques guardería, seguros de vida, teléfono gratuito, clases de idiomas, alquiler de vivienda o cuotas del gimnasio.

Muchos despachos pequeños y abogados por cuenta propia apenas ganan para pagar las cuotas y otros gastos fijos, no llegan a fin de mes y tienen que mirar cada euro, con la resignación de seguir trabajando así hasta la edad de jubilación.

Por el contrario, los grandes despachos afirman que a ellos la crisis no les ha afectado y que apenas se ha notado en los salarios.

Este optimismo contrasta con otros estudios que atienden a más tipos de abogados, como los que presenta anualmente el Consejo General de la Abogacía y que hablan de que casi el 80% de los abogados españoles cree que ahora es más difícil vivir de la profesión que antes.