Indumentaria del abogado-daRelevancia de una buena y cuidada presencia.
Indumentaria del abogado-daRelevancia de una buena y cuidada presencia.
(Imagen: E&J)
!Qué más da que me ponga o no corbata para ir juzgado si con la toga no se ve! Esta afirmación es un completo error. Hay un montón de profesiones para las que el traje o la corbata son piezas indispensables y la abogacía no es una excepción. Esto, aunque parece obvio, no siempre se cuida con la importancia que merece. En el caso de los hombres porque la corbata da sensación de seriedad y en el caso de las mujeres el traje chaqueta por las mismas razones.
Ahora bien, no todas las corbatas cumplen el objetivo, debe ser sobrias, huyendo de los colores chillones y de los dibujos; deben ponerse correctamente, nada de nudos aflojados o mal puestos y no estaría nada mal tener en el despacho una corbata de emergencia por si surge una reunión inesperada o se produce la temida mancha inoportuna por ese café que derramamos sin querer y que, como no, siempre se produce cuando estamos esperando a un cliente importante o tenemos que salir hacia el juzgado.
En cuanto a las letradas, el traje chaqueta puede tener más variedad, pero en según qué reuniones será también importante evitar los colores muy chillones, siendo preferibles los tonos oscuros (gris, negro, marrón). Da igual que la parte inferior sea pantalón o falda, pero eso sí, tratándose de ésta última, no es conveniente que sea excesivamente corta.
Está claro que el hábito no hace al monje pero no solo hay que ser abogado sino también parecerlo. Una indumentaria desaseada o inapropiada puede causar mala sensación en el cliente, de ahí que la debamos cuidar al máximo de la misma forma que cuidamos los alegatos en Sala o los escritos jurídicos. Por otro lado, sí es una práctica generalmente aceptada dejar para los viernes las liberalidades con el vestuario siempre y cuando no se tengan reuniones o citas importantes.