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Noticias Jurídicas

Riesgos legales y errores en el emprendimiento

La prevención, la formación y el acompañamiento jurídico son claves para evitar errores

(Imagen: E&J)


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Riesgos legales y errores en el emprendimiento

La prevención, la formación y el acompañamiento jurídico son claves para evitar errores

(Imagen: E&J)

Emprender es una aventura apasionante, pero conlleva tener en cuenta todos los desafíos legales que implica, ya que, si no se abordan con rigor, pueden suponer riesgos jurídicos. Estos riesgos legales son las posibles contingencias o situaciones adversas a los que una empresa o autónomo se enfrenta debido al incumplimiento o violación de leyes, regulaciones o normativas vigentes. Pueden abarcar una amplia gama de áreas como, por ejemplo, la propiedad intelectual, el cumplimiento laboral, la protección del consumidor, normativa fiscal o la seguridad del producto, entre otros.

Las consecuencias de los riesgos legales pueden ser significativas e incluir multas, sanciones, demandas civiles, pérdida de reputación e incluso responsabilidad penal. Por ello, para evitar cualquier sanción o multa, se requiere un conocimiento profundo de las leyes y las regulaciones aplicables en el ámbito específico de la actividad empresarial.



Una situación recurrente y habitual de riesgos legales asociados al emprendimiento es la negligencia en la fabricación y comercialización de productos, que puede derivar en daños y lesiones a los clientes, lo que tendrá consecuencias graves, más aún si no se cuenta con un seguro de responsabilidad civil. El emprendedor podría enfrentarse a acciones legales por lesiones personales, así como a multas y sanciones por violar las regulaciones de seguridad del producto y las leyes de protección al consumidor. Además, su reputación y la viabilidad de su negocio podrían verse gravemente afectadas debido a la pérdida de confianza de los clientes.



Otro ejemplo de riesgo legal es no darse de alta en el IAE. A menudo, los emprendedores confunden el pago del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) con el darse de alta en el mismo. Del primero, están exentos todas las personas físicas (es decir, todos los autónomos que se hayan acogida a esta fórmula) y aquellas sociedades jurídicas (anónimas, laborales, limitadas) que facturen por debajo de 1.000.000 euros; sin embargo, es importante saber que todas las personas físicas y jurídicas que quieran realizar una actividad económica, profesional o artística están obligadas a darse de alta en el IAE, ya que actúa en la práctica como un censo para Hacienda de todas las actividades empresariales que se desarrollan en territorio español. No hacerlo o hacerlo de forma incorrecta por inadecuación de epígrafe puede implicar una multa.

(Imagen: E&J)

Errores comunes en el emprendimiento

Estos son algunos de los errores más típicos que se cometen al emprender y que es fundamental conocer de antemano para poder prevenirlos y evitar sus consecuencias, en muchos casos, jurídicas y económicas.

Desconocer el mercado

Iniciar un emprendimiento sin antes investigar detalladamente el sector en el cual se va a operar es un gran error. Esto no se limita solo a identificar a los competidores, sino que implica comprender las tendencias del sector, los hábitos de consumo del público objetivo, las barreras de entrada, los marcos regulatorios aplicables, etc. Ignorar esta fase puede llevar a errores como fijar precios inadecuados, elegir canales de distribución poco efectivos o desarrollar una oferta que no conecta con las necesidades reales del cliente.

Falta de planificación

La carencia de un plan de negocios es otro error recurrente. Un plan de negocios previo y bien estructurado puede traducirse en un modelo de negocio viable. Para ello, lo principal es definir los objetivos del negocio, la estructura y los recursos necesarios. Además, si se va a emprender en compañía de otras personas es necesario dejar muy claro, bien a través de un pacto de socios o de los estatutos, qué ocurrirá con la sociedad en caso de que haya desavenencias. Si no se ha previsto, es uno de los errores con peores consecuencias para el futuro de la empresa.

Desconocer la normativa sobre licencias

Pese a que se ha suprimido la necesidad de contar con algunas de las licencias que más afectaban a la apertura de comercios minoristas como la de apertura, la de cambio de titularidad o las de obras que no requieran la redacción de un proyecto, es importante informarse bien sobre los permisos y trámites, incluidos aquellos que están relacionados con la adaptación del local. Desconocerlos puede suponer retrasos en el inicio de actividad, sanciones o incluso paralización de la actividad.

Falta de claridad en los contratos con empleados y proveedores

Muchos emprendedores confían en acuerdos verbales o en contratos mal redactados, lo que genera conflictos que pueden afectar la contabilidad y operaciones de la empresa. Por ello, es crucial realizar contratos detallados y revisados por abogados especializados que garanticen la protección de los intereses de la empresa.

(Imagen: E&J)

Incumplimiento de normativas laborales

El desconocimiento o ignorancia de las obligaciones laborales, como el pago de seguridad social, prestaciones, etc. puede generar demandas y sanciones que pueden poner el riesgo la continuidad del negocio.

Falta de protección de la propiedad intelectual

La falta de registro de marcas, patentes o innovaciones deja a los empresarios y emprendedores vulnerables a la pérdida de derechos sobre sus creaciones, afectando su competitividad.

Riesgos derivados del entorno digital

Actualmente, en un entorno cada vez más digital, muchos negocios operan a través de páginas web o plataformas de comercio electrónico. Por ello, es fundamental, adaptarse a los entornos que marca la normativa vigente, como la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico o el Reglamento General de Protección de Datos, ya que no hacerlo puede conllevar sanciones por parte de la Agencia Española de Protección de Datos. Asimismo, el uso de pasarelas de pago sin las debidas garantías o la falta de transparencia en los términos de contratación online son otros focos habituales de conflicto.

Retrasarse en la solicitud de subvenciones

Hay varias posibilidades para solicitar subvenciones o ayudas para crear empresa, pero es necesario estar atento a los plazos. Como es el caso, por ejemplo, de la solicitud del pago único de prestación de desempleo. Otras ayudas como, por ejemplo, la de promoción del trabajo autónomo, tienen que solicitarse entre tres meses antes de iniciar la actividad y los seis meses posteriores. Todas las ayudas tienen unos plazos determinados que es importante conocer.

En conclusión, emprender con éxito no solo requiere una buena idea y capacidad de gestión, sino también una sólida base legal. La prevención, la formación y el acompañamiento jurídico son claves para evitar errores que pueden comprometer el futuro de tu negocio.

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