Cómo construir un repositorio de respuestas rápidas que profesionalice la comunicación del despacho
Un compendio interno con respuestas breves y estandarizadas a las 50 preguntas más frecuentes reduce tiempos, homogeneiza criterios y mejora la experiencia del cliente
(Imagen: E&J)
Cómo construir un repositorio de respuestas rápidas que profesionalice la comunicación del despacho
Un compendio interno con respuestas breves y estandarizadas a las 50 preguntas más frecuentes reduce tiempos, homogeneiza criterios y mejora la experiencia del cliente
(Imagen: E&J)
Muchos despachos conviven a diario con un fenómeno tan simple como costoso: la repetición constante de las mismas preguntas por parte de los clientes. Dudas sobre plazos aproximados, costes previsibles, documentación necesaria, tiempos judiciales, obligaciones durante un procedimiento o funcionamiento de una reunión preparatoria se repiten semana tras semana. Cada abogado responde con sus matices, su estilo y su nivel de detalle, lo que genera variabilidad en la calidad del servicio y un consumo enorme de minutos que, sumados, impactan en la productividad global del despacho. Elaborar un “libro de respuestas rápidas”, un documento interno con respuestas estandarizadas a las 50 preguntas que más se repiten, es una herramienta sencilla, de bajo coste y de retorno inmediato.
La utilidad de este sistema parte de un diagnóstico evidente: la mayoría de las comunicaciones que mantienen los abogados con los clientes no requieren reflexión jurídica profunda, sino apenas clarificación y reiteración. El cliente recién llegado formula preguntas que ya han sido respondidas mil veces. Incluso los clientes recurrentes olvidan información básica sobre plazos o procedimientos y vuelven a preguntar, no por mala fe, sino por la complejidad del entorno legal. Si cada abogado responde desde cero, la suma de microconsultas erosiona horas facturables y distrae de las tareas que realmente exigen criterio. Estandarizar la respuesta es, por tanto, una medida de eficiencia.
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