Los despachos que crean bancos internos de redacciones legales logran más eficiencia y aceleran la formación de sus abogados
Un repositorio con cláusulas y escritos modelo, organizado con tags inteligentes, evita duplicar esfuerzos y asegura consistencia en el trabajo del bufete
(Imagen: E&J)
Los despachos que crean bancos internos de redacciones legales logran más eficiencia y aceleran la formación de sus abogados
Un repositorio con cláusulas y escritos modelo, organizado con tags inteligentes, evita duplicar esfuerzos y asegura consistencia en el trabajo del bufete
(Imagen: E&J)
Uno de los retos más habituales en los despachos de abogados es evitar que el conocimiento quede fragmentado entre distintos miembros del equipo. Cada abogado, con el tiempo, va perfeccionando redacciones, fórmulas jurídicas y estilos de argumentación que resultan especialmente efectivos en determinados contextos. Sin embargo, si este conocimiento no se organiza ni se comparte, el despacho pierde eficiencia y se expone a duplicar esfuerzos. Por eso, cada vez más firmas están creando bancos internos de redacciones modelo con sistemas de tags inteligentes, que permiten recuperar de forma rápida y precisa las mejores cláusulas, escritos o demandas ya elaboradas.
La lógica detrás de este sistema es sencilla: recopilar aquellos documentos que han demostrado ser efectivos o que representan un estándar de calidad del despacho, almacenarlos en una base común y añadir etiquetas que faciliten su búsqueda. Los tags pueden responder a criterios diversos, como tipo de caso (laboral, mercantil, penal), tribunal (juzgado de primera instancia, sala de apelaciones), tono (formal, conciliador, técnico), o incluso fase procesal (demanda inicial, contestación, recurso). De esta forma, al enfrentarse a un nuevo asunto, un abogado no parte de cero, sino que puede apoyarse en materiales previos, adaptarlos y ajustarlos al caso concreto.
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