Andy Ramos, Sara Molina y Raúl Rubio, abogados TIC: “La gestión de los negocios digitales nos ha hecho más fuertes como firma”
Pérez-Llorca consolida, con la presencia de estos juristas, el área de Derecho Digital como una de las prácticas más relevantes dentro del sector legal

Andy Ramos, Sara Molina y Raúl Rubio, tres puntales como socios del área tecnológica del despacho Pérez-Llorca. (Imagen: Pérez-Llorca)
Andy Ramos, Sara Molina y Raúl Rubio, abogados TIC: “La gestión de los negocios digitales nos ha hecho más fuertes como firma”
Pérez-Llorca consolida, con la presencia de estos juristas, el área de Derecho Digital como una de las prácticas más relevantes dentro del sector legal

Andy Ramos, Sara Molina y Raúl Rubio, tres puntales como socios del área tecnológica del despacho Pérez-Llorca. (Imagen: Pérez-Llorca)
Tres abogados que han desarrollado toda su carrera profesional en el llamado derecho tecnológico han aterrizado en Pérez-Llorca para impulsar en los casos de Andy Ramos y Raúl Rubio el área Derecho de la Propiedad Intelectual, Industrial y Tecnología de Pérez-Llorca y en el de Sara Molina la de LegalTech and Digital Transformation muy relacionada con la primera, dentro de la firma. Una práctica que sitúa a este despacho en una de las referencias dentro del sector legal en estos últimos años.
El papel del abogado especializado en derecho tic se ha situado en el centro de muchos despachos de abogados. Los negocios son cada vez más digitales y la regulación se acrecienta tanto a nivel europeo como desde un plano nacional. En este contexto el despacho que dirige Pedro Pérez-Llorca fue uno de los primeros que vio esa derivada y enfocó la firma hacia su transformación digital a nivel interno y creando una práctica jurídica potente de cara al exterior. Muchas de las operaciones de M&A tienen que ver con empresas con un componente tecnológico importante.
Nuestra conversación con Andy Ramos, Sara Molina y Raúl Rubio, expertos en tecnología ha girado sobre cuatro aspectos claves e interrelacionados entre sí, cómo ha cambiado el despacho con el desarrollo de esta práctica a nivel interno en su forma de trabajar; qué repercusión tiene con los clientes el poder dar este servicio 360 grados en materia de Derecho TIC; el marco normativo complejo y creciente que preocupa a las empresas y, por último, el apoyo al desarrollo de la IA en las empresas que hacen estos expertos en su día a día.
Sobre la primer cuestión Andy Ramos, que llegó al despacho en 2019, ha sido testigo directo del cambio interno de la firma “el mensaje que nos transmitió Pedro Pérez-Llorca es que quería contar con el mejor equipo de derecho IT, Derecho de Tecnologías de la Información y Derecho IP, Propiedad Intelectual de España. La practica se ha creado desde cero. Primero entré yo, luego Eduardo Castillo, como socio responsable de litigación en IP, luego se sumó al equipo Raúl Rubio y más tarde Sara Molina. Recientemente se ha incorporado Cristina Duch para reforzar el área de IP en la oficina de Barcelona. Ahora hemos logrado cubrir la práctica a nivel global”.
Estos tres juristas han visto la evolución de la firma en estos últimos siete años. Andy Ramos fue el primero en llegar. Se unió como counsel en 2019 y fue nombrado socio en 2022, especializado en tecnología e intangibles. “Es un firma que tiene las cosas claras en cuanto a su hoja de ruta con Julio Lujambio, socio ejecutivo de Pérez-Llorca. Es un despacho moderno donde destacan sus sistemas de información y ese afán por buscar la última tecnología para ayudar a eficientar todos los procesos es algo que llama la atención. Ahora somos más grandes por la apuesta en América Latina del despacho”.
Para Raúl Rubio, abogado con trayectoria relevante en despachos internacionales “mi llegada a la firma tuvo que ver con que el despacho vivía y vive un momento vital muy interesante. La propuesta de Pérez-Llorca de impulsar este área de asesoramiento global en derecho tecnológico con un componente internacional hizo que aceptara el reto de incorporarme a este proyecto tan ilusionante. Esta práctica nos permite dar servicio a una tipología de cliente muy dispar, desde la gran multinacional, el cliente español, gran empresa en algunos casos sociedad cotizada, con un visión muy centrada en hacer cosas nuevas”.
En el caso de Sara Molina, su trayectoria desde el marketing jurídico en sus inicios profesionales siempre estuvo vinculada al mundo de la tecnología y la innovación. Ahora confiesa que es una gran oportunidad y satisfacción estar en este equipo tecnológico de Pérez-Llorca. Es el único proyecto del mercado que ha apostado por un equipo fuerte y global en materia de derecho tecnológico. Tenemos a los mejores compañeros para impulsar esta apuesta estratégica de la firma donde se apuesta por la transformación digital de forma real de las firmas en un momento también de cambio interino de nuestra organización”.

Andy Ramos explica que las empresas clientes les piden una mayor involucración en el negocio y más contacto con el regulador. (Imagen: Pérez-Llorca)
Una apuesta estratégica
Esta expansión ha hecho que las áreas de IP y IT en Méjico y en breve la de Colombia, aún pendiente de cerrarse la integración con un despacho puntero de este país, sean muy potentes, con una veintena de abogados. “Ahora el proyecto pasa por crear un área transversal común en esta actividad que aúne a los abogados que estamos en España con los de otras jurisdicciones”, dice Ramos.
Por su parte, Molina explica que “trabajamos muy orientados al cliente y eso es importante. El uso de la IA a nivel interno está más maduro que en otros despachos. Son dos elementos que definen ahora las señas de identidad de Pérez-Llorca como despacho. Y sobre todo hay una apuesta clara de trabajar en esta práctica de derecho tecnológico a nivel global con la organización de equipos transversales donde nos apoyamos unos a otros. Al final podemos responder a todas las necesidades del cliente. Ahora trabajamos entre otros temas, en incorporar la tecnología a los contratos de los clientes e ir incorporando lo que es la IA tanto en la parte de contratos como de generación documental”.
Para Rubio “una de las cosas que llama la atención a nivel interno es la ausencia de burocracia interna, lo que nos hace trabajar mejor. Pese a ser una organización grande tiene poca complejidad. Al mismo tiempo el conjunto de los profesionales tenemos un perfil muy técnico. Estamos orientados al trabajo de calidad. Eso hace que la colaboración de especialidades en las distintas oficinas del despacho sea fructífera y recurrente. Al final podemos adaptarnos a las necesidades y tiempos del cliente sin demasiados problemas. El cliente quiere que estemos más cerca de negocio y que les asesoremos en todas sus necesidades legales”.

Sara Molina advierte que la implementación de la IA en las empresas es compleja: no hay soluciones a medida; hay que ver el negocio de cada empresa y su marco normativo. (Imagen: Pérez-Llorca)
Nuevas relaciones con el cliente
Sobre las relaciones con el cliente, parece claro que se ha estrechado esa relación profesional jurídica que empezó por algo concreto y ahora es algo más integral “. Ahora la empresa quiere que seas su partner estratégico y que conozcas bien su negocio, además de la regulación que le afecta. Muchos de ellos tienen un área legal con varios abogados. Ahora nos piden que entendamos la intersección existente entre su negocio, lo jurídico y la tecnología. Este es uno de los cambios más notables de estos últimos veinte años que con la irrupción de la tecnología se acrecienta”, apunta Andy Ramos.
Sobre esta cuestión Raúl Rubio matiza “hay que darse cuenta que la función legal ha cambiado mucho. El abogado inhouse tiene un papel más estratégico dentro de su empresa, lo que le obliga a tener una visión legal más completa de su negocio. Nosotros como asesores externos les apoyamos ese papel que tienen más directivo en el seno de su organización. Nos piden que aportemos valor de cara a que esa área jurídica pueda consolidarse en el seno de cada empresa. Los departamentos jurídicos de las empresas han evolucionado, cuestión que ha cambiado nuestra relación profesional con ellos”.
En este contexto uno de los elementos donde los abogados inhouse reclaman ayuda a firmas como Pérez-Llorca, es el marco normativo. En lo que son los negocios digitales, la normativa que proviene de Europa, tanto a nivel de directivas que habrá que trasponer como Nis2, como de Reglamentos tipo Inteligencia Artificial (RIA) o el RGPD europeo, genera cierto estrés en las empresas para su cumplimiento. “Europa debe aspirar a una simplificación normativa que ayudará a una mejor eficiencia a la hora de su implementación. De todas formas, los cambios que se plantean no serán inmediatos con lo que se mantendrá la relación existente entre la regulación y los negocios”, indica Rubio.

Raúl Rubio cree que la simplificación normativa es necesaria en un momento en el que Europa se lo plantea: “Parte de nuestro trabajo está en asesorar a las empresas». (Imagen: Pérez-Llorca)
Desde su punto de vista “es absolutamente necesaria esa simplificación. Para que se haga debe haber mayor comunicación entre los legisladores, reguladores y sector privado. En muchos casos, en especial en España parece que esos puentes no están bien construidos. Difícilmente se podrá mejorar esa regulación si no se mide el impacto que ha tenido en el pasado y el impacto jurídico económico que puede tener en el futuro. Ahora las empresas procuran sacar el máximo partido a las reglas de juego existentes a nivel normativo. Muchos de los cambios regulatorios que se están generando hay que verlos en clave de oportunidad y no de riesgo o de sanción”.
Para Sara Molina, “es evidente que a los clientes les preocupa el amplio y complejo marco normativo que deben cumplir. En cuestiones como la gobernanza del dato o de la IA, tratan de identificar casos de uso para poder cumplir con la normativa. En este contexto, necesitan de abogados como nosotros que entiendan las dos vertientes: que se puedan plantear que este es un caso de uso que utiliza la empresa, que lo entiendan desde un punto de vista técnico jurídico. En ese sentido buscan profesionales que les ayuden a ese acercamiento, porque si te quedas con una de las partes, se queda cojo ese asesoramiento que quieren recibir”.
En opinión de Andy Ramos, “otro de los cambios que se perciben a lo largo de esos últimos años tiene que veré con que la empresa se preocupa mucho más del regulación. En algunos casos nos piden que transmitamos al legislador en que sentido están haciendo esos cambios normativos. De ahí que se creen esos puentes entre las empresas y los legisladores. Para eso acuden a nosotros de cara a que podamos transmitir su opinión sobre dicha regulación y en qué sentido tiene que ir. En las consultas publicas que abre el legislador cada vez más el papel nuestro de abogados es el de presentar propuestas de nuestros clientes sobre determinadas normas que se aprueban luego”.

Andy, Raúl y Sara ya se conocían desde hace años, pero ahora forman uno de los equipos más valorados dentro del sector legal. (Imagen: Pérez-Llorca)
La irrupción de la IA en el sector legal
En este contexto la irrupción de la IA en el mundo jurídico está generando un cambio de paradigma comparable a cuando Internet se puso en marcha. En el caso de Pérez-Llorca, define sus modelos de uso interno con partners como Legora, entre otros, pero también asesoran a las empresas en el uso de la tecnología y el cumplimiento de la legalidad. “Fuimos el primer despacho que creo una política de uso de la IA a nivel interno. Es fundamental que la empresa sepa que herramientas puede utilizar y cuál puede ser esa aportación de valor”, señala Ramos.
Por su parte Rubio matiza que “los clientes nos piden cada vez más un tiempo de repuesta más inmediato en determinadas cuestiones que les preocupan, a la vez que seamos más claros en nuestros informes y dictámenes. Al mismo tiempo ayudamos a las asesorías de empresa a optimizar el uso de esas herramientas de IA que no siempre utilizan de forma plena. La experiencia de la implementación de Legora a nivel interno nos ha ayudado mucho en el conocimiento y uso de la IA, de cara a nuestros clientes. Ahora vamos a un concepto de datificación del derecho, donde aspectos de la profesión se van a basar en datos objetivos donde la tecnología nos ayudará procesarlos y a visualizarlos para transmitir esa información al cliente”.
Sobre el uso de la IA por parte de las empresas, Molina destaca que “la realidad es que el cliente ya está utilizando esas herramientas para determinadas actividades y pide un apoyo legal desde la excelencia y la aportación de valor. En muchos casos empezaron testando esas herramientas para ver su utilidad. Nosotros trabajamos sobre casos concretos cómo podemos ayudar a nuestros clientes en la implementación de dichas herramientas. Las empresas utilizan la IA en cada área de negocio para una determinada cuestión, dependiendo de su negocio, aunque se observan tendencias a nivel contractual y de chatbots. Se trata de tener algo a medida y ver cómo esa tecnología aporta valor al negocio”.
