La mini-reunión emocional que puede salvar la salud mental del equipo jurídico
Cinco minutos semanales para tomar el pulso al estado anímico del despacho ayudan a prevenir el burnout y a detectar sobrecargas antes de que afecten al rendimiento o al clima laboral
(Imagen: E&J)
La mini-reunión emocional que puede salvar la salud mental del equipo jurídico
Cinco minutos semanales para tomar el pulso al estado anímico del despacho ayudan a prevenir el burnout y a detectar sobrecargas antes de que afecten al rendimiento o al clima laboral
(Imagen: E&J)
En los despachos de abogados, la gestión emocional suele quedar relegada a un segundo plano. Las conversaciones giran en torno a plazos, estrategias procesales, horas facturables o entregas urgentes. Sin embargo, detrás de cada escrito y cada reunión hay personas sometidas a una presión constante, acostumbradas a rendir con precisión quirúrgica bajo contextos de estrés prolongado. La exigencia inherente al trabajo jurídico —sumada a la falta de tiempo para desconectar— convierte al burnout en un riesgo real. Frente a ello, una práctica sencilla y de gran impacto empieza a ganar terreno en algunos bufetes: la mini-reunión semanal de “estado emocional del equipo”.
El concepto es simple pero poderoso: dedicar cinco minutos cada semana, al inicio o cierre de jornada, para que cada miembro del equipo comparta brevemente cómo se siente, cómo percibe su carga de trabajo y si necesita apoyo. No se trata de una sesión terapéutica ni de una confesión en grupo, sino de un espacio breve, estructurado y seguro que permite a los responsables detectar a tiempo señales de fatiga o saturación. Este tipo de encuentro, aunque minimalista, actúa como un radar de bienestar interno, igual de útil que los indicadores de productividad o los cuadros de control financiero.
El derecho es una profesión que premia la precisión, pero castiga el error y apenas tolera el descanso. Por eso, incorporar la dimensión emocional como parte de la gestión del equipo no es un gesto de sensibilidad superficial, sino una estrategia de sostenibilidad profesional. Estudios en firmas internacionales muestran que los equipos con rutinas de revisión emocional presentan menos bajas por ansiedad, mejor colaboración y una rotación notablemente menor. En contextos donde los plazos procesales y los clientes imponen su ritmo, un espacio de pausa consciente es casi una herramienta de prevención de riesgos laborales.
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