Peligroso y rotundo ataque al secreto profesional
La violación flagrante de uno de los pilares esenciales del Estado de Derecho

Peligroso y rotundo ataque al secreto profesional
La violación flagrante de uno de los pilares esenciales del Estado de Derecho

La abogacía española asiste, una vez más, a un episodio que no solo preocupa, sino que alarma profundamente a toda la profesión: se han grabado conversaciones confidenciales en el interior de un despacho de abogados.
La noticia, que involucra al letrado Jacobo Tejeiro Casanovas, ha generado un terremoto institucional que trasciende el caso concreto. El contenido de las grabaciones puede ser discutible. Lo que no admite discusión es la violación flagrante de uno de los pilares esenciales del Estado de Derecho: el secreto profesional.
Una frontera que no puede cruzarse
El secreto profesional no es un privilegio del abogado. Es un derecho del ciudadano. Una garantía estructural que permite que toda persona pueda confiar plenamente en su defensor, sin miedo a que sus palabras sean utilizadas en su contra. Socavar ese principio es dinamitar la base misma de la tutela judicial efectiva.
Cuando una grabación clandestina penetra en un despacho —el espacio más íntimo de la relación abogado-cliente— lo que está en juego no es solo la estrategia de defensa de una persona, sino la credibilidad del sistema judicial en su conjunto. Si no hay confianza, no hay defensa. Y sin defensa, no hay justicia.
La indignación del sector
La reacción no se ha hecho esperar. Colegios profesionales, asociaciones de abogados y juristas de prestigio han mostrado su más rotundo rechazo a este tipo de prácticas, que vulneran derechos fundamentales amparados por la Constitución y por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La pregunta es inevitable: ¿estamos ante un caso aislado o frente a una peligrosa tendencia de erosión de garantías? Porque si normalizamos la escucha encubierta en espacios protegidos, ¿cuál será el siguiente paso? ¿La interceptación sistemática de comunicaciones privadas entre abogado y cliente?

(Imagen: E&J)
A continuación recogemos la opinión de diversos abogados de prestigio sobre este tema tan trascendente:
Jacobo Tejeiro Casanovas
El propio abogado afectado, Jacobo Tejeiro, ha denunciado públicamente la grabación de una reunión mantenida en su despacho, calificándola como una violación de la confidencialidad inherente a la relación abogado-cliente. Según sus declaraciones, la grabación fue manipulada y difundida sin su consentimiento, lo que representa una transgresión grave de los principios deontológicos que rigen la profesión legal.
Jesús Remón
El abogado Jesús Remón subrayó en una conferencia en Bilbao en 2021 que la única excepción al deber de secreto profesional sería la existencia de indicios objetivos de participación del abogado en la comisión de delitos. En ausencia de tales indicios, cualquier grabación o intervención en las comunicaciones entre abogado y cliente constituye una violación inadmisible de los derechos fundamentales.
Cristóbal Martell
El abogado Cristóbal Martell ha abordado la complejidad de situaciones en las que el abogado podría verse obligado a levantar el secreto profesional para denunciar un delito que sabe que se va a cometer. Sin embargo, enfatiza que tales casos son excepcionales y deben manejarse con extrema cautela para no socavar la confianza esencial en la relación abogado-cliente.
Enrique Sanz Fernández-Lomana
El presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Enrique Sanz, ha calificado el secreto profesional como “uno de los instrumentos medulares del derecho de defensa y, por tanto, como garante del núcleo de garantías que conforman el derecho a la tutela judicial efectiva”. Ha enfatizado la necesidad de proteger este principio fundamental frente a cualquier intento de vulneración.
Estas opiniones reflejan la profunda preocupación del sector legal ante acciones que comprometen el secreto profesional, considerado un pilar esencial del Estado de Derecho y de la confianza en la Administración de Justicia.

(Imagen: E&J)
Más allá del contenido: el método
Es comprensible que ciertos sectores mediáticos centren su atención en el contenido de las grabaciones, sobre todo cuando estas afectan a figuras públicas o procesos relevantes. Sin embargo, poner el foco únicamente en lo que se ha dicho y no en cómo se ha obtenido ese contenido es asumir, implícitamente, que el fin justifica los medios. Y eso es inadmisible en un Estado de Derecho.
Una llamada al Poder Judicial
Este caso exige una respuesta clara y contundente por parte de los tribunales. No basta con investigar lo grabado; es imprescindible depurar responsabilidades sobre quién grabó, con qué autorización (si la hubo) y bajo qué justificación legal. Porque si se permite que el secreto profesional sea vulnerado sin consecuencias ejemplares, estaremos enviando el mensaje de que todo vale. Y todo no vale.
Conclusión
Lo verdaderamente escandaloso no es el contenido de la conversación, sino la vulneración del lugar en que tuvo lugar. Lo peligroso no es lo que se dice entre abogado y cliente, sino que alguien se atreva a escucharlo. Hoy es Jacobo Tejeiro. Mañana puede ser cualquiera. Es momento de defender, con firmeza y sin concesiones, lo que nos protege a todos: el secreto profesional.
