Ricardo Bodas, un jurista comprometido, recibe el premio ASNALA-Santander Justicia al mejor laboralista del año
La comunidad jurídica rinde homenaje a este profesional vinculado a las relaciones laborales durante 50 años

El vocal del CGPJ, Ricardo Bodas, posa con Salvador González (a su derecha); Ana Gómez, Ana Benavides, Eugenio Ribón y el profesor Luis Enrique de la Villa (a su izquierda). (Imagen: ASNALA)
Ricardo Bodas, un jurista comprometido, recibe el premio ASNALA-Santander Justicia al mejor laboralista del año
La comunidad jurídica rinde homenaje a este profesional vinculado a las relaciones laborales durante 50 años

El vocal del CGPJ, Ricardo Bodas, posa con Salvador González (a su derecha); Ana Gómez, Ana Benavides, Eugenio Ribón y el profesor Luis Enrique de la Villa (a su izquierda). (Imagen: ASNALA)
A sus 74 años y con una carrera profesional jalonada de hitos profesionales, Ricardo Bodas, hoy vocal del nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ha recibido el homenaje de los profesionales del Derecho del Trabajo al recibir el premio ASNALA Santander Justicia 2025 como mejor laboralista del año.
Bodas, que hizo con éxito la evolución de abogado a magistrado, ha sido el ejemplo de buen gestor de los órganos judiciales que llevó en especial la Sala Social de la Audiencia Nacional. “Los sistemas de autocomposición que ayudan a buscar soluciones extrajudiciales son necesarios en un momento en que la litigiosidad de la justicia en la jurisdicción Social ha crecido. Es fundamental incorporarlos para descargar a los juzgados”, comentó, para luego señalar la necesidad de que la Justicia afronte distintas reforma para ser competitiva: “La gestión publica no es sencilla. Lo aprendí en mi paso por la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia, aunque es clave buscar siempre el interés general”.
En su intervención hizo un repaso por su notable actividad profesional en estas últimas cinco décadas, donde se hizo respetar por la abogacía que acudía a sus vistas y escuchado por sus compañeros jueces y la Administración de justicia. Recordó el trabajo de Carlos Carnicer, quien fuera presidente del CGAE y que recientemente falleció. Carnicer también fue uno de los promotores del Foro por la Justicia, idea que agrupo a los operadores jurídicos para trabajar por la mejora de la Administración de justicia.
Bodas recordó que fue él uno de los precursores en sus sentencias de la aplicación directa del artículo 97.2 de la Ley de Jurisdicción Social, donde se estable que la sentencia debía contener, dentro de los antecedentes de hecho, un resumen suficiente de los hechos que han sido objeto de debate en el proceso. Esto significa que la sentencia debe incluir una descripción concisa de los principales puntos de la controversia y las pruebas. “Esto garantiza que la sentencia esté fundamentada y que las partes puedan entender la lógica de la decisión judicial, eso lo hicimos en la Audiencia Nacional”, apuntó.

Ricardo Bodas, ahora vocal del CGPJ, hizo un repaso por su exitosa carrera profesional en el mundo de las relaciones laborales. (Imagen: ASNALA)
Un homenaje merecido
Un año más la Escuela de Práctica Jurídica se convirtió en el centro de la actividad del derecho del trabajo. Si el pasado año fue premiado Jesús Mercader, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Carlos III, por su aportación al mundo de las relaciones laborales, en esta ocasión el homenajeado fue Ricardo Bodas, más de cinco décadas en la jurisdicción social, hasta llegar a la Sala Social del Supremo, hoy vocal del nuevo CGPJ.
La ceremonia, celebrada este martes en la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense de Madrid, ha reunido a autoridades judiciales, jurídicas, políticas y académicas, contando con la presencia de la presidenta de ASNALA, Ana Gómez; el presidente del jurado, Luis Enrique de la Villa; Salvador González, presidente del CGAE; el decano del Colegio de la Abogacía de Madrid, Eugenio Ribón; y la directora corporativa de Relaciones Laborales de Banco Santander, Ana Benavides.
La presencia de Bodas concitó la asistencia de juristas de primer nivel. Como compañeros del CGPJ estaban los vocales José María Fernández Seijo, Inés Herrero, Bernardo Fernández y Esther Erice. De su etapa en el Supremo, prácticamente acudieron la Sala Social en pleno con su presidenta actual Concepción Ureste, flanqueada por sus compañeros magistrados de dicha Sala, Ignacio García-Perrote, Ángel Blasco, Juan Martínez, Sebastian Somalo, Juan Molins e Isabel Olmos.
Destacar también la presencia de María Pita, de la Oficina Antifraude; Rosario Gacía, consejera del Tribunal de Cuentas; Pablo Aramendi, expresidente de la Sala Social de la Audiencia Nacional; Raquel Vicente, magistrada de refuerzo en la Sala Social del Supremo; Jesús María Prieto, del sindicato de inspectores del Ministerio de Trabajo. También hicieron acto de presencia María Luisa Segoviano, magistrada del Tribunal Constitucional y presidenta de esa Sala Social cuando Bodas llegó a la misma; así como Ramón Gayo, presidente; y Ana Sancho, magistrada de la Sala Social de la Audiencia Nacional.
Segoviano explicó a Economist & Jurist que “la llegada de Ricardo Bodas a esta Sala Cuarta fue una gran noticia. En el tiempo que él estuvo de unos tres años, demostró una gran capacidad de trabajo y de gestión de los asuntos. Creo que su aportación al Derecho del Trabajo ha sido notable en su amplia carrera profesional. En su momento creó la Mesa Social de la Audiencia Nacional que ayudó a gestionar este organismo, prácticamente sin demasiada pendencia. Tenía la Sala al día y eso nunca ha sido fácil”.
Para Mercader, “es evidente que Bodas ha sido a lo largo de su carrera profesional como laboralista un jurista comprometido. Lo fue como abogado en aquella España predemocrática, como abogado que defendía en los trabajadores y que luego se integró en el sindicato de Comisiones Obreras. Su paso por la judicatura en juzgados de lo social de Madrid y Barcelona fue importante porque demostró que los órganos judiciales podrían gestionarse. A nivel profesional su análisis de la reforma del despido colectivo del 2012 se sigue estudiando en las universidades y cursos de postgrado”.

La intervención de este jurista fue seguida por mucho interés, tanto en la Escuela de Práctica Jurídica como vía online. (Imagen: ASNALA)
Fue un juez exigente
Muchos abogados acudieron a la cita de ASNALA, Román Gil y María Jesús Herrera, socios de Sagardoy, coinciden en señalar el papel de Ricardo Bodas en sala. “Un juez exigente pero que gestionaba bien todos los asuntos. A nosotros los abogados nos exigía prepararnos bien los temas porque su gestión de la vista era sobresaliente. Es evidente que estar en esa Sala de la Audiencia Nacional te hacía ver que estabas ante un magistrado distinto, que ha demostrado su rigurosidad con el Derecho a la vez que una buena gestión de esa Sala Social prácticamente sin pendencia”, comentan.
En los corrillos las conversaciones giraban sobre la reducción de la jornada laboral y su tramitación parlamentaria; la Ley 1/2025 y su impacto en la jurisdicción social, la falta de jueces en Madrid que está generando muchas suspensiones de juicios y el futuro Pleno del 17 de julio de la Sala Social del Supremo donde se deliberará sobre si las indemnizaciones del despido improcedente deben incrementarse según sugiere la Carta Social Europa. Los laboralistas tienen mucho trabajo y sus empresas les exigen el máximo.
La presencia de Bodas ha servido para que Yolanda Valdeolivas, catedrática de Derecho del Trabajo y of cousel de Pérez-Llorca acuda a esta cita de los laboralistas. También lo hizo Rosa Zarza, managing partner de Garrigues y premiada en el 2023 con Bernardo García. Igualmente acudieron al evento Luis Pérez Capitán, uno de los últimos fichajes de Sagardoy, acompañado de Ana Godino, otra socia de la firma. También estuvieron presentes Aurora de la Cueva, presidenta, y Concepción Esther Morales, magistrada suplente de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Junto a ellos la junta directiva de ASNALA casi en pleno, con la presencia de los abogados que la configuran junto a Ana Gómez, como son los casos de Alberto Novoa, socio de Roca Junyent; Valentín García, socio de Cuatrecasas, que conversaba con Antonio Pedrajas, socio director de Abdon Pedrajas Littler; José Ramón Fernández, jefe del área contenciosa de Adif; y Pilar Cascón, abogada de Alliantia Abogados, junto a su compañero Jesús Domingo, socio de la firma; y María José Ramo, magistrada suplente del TSJ de Navarra.

Luis Enrique de la Villa, presidente del jurado, hizo una notable laudatio del homenajeado Ricardo Bodas. (Imagen: ASNALA)
Martín Godino, socio director de Sagardoy Abogados y presidente de honor de ASNALA, reconoce el papel del homenajeado en el Derecho Laboral: “Ha hecho mucho por el derecho del trabajo. En alguna ocasión nos enfrentamos en algun asunto, pero su papel clave ha sido en la jurisdicción social donde ha demostrado su buen hacer. Tuve la fortuna de dirigir un Tratado sobre despido colectivo editado por Tirant Lo Blanc en el que Bodas y el profesor Enrique de la Villa fueron coautores en el 2016. Una obra necesaria para entender cómo ha evolucionado el despido colectivo en nuestro país”.
Otra de las personas que mejor conoce a Bodas es Enrique Lillo, antaño abogado de Comisiones Obreras y con el que Bodas compartió muchos momentos en su etapa en el sindicato como abogado laboralista. Lillo, abogado clave en la creación de los servicios jurídicos de esta organización sindical y premio ASNALA en el 2016, vino acompañado de otra laboralista de prestigio como ha fue Diana Rodríguez, responsable del área de derecho laboral de Marimón Abogados. A su juicio, “Ricardo ha sido un jurista muy comprometido que ha sabido evolucionar a medida que lo hacia el derecho del trabajo en nuestro país. Su contribución es indudable”.
Un reconocimiento merecido
Las palabras de Ana Gómez, presidenta de ASNALA sirvieron para glosar la figura de este jurista vinculado desde muy joven al mundo de las relaciones laborales, primero como abogado y con posterioridad como magistrado, hasta llegar a ser magistrado de la Sala Social del Supremo: “Un magistrado clave, siempre preocupado por mejorar la administración de justicia y reducir las demoras de los tiempos judiciales. Lo mejor su capacidad de liderazgo indudable a lo largo de su amplia carrera profesional”.
Para esta jurista, “una de las grandes contribuciones de Bodas fue crear durante su paso como presidente de la Sala Social de la Audiencia Nacional, poner en marcha una Mesa Social en ese organismo, creada en julio del 2009 y compuesta por jueces, fiscales, secretarios judiciales, abogados y otros operadores jurídicos. Su objetivo está siendo —porque sigue operativa— agilizar los procedimientos en las materias de su competencia, a través de distintas mesas redondas y debates”.
Por su parte, el profesor Luis Enrique de la Villa, recién cumplidos 90 años y presidente del Jurado de este premio ASNALA Santander Justicia, glosaba la figura de Bodas, al que ha conocido a lo largo de su carrera profesional: “Siempre quiso ser laboralista y en una primera etapa profesional de unos 15 años estuvo defendiendo a los trabajadores, primero en Comisiones Obreras, en medio de la transición a la democracia; luego creó un despacho con Emilio Palomo y Pablo Aramendi de bastante éxito en la jurisdicción social. Los tres acabaron por el cuarto turno como magistrados.
De la Villa constata que “Bodas ha sido testigo activo de la evolución del Derecho del trabajo en nuestro país. En sus inicios, cuando se colegió como abogado en el ICAM, los abogados laboralistas se ocupaban de defender a los trabajadores de cualquier abuso. Pocos despachos se creaban. A lo largo de esos años, con la evolución de la sociedad y las relaciones laborales, el papel del laboralista es otro. Asesora a la empresa y a los trabajadores, y no hay bufete de prestigio o empresa que tenga un área laboral bien cubierta a nivel legal”.

Posado al final de la gala, con la presencia de los miembros del jurado, presidente del CGAE y decano del ICAM, junto a Bodas. (Imagen: ASNALA)
Otro detalle que indicó es que Bodas con 40 años decidió convertirse en juez y logró el número 3 de su promoción por el cuarto turno. Su primer destino fue un juzgado Social de Barcelona que tenía un colapso importante. Pero en el tiempo que estuvo allí lo logró poner al día. Lo mismo hizo en su posterior destino en otro juzgado de lo Social de Madrid. Su papel en la Audiencia Nacional ha sido clave, donde su presidencia entre los años 2009 a 2020 ha hecho que este órgano judicial tenga un respuesta legal en unos tiempos razonables”.
A juicio de este jurista “Bodas se ha convertido en un comunicador del Derecho del trabajo. A su labor como magistrado y ahora como vocal del CGPJ en esta nueva etapa, hay que añadir su faceta de formador y de conferenciante con más de 350 conferencias impartidas. Lo último que sabemos es que forma parte de Fundación SIMA que dirige Beatriz Losada, que ha demostrado a lo largo de toda su carrera un compromiso con el ejercicio responsable del autonomía colectiva y su máximo respeto a los sistemas de solución autónomos de conflictos”.
