Miquel Roca pide una “conducta proactiva” de la abogacía ante los cambios de la sociedad

Uno de los momentos culminantes del XIII Congreso de la Abogacía que se celebra en Tarragona ha sido la intervención de Miquel Roca, socio fundador y presidente de RocaJunyent y uno de los padres de la Constitución. Su alocución ha tenido como eje vertebrador la reivindicación de la importancia de la abogacía y la responsabilidad que esta circunstancia supone para este colectivo, que tiene la obligación de implicarse en los cambios que se producen en la sociedad.

Roca ha puesto en valor la profesión de abogado, “la mejor del mundo” porque “no hay nada tan importante, porque nosotros somos los primeros garantes de los derechos de la ciudadanía. Antes que la propia resolución de la justicia acuerde sobre la protección que debe trasladar a este ciudadano, está el abogado, que es el garante de los derechos”.

Por lo que respecta a la propuesta realizada en la inauguración del congreso por la presidenta del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega, de que haya un gran pacto por la justicia en España, Miquel Roca ha señalado que “el acuerdo es imprescindible y yo, con toda sinceridad, reclamo para los abogados, que somos los grandes operadores, que nadie mejor que nosotros puede teorizar sobre el valor del acuerdo”.

A su juicio, “esto es motivo de satisfacción, pero lo que interesa es que nos llene de también de responsabilidad”. “Tenemos una enorme responsabilidad”, ha recalcado, “y la tenemos en una sociedad que cambia aceleradamente”.

Entiende Roca que esa responsabilidad se tiene que traducir en “una conducta proactiva”. “No en una contemplación pasiva del derecho, sino la conducta de hacer posible el ejercicio de este derecho. Si nosotros somos garantes de los derechos de los ciudadanos, y lo somos, a nosotros nos corresponde tener una actitud proactiva en la línea de que esta defensa de los derechos de los ciudadanos sea realmente respetada y eficaz”, ha afirmado.

Victoria Ortega, presidenta del CGAE. (Foto: E&J)

Digitalización

Entre los grandes cambios a los que ha hecho referencia en su intervención ha dedicado un capítulo especial a la digitalización y la inteligencia artificial. “Los abogados asumimos y aceptamos el reto de la digitalización, y asumimos y aceptamos el reto de la inteligencia artificial”. Entiende, no obstante, que “sin nosotros, sin el papel de los abogados utilizando estos mecanismos y estos instrumentos al servicio de la mejor defensa de los derechos ciudadanos, esto no funcionaría”.

“La inteligencia artificial es fantástica”, ha afirmado, “pero serán los abogados los que digan en qué aspecto y en qué medida pueden utilizar todo ello al mejor servicio de los demás”. Esta reflexión le ha llevado a afirmar con rotundidad que “para entendernos, no nos van a sustituir. Nosotros vamos a complementar nuestra actividad con estos mecanismos, pero no nos van a sustituir”.

Por un momento ha dejado atrás el tono amable de su intervención para referirse a lo que ha calificado como “Estado regulador”. En este sentido, ha afirmado que “durante mucho tiempo Europa vivió todo lo que fue el Estado de bienestar, lo que se ha llamado el Estado prestacional de servicios”. Sin embargo, ahora “nos encontramos con una aparición preocupante que es del Estado regulador”, algo que para él sería un elemento extraño, ya que recuerda que en sus estudios de Derecho “a mí me hablaban del legislador. La legislación del regulador en mis libros no salía, pero de repente nos encontramos con un Estado regulador que perjudica al legislador y perjudica y limita a la propia justicia, a la que se le reserva un papel y de última instancia de última referencia”.

En este contexto, ha recordado que “no podemos negar que existe una polémica abierta sobre la situación de la justicia en España, una polémica que ayer mismo se enfatizó que requiere de un pacto de Estado”. Ante esa necesidad de pacto, la abogacía tendría una obligación de expresar su opinión y aportar ideas. Esto es así por una razón fundamental: “El acuerdo y el pacto son nuestro escenario. Es donde nos movemos y el Estado de Derecho se construye a base de pactos y acuerdos”.

A modo de conclusión, ha afirmado que “el derecho se adapta a la realidad social, una realidad social que cambia veladamente. Pero hay un primer intérprete y un primer garante de estos cambios, cuya función es la de aportar el cambio a quienes tienen que ver en qué forma se traslada a la norma. Somos nosotros los abogados los que hemos de hacerlo”.