Las claves del Anteproyecto del Estatuto de las Personas en Formación Práctica No Laboral
El texto, ya aprobado, nace ante la necesidad de poner fin a las situaciones de precariedad y sustitución encubierta de empleo bajo la figura del becario
(Imagen: E&J)
Las claves del Anteproyecto del Estatuto de las Personas en Formación Práctica No Laboral
El texto, ya aprobado, nace ante la necesidad de poner fin a las situaciones de precariedad y sustitución encubierta de empleo bajo la figura del becario
(Imagen: E&J)
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 4 de noviembre el anteproyecto de ley que crea el Estatuto de las Personas en Formación Práctica No Laboral, conocido popularmente como Estatuto del Becario. Esta nueva norma busca establecer por primera vez un marco común para todas las prácticas formativas no laborales, con el objetivo de garantizar derechos, prevenir abusos y promover la igualdad de oportunidades en el acceso a la formación práctica.
El texto nace como respuesta a una demanda histórica del estudiantado y del mundo académico, que reclamaban una regulación clara que pusiera fin a las situaciones de precariedad y sustitución encubierta de empleo bajo la figura del becario.
Las claves del nuevo Estatuto
- Ámbito de aplicación: se extiende a las prácticas vinculadas a los grados de Formación Profesional, enseñanzas artísticas o deportivas, especialidades formativas del Sistema Nacional de Empleo y prácticas universitarias, tanto curriculares como extracurriculares.
- Garantías e igualdad: el Estatuto pretende eliminar la figura de los “falsos becarios”, reforzar el carácter formativo de las prácticas y garantizar la igualdad.
- Carácter formativo: en ningún caso las prácticas podrán sustituir funciones propias de una persona trabajadora. La actividad deberá estar directamente relacionada con el itinerario formativo del estudiante.
- Tutoría y límites: cada tutor o tutora podrá supervisar como máximo a cinco personas en formación, y el total de becarios no podrá superar el 20% de la plantilla de la empresa.
- Compensación y derechos: las personas en prácticas tendrán derecho a la compensación de gastos, descansos, y al acceso a los servicios del centro de trabajo en igualdad de condiciones que el resto del personal.
- Protección frente al acoso: se crea una Comisión de Seguimiento de la Formación Práctica en el ámbito empresarial
- Supervisión e inspección: la Inspección de Trabajo y Seguridad Social podrá acceder a toda la documentación vinculada a las prácticas.
Una norma aún en trámite
El texto todavía no ha entrado en vigor. Actualmente se encuentra en fase de revisión por los órganos consultivos y deberá regresar al Consejo de Ministros.
Su futuro legislativo, sin embargo, no está garantizado. La actual fragmentación política, marcada por la ruptura del pacto de investidura con Junts y las tensiones entre el Ministerio de Trabajo y la parte socialista del Gobierno, podría dificultar su aprobación definitiva.
Un paso simbólico hacia la dignificación de las prácticas
Más allá de su recorrido parlamentario, el Estatuto del Becario representa un avance simbólico y político: reconoce por primera vez a las personas en formación práctica como sujetos de derechos, y no como mano de obra de bajo coste.
En un contexto donde las nuevas generaciones reclaman oportunidades reales de aprendizaje y una inserción laboral justa, esta norma se presenta como un punto de partida para repensar la transición entre la educación y el empleo. Su aprobación definitiva marcaría un hito en la protección de la juventud y en la lucha contra la precariedad estructural en España.





