La soledad del decano Eugenio Ribón
El único representante de la abogacía que ha salido en defensa del secreto profesional en el proceso contra el fiscal General del Estado
(Imagen: ICAM)
La soledad del decano Eugenio Ribón
El único representante de la abogacía que ha salido en defensa del secreto profesional en el proceso contra el fiscal General del Estado
(Imagen: ICAM)
El decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), Eugenio Ribón, con una valentía poco frecuente, se ha convertido en el gran defensor del secreto profesional y, con ello, del derecho a la defensa.
Sin temor a las presiones del ministro de Justicia, Félix Bolaños García, y otros miembros del Gobierno y de ciertos miembros de la cúpula de la Fiscalía Española, la actuación del decano de Madrid en el proceso contra el fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, constituye un acto de protección del derecho de defensa, el secreto profesional y la lealtad procesal, que no son fórmulas retoricas ni privilegios gremiales, son garantías constitucionales esenciales que protegen al ciudadano frente al poder y aseguran la equidad del proceso penal .
Ribón ha declarado ante el Tribunal Supremo que García Ortiz le sugirió emitir un comunicado conjunto entre la Fiscalía y el ICAM, para mostrar cordialidad entre las instituciones, propuesta que Ribón rechazó argumentando que lo que realmente se necesitaba era una investigación y una depuración de responsabilidades por la gravedad del asunto.
El fiscal García Ortiz se enfrenta a 6 años de prisión y 12 años de inhabilitación por presuntamente haber filtrado la noche del 13 de marzo de 2024 a la Cadena Ser un correo enviado el 2 de febrero de 2024 por el abogado de González Amador a la Fiscalía.
Ribón manifestó que, “sin abogados libres, no hay jueces independientes”. Muchos abogados han comunicado a esta Redacción su sorpresa por la soledad del decano Ribón en la defensa del secreto profesional y la función de la abogacía; una defensa la del decano de Madrid que no se ha limitado a manifestaciones bien intencionadas, sino que, muy al contrario, ha sido una defensa que se ha perfeccionado con actos precisos y concretos. Eugenio Ribón ha actuado no solo como un defensor de la abogacía madrileña, sino que lo ha hecho también en defensa de toda la abogacía española.
