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Despachos legales ‘new generation’: la nueva era de nativos de la IAG

El futuro pertenece a aquellos que entiendan que el mejor abogado del siglo XXI es un equipo humano-IA

El impacto de la IA va a cambiar de forma notable la gestión en los despachos de abogados. (Imagen: E&J)

Patricia Frade

Abogada Digital y Analista de Negocio TIC




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




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Despachos legales ‘new generation’: la nueva era de nativos de la IAG

El futuro pertenece a aquellos que entiendan que el mejor abogado del siglo XXI es un equipo humano-IA

El impacto de la IA va a cambiar de forma notable la gestión en los despachos de abogados. (Imagen: E&J)

La configuración tradicional del despacho de abogados va a experimentar una transformación radical. Nos aproximamos a una realidad donde no hay papel, apenas teclados físicos y escasos monitores en los despachos. Con planes estratégicos en ciberseguridad y compliance donde se integrarán la protección de datos, la gestión de riesgos y el cumplimiento de normativas para asegurar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información de forma continua.

Los abogados, mayoritariamente menores de 35 años, conversan con la IA del despacho como si fuera un socio más, diseñando estrategias legales en interfaces holográficas que flotan en el aire así como estrategias de defensa de los intereses de los clientes. Las llamadas son recepcionadas por asistentes virtuales que las catalogan por nivel de complejidad para dar respuestas adecuadas, mientras los humanos actúan como supervisores.

Global IA

La transición hacia los nativos IAG

Esta realidad marca el paso de la actual «era internet» a la era de los «nativos de la IAG». Esta transición no es una sustitución, sino una simbiosis forzada por una nueva generación de juristas que no concibe el Derecho sin el auxilio de procesadores de lenguaje natural. La inserción de estos «nativos de la IAG» marca en el mercado laboral una brecha generacional más profunda que la que ha visto nunca el sector legal.

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Ventaja competitiva: el pensamiento algorítmico

La ventaja fundamental de estos jóvenes no reside en su habilidad para usar herramientas, sino en su capacidad para «pensar algorítmicamente» el Derecho, acompañada de formación jurídica de sus años universitarios con idea de ponerla en práctica con constancia, esfuerzo, aprendizaje profesional desde la ética y responsabilidad gracias al acompañamiento de los seniors.

Sinergia intergeneracional

Los seniors, con experiencia consolidada en materias específicas, basan su estrategia en la intuición forjada en miles de casos y las grandes posibilidades y abanicos que permite mejorar el trabajo con la IA. Mientras el junior alimenta «agentes» de IA personalizados para ese despacho concreto, con las necesidades específicas de la firma, incorporando jurisprudencia relevante, escritos de la parte contraria e incluso la tendencia de cada juez de un determinado Tribunal de Instancia al resolver casos concretos, obtenido del análisis de sentencias previas de interés pero con la particularidades de la firma y las formas de defensa concretas que se realicen en la misma y que mejor beneficien a sus clientes.

En minutos, la IA genera 10 posibles líneas de defensa, cada una con análisis predictivo de éxito, identificando debilidades argumentales que al cerebro humano se le escaparían, con normativa totalmente actualizada en tiempo real.

En cambio el senior tiene la experiencia, recursos persuasivos y emocionales, y marca profesional; el junior, un laboratorio de estrategia legal en constante crecimiento y mejora ya sea en su terminal o desde cualquier ubicación.

Los despachos de abogados han creado un grupo de trabajo para analizar los desarrollos tecnológicos, entre ellos, la inteligencia artificial. (Imagen: E&J)

Redefinición del rol ‘junior’

Para los jóvenes que se incorporan a grandes despachos por cuenta ajena, su rol ha mutado del de «aprendiz» al de «catalizador». Ya no son los encargados de las tareas tediosas y repetitivas, las primeras en ser automatizadas. Ahora se espera que sean los «traductores» entre la vasta experiencia de los socios seniors y el potencial ilimitado de la tecnología. Son quienes proponen usar gemelos digitales del caso para simular el interrogatorio de un testigo, o aplican análisis de «IA afectiva» para medir la posible reacción de un jurado ante determinado alegato.

La encrucijada de los profesionales ‘seniors’

Esta nueva realidad ha colocado a los abogados seniors en una encrucijada. Su profundo conocimiento del derecho y su insustituible inteligencia emocional en el trato con el cliente y en la sala del tribunal siguen siendo el activo más valioso. Sin embargo, sin la capacidad de integrar las herramientas que sus colegas más jóvenes manejan con fluidez, corren el riesgo de convertirse en artesanos en un mundo industrializado.

El abogado que insiste en redactar un recurso desde cero, basándose únicamente en su memoria y sus manuales, es superado en eficiencia y eficacia por el joven que utiliza IA para generar un borrador impecable en segundos, dedicando su tiempo a la personalización estratégica y el pulido final.

Colaboración intergeneracional: la clave del éxito

Como se observa en las firmas más punteras, la clave del éxito es la colaboración intergeneracional. Se crean equipos híbridos donde un socio senior aporta la visión estratégica y la sabiduría del precedente, mientras un asociado junior utiliza la IA para validar, refutar o enriquecer esa visión con datos y análisis predictivos.

El senior pregunta: «¿Cuál es el mejor camino en esta X caso?». El junior responde: «He simulado los tres caminos que propusiste. El primero tiene un 85% de probabilidad de éxito, pero expone al cliente a un riesgo reputacional que no habíamos contemplado. El segundo es más seguro, pero limita la indemnización. La IA sugiere un tercer camino híbrido, combinando la doctrina del caso X con la estrategia del caso Y. Aquí tienes la simulación».

Conclusión: el futuro de la profesión

La era de la IA no ha eliminado la necesidad de abogados, sino que ha elevado el listón de lo que significa ser uno de ellos. Los jóvenes que entran en la profesión no solo deben conocer las leyes; deben dominar la lógica que gobierna los algoritmos que las interpretan, los riesgos, los datos utilizados y las responsabilidades correspondientes. Tienen la ventaja de haber sido formados en un mundo donde la IA es su lengua materna, fluidez que les permite ser más eficientes e imaginar nuevas formas de ejercer el derecho.

El futuro no pertenece a las máquinas, ni a los abogados que se niegan a evolucionar. Pertenece a aquellos que, con la sabiduría de la experiencia o con la audacia de la juventud, entiendan que el mejor abogado del siglo XXI es un equipo humano-IA.

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