Cómo documentar decisiones improvisadas tomadas en un pasillo del juzgado
Una nota de voz estandarizada de 20 segundos, subida después al expediente, evita olvidos y garantiza trazabilidad en momentos de máxima presión
(Imagen: E&J)
Cómo documentar decisiones improvisadas tomadas en un pasillo del juzgado
Una nota de voz estandarizada de 20 segundos, subida después al expediente, evita olvidos y garantiza trazabilidad en momentos de máxima presión
(Imagen: E&J)
Quien haya ejercido en tribunales sabe que muchas decisiones relevantes no se toman en un despacho tranquilo ni en una reunión formal, sino en ese espacio caótico, ruidoso y casi siempre improvisado que es el pasillo del juzgado. Allí se negocian conformidades, se ajustan estrategias de última hora, se acuerdan turnos de intervención e incluso se cierran detalles procesales que luego condicionan todo el procedimiento. El problema es que, por su propia naturaleza, estas decisiones suelen quedar en la memoria del abogado, en un comentario suelto o en un papel sin registrar. Y en un entorno jurídico donde cada detalle cuenta, depender de la memoria es un riesgo innecesario. De ahí surge la propuesta de documentar sistemáticamente estas resoluciones improvisadas mediante una nota de voz estandarizada de 20 segundos que se sube después al expediente digital.
Este método tiene una ventaja fundamental: es inmediato. No exige detenerse a redactar un correo o preparar un informe; basta con grabar una pequeña nota al salir del juzgado —o incluso aún en el pasillo, si la situación lo permite— y dejar constancia objetiva de lo que se ha decidido y por qué. Esta inmediatez elimina la posibilidad de que la información se pierda entre llamadas, conversaciones posteriores o el propio ajetreo del día. Después, esa nota de audio se sube al expediente digital, donde queda archivada como prueba de la decisión y referencia para el resto del equipo.
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