Cómo guiar al cliente para decidir cuándo un litigio no es la mejor opción
Un checklist de cinco criterios, coste, prueba, tiempo, probabilidad y posible impacto reputacional, convierte una conversación difícil en una evaluación objetiva y comprensible
(Imagen E&J)
Cómo guiar al cliente para decidir cuándo un litigio no es la mejor opción
Un checklist de cinco criterios, coste, prueba, tiempo, probabilidad y posible impacto reputacional, convierte una conversación difícil en una evaluación objetiva y comprensible
(Imagen E&J)
Determinar cuándo un cliente no debería litigar es una de las conversaciones más delicadas en la práctica jurídica. No solo intervienen factores económicos o procesales, sino expectativas, emociones y, en ocasiones, la sensación de que renunciar al pleito equivale a “perder”. La realidad es mucho más matizada, y uno de los roles más valiosos de un abogado es saber detectar y explicar cuándo la vía judicial no es la más eficiente, ni la más estratégica, ni la más alineada con los objetivos del propio cliente. Para hacerlo de forma profesional, clara y sin generar tensiones, muchos despachos están adoptando un checklist de cinco criterios que permite convertir un diálogo emocional en un análisis racional y verificable.
El primer criterio es el coste. Aunque parece evidente, muchos clientes no interiorizan que el coste de litigar no se reduce a honorarios y tasas, sino también a tiempo invertido, necesidad de recopilar documentación, desplazamientos, incertidumbre y desgaste personal. Cuando el abogado presenta el coste de forma global —incluyendo el intangible— y lo compara con el beneficio potencial, el cliente obtiene una perspectiva que rara vez se plantea por sí mismo. Este enfoque evita debates abstractos y permite cuantificar, al menos de forma aproximada, si la ecuación económica tiene sentido. Un pleito que consume más recursos que el resultado probable deja de verse como una lucha de principios y pasa a ser una mala inversión.
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