Carta a Pepe Muelas, un abogado irrepetible
El legado de Pepe Muelas trasciende a la abogacía y queda como referente humano y profesional

Los congresistas posan ante los medios informativos con su pancarta reivindicativa en Córdoba (Imagen: Red de abogadas y abogados)
Carta a Pepe Muelas, un abogado irrepetible
El legado de Pepe Muelas trasciende a la abogacía y queda como referente humano y profesional

Los congresistas posan ante los medios informativos con su pancarta reivindicativa en Córdoba (Imagen: Red de abogadas y abogados)
El domingo te fuiste, D. JOSÉ MUELAS, grandísima persona, amigo, abogado y muchas otras cosas buenas más de las que, por discreción y humildad, nunca presumiste, porque a culto y humilde pocos te llegan.
Como abogado, has sido un ejemplo de entrega y preocupación por tus clientes, en la salud y en la enfermedad, con el despacho abierto al pie del problema.
Pudiste estar en las páginas salmón, esas que hablan de fichajes como si fueran futbolistas, porque nivel tenías (y mucho) en lo tuyo, especialmente en el derecho de nuevas tecnologías, pero nunca quisiste entrar en ese mundo porque no era tu estilo y los que salían no eran los clientes para los que querías trabajar.
Pero si en algo hiciste bandera, ha sido por la dignidad de una profesión que te va a echar mucho de menos, porque si alguien miraba por el colectivo eras tú. ¡Que nadie faltara al respeto a un abogado!
En un trabajo que podía ser tan respetado como es la abogacía, la realidad social lo repugna porque el individualismo, el “sálvese quien pueda” y la codicia han sido tan comunes que se han convertido en un sesgo negativo. En eso tú has sido diferente, luchador y te has dejado la vida.
Tenemos que sufrir faltas de consideración en los juzgados, humillaciones en situaciones de enfermedad, amenazas de los clientes, bajos ingresos y ahora una precariedad para la jubilación, abusos que en otros países a los abogados no se atreverían ni a intentar, y por eso estabas luchando cuando te llegó la hora.
En esos casos siempre podíamos contar contigo, Pepe, que no callabas, con ese verbo suelto y culto, citando a clásicos y juristas como Calamandrei (que ni en la facultad habíamos oído hablar de ellos), para ilustrar con elegancia y fundamento el conocimiento, la preparación y la dignidad de los abogados no solo frente a terceros, sino dentro de la profesión misma, de lo que dan fe tus escritos, tu blog y esos libros que escribiste y de los que solo se ha publicado uno, para pena de todos los lectores, y que animo a que se lea.
Pero ¡qué solo has estado, Pepe! Pocos han sido los que han apoyado tu trabajo para la comunidad togada, pero los que han estado contigo los has organizado bien, como eras tú: fieros, fieles, muy preparados, ruidosos y entusiastas (la Brigada Tuitera, la Red de Abogados y Abogadas), que te han tenido como un referente y han visto en ti a quien mejor los liderara donde hiciera falta y frente a cualquiera, porque si alguien era como ellos, eras tú.

Dionisio Moreno con José Muelas en un momento del Congreso. Hablaron del caso Aziz y de lo duro que es ser abogado
Recuerdo el Congreso que organizaste en Córdoba, ese que se llenó de la gente como tú, que somos la mayoría: abogados de pequeño despacho y atención a pie de calle, abogados de oficio y corazón, con un photocall que nos hizo sentirnos estrellas… ¡y cuánta gente vino de toda España!
Y eso lo organizaste tú, con tu gente, y no cabían más porque el aforo no daba, donde se pudo discutir de todo lo que nos afecta, donde el micro corrió de mano en mano y nos dimos cuenta de que todos tenemos más en común de lo que pensamos. Nunca los abogados habíamos sido tan democráticos, sin los corsés de los Colegios de Abogados, llenos de ritos de otras épocas y con poca credibilidad entre sus miembros.
Te vamos a echar mucho de menos, Pepe. Los que te conocimos por lo bueno que eras en todo. Los que no te conocieron porque no tuvieron la suerte de hacerlo. Pero todos ahora nos quedamos huérfanos.
La mala imagen de los abogados se borraba inmediatamente cuando hablaban contigo. Si alguien quiere ser abogado, que se mire en D. JOSÉ MUELAS CEREZUELA.
Solo puedo decir que, si en algún momento volviera a nacer y quisiera ser abogado, me gustaría ser como tú, PEPE MUELAS. ABOGADO.
Y los Colegios de Abogados, que tomen nota de tu ejemplo si quieren seguir vivos, porque se han quedado en ceremonias sin sentido y se han separado mucho de sus miembros, todo lo contrario de lo que has hecho tú cuando has sido decano y cuando no, con las puertas abiertas a quien necesitara de tu ayuda.
Pepe, descansa en paz, que ya has hecho mucho por nosotros y te has ganado el cielo de los abogados, si existe, ese donde se suponen que están Cicerón y Calamandrei, que tanto citabas, y con los que podrás hablar de lo mal que está la profesión.
