La “cláusula espejo”: el recurso que agiliza la redacción de contratos en el despacho
Crear un documento base con ejemplos de cláusulas ya aprobadas por los socios permite a los abogados junior trabajar con seguridad y coherencia, evitando errores y revisiones innecesarias

(Imagen: E&J)
La “cláusula espejo”: el recurso que agiliza la redacción de contratos en el despacho
Crear un documento base con ejemplos de cláusulas ya aprobadas por los socios permite a los abogados junior trabajar con seguridad y coherencia, evitando errores y revisiones innecesarias

(Imagen: E&J)
Una de las tareas más repetitivas —y, al mismo tiempo, más críticas— en el día a día de un despacho jurídico es la redacción de contratos. Desde acuerdos de confidencialidad hasta complejas operaciones mercantiles, cada contrato implica revisar, adaptar y redactar cláusulas con precisión milimétrica. Sin embargo, en la práctica, muchos despachos siguen dejando que cada abogado “reinvente la rueda” cada vez que prepara un nuevo documento. Eso no solo consume tiempo, sino que genera inconsistencias de estilo, lenguaje y contenido entre contratos del mismo cliente o área. La solución está en un concepto simple pero muy eficaz: la “cláusula espejo”, un repositorio interno de redacción aprobada y validada que sirve de referencia para todo el equipo.
El principio es sencillo: crear un documento base —una especie de biblioteca interna— donde se guarden cláusulas modelo ya revisadas por los socios o por el comité de calidad del despacho. Estas cláusulas actúan como “espejos” de buenas prácticas, tanto en lo jurídico como en lo lingüístico. Por ejemplo, si el despacho tiene una cláusula estándar de confidencialidad o una de resolución de contrato por incumplimiento, el abogado que redacta un nuevo documento puede copiar directamente ese texto, sabiendo que está alineado con el criterio del despacho. No se trata de eliminar la creatividad jurídica, sino de garantizar consistencia y eficiencia.
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