El Tribunal Constitucional: la justicia que place al Príncipe
"El TC ha decidido suicidarse como tribunal de garantías"

Tras cuatro días de deliberación el Pleno del Tribunal Constitucional considera que la amnistía se ajusta a Derecho y rechaza el recurso del PP. (Imagen: Poder Judicial)
El Tribunal Constitucional: la justicia que place al Príncipe
"El TC ha decidido suicidarse como tribunal de garantías"

Tras cuatro días de deliberación el Pleno del Tribunal Constitucional considera que la amnistía se ajusta a Derecho y rechaza el recurso del PP. (Imagen: Poder Judicial)
«Quod principi placuit legis habet vigorem», a saber: «Lo que place al Príncipe, que sea ley». Nuestro actual Tribunal Constitucional (TC) sabe perfectamente qué es lo que place al Príncipe, y ha decidido, en efecto, que sea ley. Ley por encima de otras leyes, de rango constitucional, precisamente pensadas para limitar al Príncipe.
La fuerza normativa y claridad de conceptos de la Constitución se diluyen velozmente en manos de este TC. El texto constitucional pasa a convertirse en algo mucho más parecido a las constituciones meramente programáticas del siglo XIX.
Nada se ha aprendido, pues, del constitucionalismo posterior a la segunda guerra mundial. Podemos casi oír a García de Enterría removiéndose en su tumba, tratando de encontrar su luminoso «el valor normativo de la Constitución Española» (1983) y viendo cómo el TC lo entierra más hondo bajo nuevas paladas de tierra, de palabrería y de completa falta de rigor. Entramos en una época de uso alternativo del derecho constitucional que nos puede conducir —nos ha conducido ya— hasta el completo desleimiento constitucional.
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