Cazorla Abogados celebra su 15º aniversario como boutique legal referente en la salvaguarda de la seguridad jurídica

Magistrados del Tribunal Constitucional como Enrique Arnaldo o María Luisa Segoviano, académicos de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación (RALYLE), de la que Luis María Cazorla es presidente, así como el abogado Bernardo Cremades; la fiscal del Supremo Consuelo Madrigal; el catedrático de Derecho del Trabajo Francisco de los Cobos; la exvicepresidenta del Tribunal Constitucional; Encarna Roca; Manuel Pizarro, anterior presidente de la entidad; el socio de Público de Broseta, Alberto Palomar; o Antonio Fernández de Bujan, catedrático de Derecho Romano de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Junta de Gobierno, entre otros, acudieron a la celebración del 15º aniversario de Cazorla Abogados como boutique legal.

En el marco de la Real Fábrica de Tapices, la velada fue bastante animada por la presencia de ilustres juristas. Junto a ellos, destacados dirigentes de empresas del IBEX y otras organizaciones vinculadas a este despacho, así como colegas de otros despachos de abogados que acudieron también a celebrar esta efeméride. En los corrillos se hablaba de la posible huelga de jueces y fiscales; de la instrucción del juez Peinado; de los tribunales de instancia que arrancan este 1 de julio; y, sobre todo, de la capacidad de convocatoria de Cazorla Abogados por convocar a tanto jurista de primer nivel.

La vinculación de la firma al arbitraje comercial también propició que acudieran a este velada juristas especializados en esta práctica, todos ellos primeros espadas en la práctica arbitral, como fueron los casos de José María Alonso, presidente de CIAM-CIAR; Adolfo Díaz Ambrona, secretario general de la Corte Española de Arbitraje; el abogado y arbitro Gonzalo Stampa; la socia de Maio Legal, Carmen Pérez; y los miembros de CIMA, el presidente Juan Serrada y el secretario general Francisco Ruiz, que confirmaron que la entidad arbitral celebraba elecciones este 25 de junio.

Cazorla Abogados como firma jurídica se estructura alrededor de tres generaciones de abogados. El origen hay que fijarlo en la figura de Luis Cazorla Navarro, que fue abogado y militar, como primer antecedente más próximo. La boutique se constituyó en octubre del 2010 por el propio Luis María Cazorla, en colaboración con Luis Cazorla González-Serrano e Ignacio Martín como socios fundadores de la firma.

En estos 15 años el despacho ha crecido de forma notable en prácticas y profesionales como firma especializada en asuntos complejos. Ahora cuenta con Pablo Cazorla González-Serrano como cuarto socio y con una quincena de profesionales entre abogados y personal de apoyo. La incorporación de Luis Marti como consejero, exdecano del ICAM y expresidente de la UIBA, quien estaba presente en el evento, ha ayudado a impulsar la práctica de arbitraje y los negocios en América Latina.

Uno de los momentos álgidos de este evento tuvo lugar con las intervenciones que se sucedieron en esta celebración. Antonio Garamendi, presidente de CEOE, abrió el turno de palabra para elogiar el trabajo de la firma española en general y la trayectoria de Luis María Cazorla, jurista todoterreno: “El despacho es sinónimo de eficacia, eficiencia, transparencia y confianza. La confianza es clave en los negocios y en un momento como el actual es fundamental que los empresarios tengamos buenas leyes porque ellas generan seguridad jurídica”.

En unos términos parecidos se manifestó Santiago Martínez, secretario general y del Consejo de Administración de Iberdrola, quien alabó el trabajo de los abogados de Cazorla Abogados. De hecho, reconoció que contar con ellos como asesores legales en determinados asuntos les había ayudado a crecer hasta ser una de las empresas líderes del sector a nivel internacional. También habló de seguridad jurídica, clave para generar ese tipo de negocios.

Se quedó pequeña la Fábrica de Tapices ante tanto operador jurídico que acudió a este evento del 15º aniversario de Cazorla Abogados. (Imagen: Cazorla Abogados)

Un servicio de calidad

Para Alfredo Berges, presidente de la Asociación Española de Normalización, UNE, así como del Consejo de Administración de la Corporación Confedere, sociedad holding de AENOR, destacó el apoyo profesional de Cazorla Abogados como despacho de referencia en distinto asuntos en los que ha sido asesorada esta entidad. También aludió al gran trabajo de Luis Cazorla González-Serrano como secretario general de AENOR.

En su intervención ante los asistentes Luis María Cazorla, socio presidente indicaba que “celebramos con mucha alegría y orgullo los 15 años de Cazorla Abogados. Este despacho es fruto de una evolución natural desde el bufete Cazorla, que a lo largo del tiempo ha ido dando paso a una firma colectiva, moderna, consolidada y referente”.

En su opinión “es especialmente emotivo ver cómo este proyecto es heredero de una tradición de tres generaciones de juristas, cada una aportando su visión, su experiencia y su compromiso con el Derecho. Esa continuidad y a su adaptación a las formas y procederes más modernos y actuales es uno de nuestros mayores activos. La vocación jurídica y académica, el rigor técnico y el respeto por la buena práctica profesional siguen siendo hoy tan esenciales como en los orígenes”.

Por su parte, Luis Cazorla González-Serrano, socio director de la firma, destacaba en su turno de palabra, que “estos 15 años han sido una etapa bonita de construcción desde una firma o marca personal a una firma o marca colectiva, en la que hemos forjado una identidad colectiva sólida y reconocible, con atributos que hoy definen a Cazorla Abogados en el mercado: excelencia, rigor técnico, independencia y confianza”.

“Como boutique jurídica hemos apostado por un modelo de servicio basado en la excelencia, la cercanía y el trabajo a medida, bajo una estructura de ventanilla única que nos permite dar respuestas integrales a nuestros clientes. Todo ello ha sido posible gracias al respaldo constante de nuestros clientes y a la fuerza de nuestro equipo, comprometido, brillante y cohesionado. Afrontamos el futuro con ambición, con la voluntad firme de seguir creciendo, abiertos a nuevas oportunidades y afrontando con solvencia los retos jurídicos y empresariales que se nos presentan”, indicaba.

Luis María Cazorla, socio presidente de Cazorla Abogados, ejemplo de jurista total, hablando de excelencia. (Imagen: Cazorla Abogados)

Una marca de referencia

En conversación previa a este evento con Economist & Jurist, el socio director de Cazorla Abogados señalaba que “queremos continuar creciendo sin renunciar a lo que nos define: un enfoque exigente, personalizado y comprometido. El objetivo para la próxima década es consolidar lo construido, fortalecer nuestras áreas de práctica y seguir explorando nuevos sectores con un servicio de alto valor añadido. Nuestra ambición no es convertirnos en un despacho grande por tamaño, sino por impacto”.

Respecto a las claves del éxito de esta boutique jurídica integral, Cazorla destacó “nuestro rigor científico y técnico junto con nuestro modelo de acompañamiento a medida del cliente y de entendimiento de sus necesidades diarias y de ventanilla única y la confianza que ello genera en el cliente. Son claves para que nuestra propuesta de valor añadido se haya consolidado en un mercado tan complejo como el de la abogacía de los negocios actual. Para nosotros, ser una boutique jurídica no es una cuestión de nicho temático, sino de cómo entendemos la abogacía: con cercanía, agilidad, profundidad y vocación de excelencia”.

Sobre la excelencia indicaba que “hay que cultivarla a diario. No basta con aspirar a ella: hay que construirla con procesos internos sólidos, una cultura profesional compartida y un equipo que entienda que cada asunto es una oportunidad para demostrar ese compromiso. En nuestro caso, el ejemplo de los socios, el orgullo por el trabajo bien hecho y la formación continua son los pilares de esa exigencia sostenida. Al ser una boutique apostamos por un modelo de trabajo meticuloso, personalizado y orientado al detalle porque cada cliente requiere una solución a medida”.

En cuanto a la tecnología, subrayó que es “una aliada imprescindible, pero debe estar al servicio del criterio jurídico, no sustituirlo. La utilizamos para optimizar tareas repetitivas, agilizar procesos internos y mejorar la gestión documental. Recientemente hemos integrado soluciones de inteligencia artificial para reforzar ciertas dinámicas de trabajo, siempre dentro de marcos normativos y de gobernanza muy estrictos. La clave está en sumar eficiencia sin sacrificar la profundidad ni la calidad del análisis”.

Otro rasgo distintivo de algunos de los profesionales de la firma es su vinculación a la universidad: “La investigación y la docencia nos obligan a mantenernos en constante revisión, estudio y actualización. Varios socios están vinculados a la universidad desde hace años, lo que genera un ecosistema intelectual exigente que se traduce directamente en la práctica. Este enfoque nos permite anticipar tendencias doctrinales, interpretar con mayor profundidad los cambios normativos y ofrecer soluciones más robustas y argumentadas”.

Foto para la historia, octubre del 2010, la constitución de Cazorla Abogados por sus tres socios fundadores: Luis Cazorla González-Serrano; Luis María Cazorla Prieto e Ignacio Martín. (Imagen: Cazorla Abogados)

Contacto con el cliente

El despacho nació con una vocación muy clara: ofrecer un asesoramiento jurídico transversal, con rigor técnico y un trato humano que marcara la diferencia. “A lo largo de estos 15 años hemos mantenido esa premisa, creciendo de manera orgánica y estable, hasta convertirnos en una firma de referencia” apunta.

También indica que “lo hemos hecho sin perder el contacto directo con el cliente ni sacrificar la personalización, incluso cuando hemos asumido asuntos complejos de gran envergadura”.

En opinión del socio director de Cazorla Abogados, “esa fusión ha sido una de nuestras grandes fortalezas. Por un lado, el legado familiar nos ha transmitido una forma de ejercer la abogacía basada en valores sólidos: ética, respeto y vocación de servicio. Por otro, la experiencia en grandes despachos internacionales nos ha dado estructura, exigencia y  visión estratégica. El resultado es una firma que combina alma y método, algo que nuestros clientes perciben desde el primer contacto”.

A su juicio, “el mayor reto es combinar el conocimiento técnico con una comprensión clara del entorno empresarial. Ya no basta con saber Derecho mercantil, hay que entender cómo piensa el cliente, cuáles son sus objetivos de negocio y cómo se articula la negociación. Las operaciones de inversión, reestructuración o financiación requieren anticipación, claridad y una estrategia legal bien alineada con la visión empresarial. Y eso exige mucha preparación”.

Sobre la profesión de abogado, Luis Cazorla González-Serrano destaca que “es una fuente constante de responsabilidad y orgullo. Representa una forma de ejercer la profesión que pone en el centro la integridad, el compromiso y el respeto por el cliente. Ese legado nos recuerda que el verdadero valor de un abogado no se mide solo por los éxitos jurídicos, sino por la confianza que deja en sus clientes. Es una herencia que nos obliga a dar siempre lo mejor”.