De Thomas A. Edison a la cuchilla de afeitar de Gillette: Elzaburu desde 1865 protege las ideas que cambiaron el mundo
Esta firma jurídica aglutina en un museo en el que se rinde homenaje a algunos de los inventos y marcas registrados por el despacho a lo largo de sus 160 años

Elzaburu, una marca que cumple 160 años de vida como referente. (Imagen: Elzaburu)
De Thomas A. Edison a la cuchilla de afeitar de Gillette: Elzaburu desde 1865 protege las ideas que cambiaron el mundo
Esta firma jurídica aglutina en un museo en el que se rinde homenaje a algunos de los inventos y marcas registrados por el despacho a lo largo de sus 160 años

Elzaburu, una marca que cumple 160 años de vida como referente. (Imagen: Elzaburu)
Thomas A. Edison, Alexander Graham Bell, Juan de la Cierva, los hermanos Lumière o Alfred Krupp registraron sus patentes con Elzaburu, siendo testigos de grandes invenciones como la bombilla, el teléfono o mejoras en la fotografía.
El despacho que nació en 1865 como agencia de propiedad industrial, con registro de patentes, marcas y diseños ha evolucionado a lo largo de estos años a un modelo integral de gestión de los intangibles, con servicios que necesitasen los titulares de esas patentes y marcas.
Es Elisa Prieto, responsable de gestión del conocimiento de la firma en los últimos 25 años, quien explica a E&J los detalles más novedosos de Elzaburu que ostenta el título de firma decana en España de propiedad industrial e intelectual. Marcas como Nestlé, Dunlop, Unilever, Harley Davidson, GSK o Martini son algunas de ellas que esta firma española protege desde sus inicios viéndolas nacer y evolucionar.
Cinco generaciones de la familia Elzaburu, con el actual presidente Alfonso Díez de Rivera, contemplan a esta entidad. Nos aclara, nuestra interlocutora que la primera generación la inició Julio de Vizcarrondo, abogado y político de origen portorriqueño. Tras una estancia en EE.UU. donde se casó acabo recalando en Madrid.
Su trabajo empezó en España como representante legal de empresas extranjeras en España sobre todo de EE.UU., Inglaterra y Alemania. Era un época de gran movimiento e inversiones en Europa. Pasados unos años Vizcarrondo se especializo en patentes y marcas, sobre todo en patentes en los primeros años. Vizcarrondo muere sin descendencia y hereda el negocio Francisco Elzaburu Vizcarrondo, su sobrino, que es el que introduce el nombre de Elzaburu.
La empresa tuvo varias sedes, siempre en la ciudad de Madrid a lo largo de estos años como referente, salvo en la Guerra Civil, donde tuvieron que trasladarse a San Sebastián salvo una pequeña oficina en Madrid. En aquel momento estaba al frente Alberto Elzaburu Fernández, padre de Alberto de Elzaburu, quien no perdió el contacto con los clientes pese al a contienda bélica. En aquella etapa cualquier empresa que quería hace negocio en nuestro país, encontraba a Elzaburu como su socio estratégico para proteger sus patentes y marcas y hacer esos registros.
En este contexto, la empresa llega a su oficina de la calle Miguel Ángel en los años 60, donde han estado más de 70 años hasta el traslado de Elzaburu a la planta 28 de la Torre de Cristal, ubicada cerca del madrileño Hospital La Paz.
Uno de los elementos claves que puntualiza Elisa del crecimiento de la firma es la posibilidad de trabajar desde el principio el negocio en los tres idiomas claves, como son el inglés, francés y el alemán. En aquellos primeros años Elzaburu también hacia los registros en Portugal y en Hispanoamérica, tanto patentes como marcas.
A lo largo de esta conversación conocemos que son muchos los hitos del desarrollo de la propiedad intelectual e industrial en los que la firma ha estado presente: en el año 1907 participó en la creación de la primera Asociación Española de la P.I.; en 1972 consiguió que el español fuera idioma oficial en la AIPPI; en 1996 registró la primera marca europea y en 2004, la primera marca internacional en español.

Elisa Prieto explicando a ‘E&J’ las particularidades de este Museo Elzaburu. (Imagen: Elzaburu)
La figura el Alberto de Elzaburu
En el caso de Alberto de Elzaburu se incorporó muy joven al despacho. Al parecer su padre le llevaba con 8 años al trabajo, lo que despertó en él sus dotes de emprendedor. Antes de cumplir los veinticinco años ya trabajaba en Elzaburu convirtiéndose en presidente quince años más tarde. Su hermano Fernando también formo parte de la firma más centrado en temas tecnológicos. Desde el principio advirtió la necesidad de internacionalizar el negocio, así como apoyando a entidades como la EUIPO en Europa y la OMPI más internacional.
En este espacio expositivo que hemo visitado se pueden contemplar diseños originales, bocetos y documentos históricos utilizados en el registro de algunas de las invenciones, marcas y diseños más trascendentales del mundo, muchas de las cuales marcaron un antes y un después en la vida cotidiana y el desarrollo tecnológico. En esos inicios como agente de propiedad industrial, Elzaburu recibió trabajo de otros agentes de otros países, ingleses, alemanes o italianos con los que lleva trabajando más de cien años.
La firma participó, entre otras innovaciones, en el registro de patentes como la lámpara incandescente de Thomas A. Edison; las patentes de Westinghouse, su competencia más directa que a través de su propia oficina de patentes contactó con la firma española, el teléfono, de Graham Bell; la máquina de coser, de Singer; diversos aparatos fotográficos, de los hermanos Lumière; la cuchilla de afeitar, de Gillette que data de 1902; el autogiro, de Juan de la Cierva o el motor de explosión, de Rolls Royce.
En este museo hay un apartado especial para Juan de la Cierva, con el que Elzaburu ha mantenido una estrecha relación profesional, ayudándole a registrar sus inventos en otros países desde los años veinte has. Es un ejemplo claro de lo que es una protección de la invención. En la exposición se explica el proceso desde que tuvo la idea del vuelo vertical. Registro las patentes incluso antes de que lograse volar. “Es el problema de muchos inventores que no todos consiguen que esa idea se materialice en algo físico”, apunta Elisa.
En el caso de este inventor, gracias a su vena de emprendedor lograría encontrar empresas que querían construir esos aparatos, casi todas inglesas y americanas. Las patentes las registra en distintos países con el apoyo de Elzaburu. El nombre de autogiro lo inventa él y se registra por la empresa española desde el primer momento. En la exposición se observa como las investigaciones de este emprendedor fueron el antecedente del helicóptero y otros desarrollos de la aeronáutica.
A lo largo de su historia Elzaburu ha registrado marcas como Nestlé, Cadbury, Martini, Harley Davidson, Dunlop, Michelin o Coca Cola, así como los primeros diseños comunitarios de Mercedes o Mitsubishi. El despacho ha acompañado a innovadores y empresarios en la protección y defensa de sus activos intangibles, convirtiéndose en un actor privilegiado del desarrollo económico y tecnológico de los últimos 160 años.

Museo Elzaburu un espacio para el recuerdo y que avala que esta firma lleva más de dos siglos de historia protegiendo a patentes y marcas. (Imagen: Elzaburu)
Una firma referente en PI
Hoy en día Elzaburu es una firma especializada en proteger, defender y poner en valor todos los aspectos de la propiedad industrial e intelectual. Cuenta con un equipo de 155 profesionales formado por abogados y expertos técnicos de diversas áreas (ingenieros, químicos, biólogos, biotecnólogos, físicos, etc.), quienes asesoran, gestionan y controlan la defensa legal y la protección de los derechos en todas las etapas de los activos intangibles.
Actualmente gestiona más de 60.000 marcas, más de 4.700 patentes y diseños industriales y suma más 1.500 litigios tramitados o en curso. La firma gestionó la primera marca comunitaria en España y las primeras patentes. Mantiene una oficina en Valencia
Alfonso Diez de Rivera, presidente de la entidad, destaca que “con este pequeño museo hemos querido rendir homenaje a la importante labor de promover el progreso y proteger la innovación realizado a través de muchas generaciones.
“Como descendiente de los fundadores de esta firma, decana en el asesoramiento en propiedad intelectual e industrial, es un honor ser el depositario de este gran legado y continuar el trabajo de mis predecesores para seguir creciendo como empresa y ayudar a que este legado perdure por muchas generaciones más”, indica.
Por su parte, Mabel Klimt, socia directora del despacho, primera mujer jurista que ha ocupado este puesto de responsabilidad en Elzaburu desde junio del 2021, recuerda que “este año celebramos 160 años de compromiso y excelencia en la protección de ideas y creaciones. Y hemos sabido evolucionar para seguir siendo relevantes en un mundo en constante transformación”.
“Hoy en día somos una firma que ofrece asesoramiento integral en todo lo relacionado con los intangibles; hemos ampliado nuestros servicios a áreas tan diversas como la inteligencia artificial, la protección de datos y secretos empresariales, la lucha contra la piratería, el asesoramiento en proyectos audiovisuales o la financiación de la I+D+i. Estamos orgullosos de haber sabido adaptarnos y evolucionar para seguir protegiendo la innovación”, destaca.

Alfonso Diez de Rivera y Mabel Klimt en el museo que Elzaburu ha puesto en marcha para conmemorar su historia. (Imagen: Elzaburu)
Una evolución natural
Antonio Castán, más de veinticinco años vinculado a Elzaburu, ahora socio honorario de la entidad, recuerda que su incorporación coincidió con la puesta en marcha de un área de litigios en 1997 para evitar que la firma tuviera que remitir esos pleitos a otros despachos de abogados de sus clientes. El proyecto lo arrancó con otro abogado referente, Juan José Caselles, luego tuvo una vertiente de lucha contra la piratería. Esta incorporación la hizo el propio Alberto de Elzaburu. La relación era estrecha entre Elzaburu y Baylos, lo que hizo que el pase de Castán a esta nueva iniciativa no fuera complicado.
A lo largo de estos años, Elzaburu ha participado en cientos de litigios entre marcas “todo se ha complicado al formar parte España de la UE, en 1986 y la creación reciente de los juzgados de lo mercantil en nuestro país y del propio Tribunal de Patentes y Marcas de Alicante que ha cumplido sus primeros veinte años de vida entre luces y sombras de su actividad por falta de medios. Ahora las cuestiones prejudiciales son más frecuentes en temas de marcas, con la creación de la EUIPO, porque el concepto de derecho de propiedad intelectual e industrial se ha asentado en nuestro ordenamiento jurídico”.
El área ha crecido de forma notable, siendo una de las claves del desarrollo de Elzaburu, con la incorporación de expertos como Enrique Armijo, Carlos Morán, Luis Baz. Colm Aherm; Javier Fernández-Lasquetty, hoy en Ramón y Cajal Abogados. Hace dos años tras la salida de Castán por problemas de salud esta área legal la configuraban más de 30 abogados, agrupados en cuatro secciones, una de litigios civiles; otra de negocios y contratos, el área de piratería y el área de nueva creación de media entertaiment con Mabel Klimt, actual socia directora al frente.
La última actividad que ha incorporado Elzaburu, como firma que ofrece servicio integral en la gestión de los intangible, ha sido el área de financiación de la innovación, que dirige David Puentes con un crecimiento de forma notable. En dos años de existencia esta actividad, complementaria a las otras del despacho, está más volcada a la fiscalidad pretende conseguir que aquellas empresas que hagan innovación o investigación puedan beneficiarse de rebajas fiscales o en la Seguridad Social.

Equipo litigación en sus orígenes Carlos Morán, Antonio Castán, Ignacio Diez de Rivera, Juan José Caselles, Luis Baz y Enrique Armijo. (Imagen: Elzaburu)
