Aún recuerdo el caso de aquel magistrado de enorme prestigio y trayectoria intachable, considerado por todos con antigüedad y méritos sobrados para acceder al Tribunal Supremo, al que se hizo saber discretamente que solo si se afiliaba antes a una determinada asociación de jueces podría llegar a ser nombrado. Cosa, por otro lado, completamente lógica […]