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EL ABOGADO FRENTE A LOS ESTUDIOS DE VIABILIDAD RELACIONADOS CON LA LEY CONCURSAL¿Qué es una plan de viabilidad?¿Cuales son los aspectos que el abogado ha de tener en cuenta?

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EL ABOGADO FRENTE A LOS ESTUDIOS DE VIABILIDAD RELACIONADOS CON LA LEY CONCURSAL¿Qué es una plan de viabilidad?¿Cuales son los aspectos que el abogado ha de tener en cuenta?

(Imagen: E&J)



 


1. INTRODUCCIÓN




Hablar con un letrado sobre temas económicos de alto contenido contable es posible que no resulte muy divertido, y menos cuando esas cuestiones se debaten delante de un juzgador. Al ser la formación de un hombre de leyes muy distinta a la nuestra, es comprensible que en la mayoría de los casos, cuando el letrado se encuentra ante una problemática de carácter económico, se dirija a un economista para solventar sus dudas. Sin embargo lo difícil es elegir la persona adecuada y no hay que olvidar nunca que como jocosamente Gallbraith decía, hay dos clases de economistas, unos, aquéllos que no saben nada y otros que ni siquiera saben esto.  En realidad esto es así porque inevitablemente en nuestra profesión como en cualquier otra, la especialización no deja de ser un hecho, y por tanto no podemos pretender que la profesión de economista sea sinónima de la del que se dedica a analizar cuestiones macroeconómicas, ya que existen muchas otras especialidades sobre todo en el campo de la empresa, que es donde se han desarrollado más, y donde podemos observar que es muy diferente hablar sobre finanzas corporativas con un hombre de marketing que con un analista financiero. De todas maneras es sobre este último enfoque en el que nos vamos a centrar a lo largo del presente artículo sin menospreciar la importancia que puedan tener otras cuestiones de carácter empresarial que no deben ignorarse en el momento de llevar a cabo un Estudio de Viabilidad.


Un estudio de esta naturaleza ha de basarse en un programa planificado por objetivos, después de haber aplicado técnicas estratégicas propias de un «Business Plan´´ que no deja de ser problemático, pues las premisas del proyecto las debe marcar el propio empresario que es quien conoce mejor el negocio, situación que a veces puede ser cuestionada posteriormente  por los Administradores Concursales en el momento de convocar la Junta de Acreedores.




Supongo que el lector ya habrá oído hablar de los citados «Bussines Plan´´ (que tan en boga se han puesto en España) sobre todo a raíz del reciente desarrollo de las «Sociedades de Capital Riesgo´´. En realidad, éstas no son ninguna novedad. En California ya hace decenas de años que se practican tales  técnicas de financiación. Muchas de las actuales grandes empresas tecnológicas nacieron de un proyecto de esta naturaleza promovido por jóvenes audaces que se estrenaron como empresarios trabajando en una nueva actividad tecnológica, en una simple nave industrial. Esto puede tener un buen resultado práctico en los Estados Unidos puesto que allí, como ya hemos dicho, la posibilidad de llevar a cabo iniciativas empresariales buscando financiación ajena a los bancos, resulta más fácil y de ahí que incluso las normas de financiación de las Sociedades de Capital Riesgo estén debidamente reguladas desde hace mucho tiempo, porque ésto sustituye la práctica anquilosada de la banca comercial e industrial, consistente en admitir determinado tipo de garantías, demasiado tradicionales, pues tal carencia ha dado lugar al resurgimiento de nuevos mercados financieros paralelos que están dispuestos a participar en cualquier proyecto de Capital Riesgo, aunque para ello sea preciso el diseño previo de un «Business Plan´´, que aquí nos sirve de inspiración para llevar a cabo los Estudios de Viabilidad.




Los «Business Plan´´ los siguen desarrollando las Sociedades de Capital Riesgo, centrando su atención, no sólo en aspectos tan sobresalientes como los efectos producidos a raíz de las prácticas de «outsourcing´´, las técnicas de marketing, las estrategias de distribución, y un largo etcétera de cuestiones; sino también en otros muchos, entre los cuales se encuentran los propios del analista financiero cuya función consiste en presentar las Cuentas de Pérdidas y Ganancias proyectadas, donde se estiman una cifras de negocios a partir de las cuales se desarrolla el resto de los parámetros que permiten prever lo que va a ocurrir en un futuro, dentro del sector donde la empresa en cuestión desarrolla sus actividades. Sin embargo, el problema que hemos observado en esos estudios es que muchos de ellos se limitan a cuantificar los futuros cash flows (recursos generados). Es bien cierto que un Estudio de Viabilidad debe empezar con un presupuesto de ventas, y a partir de aquí construir el resto de los parámetros, pero ésto dentro de una Cuenta de Pérdidas y Ganancias sólo permite estimar unos beneficios o pérdidas, sin cuantificar la liquidez. Ésta no es la diferencia entre los «Ingresos y los Gastos´´, sino la existente entre «Cobros y Pagos´´. Estos últimos no coinciden con los denominados devengos, pues los cobros y pagos que se derivan de los ingresos y gastos devengados, pueden ser anticipados, al contado o a plazo. La diferencia que hay entre los cuadros que comparan los «Ingresos y Gastos´´ y los de «Cobros y Pagos´´, es que sólo estos últimos expresan la liquidez. No todos los negocios donde se obtienen beneficios crean liquidez suficiente para poder pagar las obligaciones derivadas del pago de los créditos, leasings vigentes, adopción de nuevas inversiones, pago de dividendos, etc. Todas estas cuestiones no forman parte, ni se expresan, dentro de una Cuenta de Pérdidas y Ganancias. Es por esto que el resultado de una Cuenta de esa naturaleza es un beneficio o pérdida y por si sola es insuficiente para poder determinar la liquidez del negocio.


La tesorería que genera una empresa se determina en función de un ritmo de cobros y pagos originados por:


1. Ingresos y gastos fruto de la explotación de un negocio.2. Cobros y pagos fruto de inversiones y desinversiones de activos 3. Entradas y salidas de fondos motivadas por créditos, préstamos, cobros por nuevos descuentos de papel y amortización de los mismos, etc .4. Operaciones societarias tales como las aportaciones de socios, las ampliaciones de capital, los pagos de dividendos, la emisión de obligaciones convertibles, etc.5. Otras partidas, como las retenciones sobre las nóminas, los pagos trimestrales o mensuales del IVA, los pagos del Impuesto de Sociedades del ejercicio anterior, etc., que también pueden desvirtuar la configuración del saldo de tesorería definitivo.


En realidad, lo que estamos descubriendo aquí es un simple sistema para demostrar la viabilidad de una propuesta de convenio. Se trata de exponer de forma detallada como se prevé el desarrollo de los cobros y pagos para los próximos ejercicios, sin entrar en analizar las operaciones que los originan. Es por esto, que al entender del que suscribe el presente artículo, es insuficiente, porque un Estudio de Viabilidad tiene que justificar de forma coherente el origen de las operaciones que van a motivar la liquidez necesaria para pagar la deuda.


El Plan de Pagos es otro planteamiento fruto del «Estudio de Viabilidad´´ que es donde se tiene que demostrar como se va a generar la liquidez. El Plan de Pagos consiste simplemente en describir cómo se va a emplear la liquidez, generada y justificada en el Plan de Viabilidad, para pagar la Deuda Concursal.


2. CÓMO DEBE HACERSE UN PLAN DE VIABILIDAD EN UN CONCURSO


Para explicar el método, vamos a basarnos en el simple supuesto de un negocio de temporada que en 2004 tiene decidido recurrir a los beneficios de la Ley Concursal, por lo cual es preciso preparar el expediente de solicitud a finales del ejercicio 2003, que en nuestro supuesto prevé estar terminado antes del próximo 31 de Marzo del año siguiente que es cuando se estima que se admitirá a trámite el citado procedimiento. Para ello se apresta inmediatamente a preparar la documentación con el objeto de conseguir la futura aprobación. En esta fase y en ciertas circunstancias, el empresario deudor acostumbra a solicitar la ayuda de uno o varios Expertos Independientes (abogados ó economistas), cosa aconsejable sobre todo cuando la insolvencia implica la solicitud de continuidad de la actividad de la empresa.


Para llevar a cabo lo anterior, la empresa debe tomar como referencia inicial los datos del último ejercicio cerrado a 31 de Diciembre, que en este caso sería el Balance y la Cuenta de Pérdidas y Ganancias del ejercicio 2003. En el cuadro donde desarrollaremos la evolución de los Balances de Situación, a éstos se irán adicionando los movimientos mensuales posteriores a dicha fecha, hasta situarnos en el día cuando suponemos que tendrá lugar el inicio del trámite del procedimiento concursal (que, en el ejemplo utilizado, es el 31 de Marzo de 2004).


Veamos ahora el cuadro que representa la Cuenta de Pérdidas y Ganancias para el ejercicio 2004 desglosado por meses.


 


 


 


 


 


 CUADRO 2  Tras la figura, hemos elaborado el cuadro anterior, donde como hemos dicho, aparecen especificadas las proyecciones de Ingresos y Gastos presupuestadas a partir de los datos de 2003, que aquí resulta ser una Cuenta de Pérdidas y Ganancias que es la que corresponde a las Cuentas Anuales de esta entidad supuesta para el citado ejemplo. En el cuadro, hemos coloreado el período de la duración teórica del procedimiento Concursal que es de cinco meses, que se subdivide en una Fase Común y una Fase de Convenio. El inicio del procedimiento tiene lugar a partir del 31 de Marzo, pero como se podrá observar el desglose del presupuesto se hace por meses a partir del mes de Enero hasta Diciembre, a pesar de que el  procedimiento Concursal no se inicie hasta pasado el primer trimestre. El  total acumulado queda expresado a la derecha en una columna que recoge la información relativa a 2004, que se puede contrastar con la inicial del ejercicio anterior 2003, que aparece en la parte izquierda del cuadro.


El cuadro que hemos confeccionado hace referencia solamente al ejercicio cuando  tiene lugar el inicio del Concurso. La Ley Concursal en general prevé una duración máxima de cinco años que debe ser suficiente para generar recursos a pagar . Esto significa que la proyección de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias debe abarcar el período máximo que la ley marca para cubrir la deuda. Su construcción se hará siguiendo los mismos criterios que el analista financiero utiliza para el primer año, sin menoscabo que, con respecto a los próximos ejercicios no sea imprescindible el desglose mensual. No vamos a entrar aquí a analizar los pormenores de su elaboración, pues dicha labor es más propia de un economista que de un letrado que se limita a analizar los resultados.


Pero como ya se ha dicho que la previsión de las Cuentas de Pérdidas y Ganancias no basta para determinar la generación de la liquidez, sino que además es preciso proyectar Balances de Situación mensuales, antes queremos hacer algún comentario a tener en cuenta en el momento de confeccionar las citadas cuentas.


Dicho esto vamos a considerar ahora los principios en base a los cuales construiremos los Balances Presupuestados, y determinaremos la Tesorería.


3. LA ELABORACIÓN DE LOS BALANCES PREVISIONALES


La confección de los Balances Previsionales resulta ser más complicada que la de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, justamente es por esto que muchos analistas se limitan en sus Estudios de Viabilidad a facilitar la información que se obtiene de la Cuenta de Pérdidas y Ganancias cuando ésta no dice nada respecto a la liquidez. A veces incluso llegan a confundir los conceptos de tesorería con los propios del Cash Flow o Recursos Generados. Es por esto que insistimos tanto en advertir a los letrados que cuando se les presente algún estado financiero de esa naturaleza, deben prestarse a comprobar si verdaderamente la elaboración del plan expresa excedentes de tesorería suficientes para cubrir la Deuda Concursal, a largo de un período susceptible de ser acoplado a las exigencias de la Ley Concursal, y a las posibilidades de la propia deudora.


No es preciso que el letrado se debane los sesos para comprender el contenido de todas las partidas de un Balance, pues basta centrar su atención en los conceptos que nosotros determinamos como fundamentales, para detectar los puntos débiles de cualquier informe. Hemos dicho que la Cuenta de Pérdidas y Ganancias no puede expresar la tesorería que la empresa deudora debe prever generar en un futuro, para poder pagar la Deuda Concursal. De ahí que sea imprescindible elaborar además los Balances Previsionales. Esto es lo que vamos a hacer seguidamente, pero para ello explicaremos primero que representa un Balance de Situación, y cómo se elabora la previsión de su Activo y Pasivo. La función principal del citado estado es representar un retrato instantáneo de una entidad en un momento determinado, de forma que en su confección previsional:


– Se exprese a la derecha de tales estados financieros todas las fuentes de financiación de la empresa (PASIVO)- Quede expresado a la izquierda de los mismos (ACTIVO) de qué manera y dónde están colocados estos fondos.


A. Naturalmente ambos conceptos tienen que cuadrar, pues son dos puntos de vista de una misma cosa . En efecto, por un lado, en el PASIVO tenemos la financiación dividida en distintas clases y ordenadas verticalmente de la siguiente forma.


B. Por otro lado, a la derecha tenemos el ACTIVO que no es más que la expresión de cómo se han empleado los fondos anteriores.


Cuando un Balance está cerrado, la técnica de la contabilidad por «partida doble´´ hace que ambos bloques de ACTIVO y PASIVO tengan que cuadrar, ya que todos los fondos sean propios o ajenos, estarán en la entidad invertidos en diferentes bienes que se presentan en el Activo del Balance por orden de mayor a menor liquidez. Sin embargo cuando hacemos los Balances Previsionales, no existe la partida doble, por lo tanto se genera un descuadre. ¿Cuál es la partida que al hacer las previsiones de balances, no se ha tenido en cuenta de todas las que hemos estado hablando hasta aquí? Simplemente la variación de la  TESORERÍA a lo largo del ejercicio. Es decir, este concepto es lo que hace que las fuentes de financiación se igualen a lo empleado en inversiones. La diferencia entre el Activo menos Pasivo no es ni más ni menos que la Tesorería generada. Sí queremos resaltar un principio general, por el que el Inmovilizado, al financiarse con Recursos Permanentes de larga duración, debe estar en sintonía con estos últimos; también tenemos que aceptar que los Activos Circulantes tienen que estar en consonancia con sus Pasivos Circulantes correspondientes. Justamente esta diferencia que hay entre ambos conceptos se denomina Fondo de Maniobra. Lo importante no es que el Activo Circulante sea mayor que el Pasivo Circulante, sino que la velocidad de los cobros que da forma al Activo Circulante (con lo que deben a la empresa) sea superior o igual a la velocidad a pagar que configura el Pasivo Circulante (con lo que la empresa debe), con independencia del importe de ambos.


Dicho de otra manera, en las previsiones  sólo se determinan los futuros cambios mensuales que se producen, bien en los Activos o bien en los Pasivos de forma independiente (inversiones y fuentes de financiación mensuales) en función de las exigencias del negocio, nada más. Todo ello sin tener en cuenta la Tesorería, ya que ésta se determina por la diferencia que se genera entre el Activo y el Pasivo. Así sucede en nuestro supuesto a partir de Enero de 2004. Esto lo lleva a cabo el Experto Independiente en función de la información que le facilita el gerente administrador del negocio. Tan pronto cuantifica estas partidas dentro del cuadro de las previsiones de Activos y Pasivos, se detectan las diferencias o descuadres entre los dos bloques, el de las inversiones y el de los medios financieros disponibles. Los meses en que el monto total de las fuentes de financiación acumuladas es superior a la «inversión´´ también acumulada, significará que en aquel mes se incrementa la Tesorería cuantificada por la diferencia entre los dos bloques (a la inversa, cuando los meses se saldan con disminución de Tesorería).


Pasamos ahora a exponer los cuadros de los Activos y Pasivos de los ejercicios 2003 y 2004, este último desarrollado por meses.


 


 


 


 CUADRO 4 


 


 


 CUADRO 5 


 En los dos cuadros anteriores presentamos los Balances mensuales de 2004 para determinar como en nuestro supuesto quedan afectados por las oscilaciones coyunturales de temporada y el resultado final.  Vemos que a  pesar de la coyuntura, durante los meses más flojos de ventas, la Tesorería que se refleja en los Balances previsionales se estima positiva, y así ocurre a lo largo de todo el ejercicio. Esto significa que existe suficiente financiación a lo largo del año (lo cual en otros supuestos no tiene porque ser así).


Del cuadro anterior deducimos los datos siguientes sobre la Deuda Concursal a 31 de Marzo de 2004:


 


Ya estamos ahora en condiciones de proyectar los balances de los próximos cinco años en cuyo detalle no vamos a entrar, aunque los parámetros y criterios utilizados son similares a los considerados hasta aquí.


Según el cuadro donde se determina la Deuda Concursal y sus componentes, ésta es por un importe igual a:


5.710.303€ (en 2007)


Ya que en nuestras previsiones los acreedores preferentes especiales, ya se han previsto en su financiación. A esta cantidad hay que añadir el coste del concurso o créditos sobre la masa por un valor de 196.670€. Redondeando todo ello resulta una cantidad de 6.000.000€. Sin embargo la tesorería hasta 2008, si se tiene en cuenta la tendencia histórica, puede llegar a un máximo de 5.000.000€. En consecuencia en la Junta de Acreedores para llegar a un convenio, se han de negociar diversas alternativas, para que el Plan de Viabilidad pueda admitirse como viable y suficiente para equilibrar la tesorería. Para ello van a contar con algunos complementos, conjugando otras posibilidades de pago de la empresa concursante, y teniendo en cuenta la posibilidad de obtener por un lado una quita, y por otro vender algunos activos . Lo importante sin embargo, es hacer las simulaciones en base a posibilidades bien razonadas que pueden ser muy diversas, pero no por ello inciertas, porque el futuro implica riesgos, es un concepto sin duda no desconocido por el empresario, que está acostumbrado a tomar decisiones en función de expectativas, por lo cual no debe sentirse asombrado.


      


 


 


 

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