Trabajo plantea bonificar los contratos indefinidos de las pymes como acicate para impulsar la reducción de la jornada laboral
CEPYME señala que el coste de la reducción de jornada podría oscilar en los 42.000 millones de euros
(Imagen: E&J)
Trabajo plantea bonificar los contratos indefinidos de las pymes como acicate para impulsar la reducción de la jornada laboral
CEPYME señala que el coste de la reducción de jornada podría oscilar en los 42.000 millones de euros
(Imagen: E&J)
Tras el parón de agosto, ha vuelto la mesa del diálogo social para abordar la reducción de la jornada laboral. En esta reunión, a la que solo se permitió al final comparecer para recoger declaraciones, se han discutido diversas propuestas.
En esta ocasión, Trabajo ha planteado medidas de bonificación de los contratos que suscriban las pymes y un plan de acompañamiento para el colectivo en ese esfuerzo de reducción, aunque sin concretar. Por su parte, la patronal aún se muestra disconforme, y sindicatos como Comisiones Obreras (CCOO) creen que ya no hay excusas para acometer la reducción de jornada.
Esta propuesta fue planteada este lunes por el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. Estas bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social, cuya cuantía no ha precisado el ‘número dos’ de Díaz en el ministerio, se aplicarían solo a contratos indefinidos. Estos beneficios permitirían reducir los costes laborales a pymes y autónomos y amortiguar el impacto de la pérdida de horas trabajadas.
La nueva propuesta de Trabajo se enmarca dentro de un «plan de acompañamiento» para facilitar la adaptación de las pymes a la reducción de jornada, en caso de que esta llegue finalmente a producirse. El programa, bautizado como Plan Pyme 375, incluye, además, medidas de asesoramiento y formación para los pequeños y medianos empresarios en cuestiones como las herramientas digitales de control de jornada.
«Esas bonificaciones tienen que ir dirigidas a aquellos puestos de trabajo, a aquellos contratos de trabajo, que se hagan para completar el tiempo que dejan libre las plantillas cuando la jornada se reduce», ha subrayado Pérez Rey, quien, en todo caso, ha señalado que no es un elemento cerrado y que Trabajo está dispuesto a analizar otras vías.
No obstante, para Pérez Rey, la vía que se propone desde Trabajo para ayudar a las pymes a rebajar la jornada es la de bonificar los nuevos contratos indefinidos que realicen estas empresas para cubrir los espacios horarios que se deriven de la reducción de jornada.
«El tiempo no puede ser solo privilegio de algunos sectores, sino que trabajar menos manteniendo el mismo salario tiene que ser un derecho de todo el sistema productivo, también de las pequeñas empresas. Tenemos casi un millón y medio de empresas que tienen menos de diez trabajadores y que dan empleo a casi tres millones y medio de trabajadores. Queremos que estas pequeñas empresas se incorporen a la reducción de jornada y que, por lo tanto, sus trabajadores y trabajadoras tengan derecho a trabajar menos y mantener su salario», ha afirmado.
Desde el ministerio se insiste en el esfuerzo que está haciendo el Ejecutivo para adaptar la reducción de jornada a las singularidades de nuestro espacio productivo y a las reivindicaciones tanto de las organizaciones sindicales como patronales», ha valorado Pérez Rey, quien ha señalado que hay margen para un «acuerdo inmediato» y que «cuanto antes, mejor».
Hay que recordar que en esta propuesta del Gobierno a los agentes sociales ya hay una serie de medidas, junto con la reducción de jornada, que supondrán digitalizar el registro horario, reforzar el derecho a la desconexión digital, y el plan de acompañamiento — está cerrado.
Los sindicatos meten prisa
Mientras el Gobierno lanza propuestas para convencer a la parte empresarial de la negociación, los sindicatos empiezan a impacientarse ante una reducción de jornada cuya primera fase tendría que ponerse en marcha este año (el compromiso es pasar de 40 horas a 38,5 en 2024 y después a 37,5 en 2025), pero que todavía parece lejos de ver la luz.
Para Fernando Luján, uno de los representantes de UGT en esta negociación, «estamos esperando a que la patronal se pronuncie sobre si acepta esas 37,5 horas semanales, que no es tampoco una gran reducción, teniendo en cuenta que ya hay convenios colectivos en 38,5 h. No parece que sea un obstáculo insalvable, pero por el momento no acaba de haber acuerdo con las organizaciones empresariales».
A su juicio, «el esfuerzo que se está haciendo de ajustar la propuesta es notable, para que tenga el acuerdo de todas las partes implicadas. Nos hablaron de dificultades con el tema de los convenios colectivos, sobre ser más flexibles en la entrada en vigor de esa medida, aunque todos sabemos que la jornada se computa en tiempo anual».
Sobre las pymes, este dirigente sindical señala que «sabemos que ha habido quejas sobre el impacto que pudiera tener la reducción de jornada en las pequeñas y medianas empresas, y hoy el Gobierno ha presentado un Plan Pequeña Empresa 375 para la bonificación de los contratos. También se manifestaron dificultades en la gestión de la jornada en los centros de trabajo, y se ha presentado también una propuesta que facilita la distribución irregular de la jornada».
Desde UGT se insiste a Economist & Jurist que «la patronal ya no tiene excusas para no sumarse a un acuerdo que, por lo que estamos viendo, está demandado por toda la sociedad española. En este escenario, los partidos políticos tienen que moverse y manifestarse sobre esta cuestión que preocupa a todos los ciudadanos de este país».
Por su parte, «la situación nos preocupa enormemente. Estamos en la misma posición que en el mes de julio, y la patronal sigue posicionándose en contra», ha apostillado Carlos Gutiérrez, representante de CCOO en las conversaciones.
Las centrales sindicales han convocado movilizaciones para exigir que se desbloquee la negociación, que empezarán a producirse este mismo mes.
Finalmente, Luján auguró que la próxima reunión, que será dentro de diez días, será «importante», porque la patronal tendrá que pronunciarse sobre todas las medidas que hay puestas sobre la mesa y no podrá mantener más su «indefinición» sobre los diferentes bloques.
Los sindicatos se quejan de que las organizaciones empresariales no hayan hecho una propuesta concreta: «Solo han hablado de las dificultades que ven en la implementación de dicha reducción de jornada. Pese a ello, se les hacen propuestas para que se sumen al acuerdo. Da la sensación de que no tienen excusas para no sumarse al mismo», apunta Luján de nuevo.
En este contexto, los sindicatos ya preparan un calendario de movilizaciones que se hará público tras el 19 de septiembre, fecha de la nueva reunión en la que CEOE y CEPYME deben contestar a las nuevas propuestas del Ejecutivo. En caso de que no haya respuesta, los sindicatos están dispuestos a movilizarse ante la situación inmovilista de las patronales.
La propuesta no gusta a la patronal
Por su parte, las asociaciones de autónomos y pymes han sido las más beligerantes contra la medida que pretende desplegar Trabajo. La patronal Cepyme ha llegado a cifrar en 42.400 millones de euros el coste para las compañías de rebajar el tiempo máximo de trabajo permitido.
De momento, el movimiento no ha sido acogido con gran entusiasmo por la patronal. Fuentes de la CEOE aseguran a este periodista que el plan «ahonda en el intervencionismo» de las relaciones laborales y el «desprecio» de la negociación colectiva, que es el marco donde siempre han defendido que se debe discutir la reducción de jornada.
Según las mismas fuentes, el plan de Trabajo pretende que el SEPE se convierta en asesor de las pymes para la reducción de jornada. Es bastante impreciso, «cuando no es capaz de reinsertar siquiera al 3% de los desempleados del país en el mercado laboral y no ayuda a crear empleo». La patronal considera que ya hay despachos, consultoras y empresas cualificadas para ello.
En esta coyuntura, el Gobierno es consciente de que necesita el apoyo de sus socios parlamentarios para sacar adelante la reducción de jornada en el Congreso. Un acuerdo con la patronal podría allanar la tramitación de la norma, sobre todo en lo que respecta a los votos de Junts y el PNV, las dos fuerzas políticas más escépticas con esta medida.
Para tratar de atraer a los empresarios al acuerdo, el departamento de Díaz ha rebajado considerablemente la dureza del tono con la patronal y ha introducido algunos matices a la propuesta inicial. Trabajo se ha abierto a una distribución irregular de la jornada más flexible o ha planteado que la reducción no tenga que entrar en vigor inmediatamente el 1 de enero de 2025. Sin embargo, hasta ahora no ha sido posible convencer a las organizaciones empresariales.