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La firma

Los rasgos de personalidad en criminales peligrosos: Ana Julia Quezada, psicopatía y narcisismo

"Un ejemplo de maldad”

Ángel Cruz, padre de "El Pescaíto" con Ana Julia Quezada, antes de su captura y entrada en prisión (Foto: Archivo)

Ana Gutiérrez

Psicóloga forense




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




La firma

Los rasgos de personalidad en criminales peligrosos: Ana Julia Quezada, psicopatía y narcisismo

"Un ejemplo de maldad”

Ángel Cruz, padre de "El Pescaíto" con Ana Julia Quezada, antes de su captura y entrada en prisión (Foto: Archivo)

La maldad siempre ha fascinado por lo que tiene de incomprensible para muchos. Esto a lo que muchos llaman morbo en realidad no es tan malo, peor sería que como sociedad nos dejara impasibles o que fuéramos capaces de entenderlo. Ana Julia Quezada es un ejemplo de lo que la sociedad denomina “maldad” y los psicólogos rasgos compatibles con personalidad psicopática.

En muchos procedimientos judiciales se nos reprocha a los peritos no haber evaluado directamente al periciado, cuando existen métodos como la EPR (evaluación psicológica reconstructiva), la autopsia psicológica y la perfilación (criminal o victimológica) que surgen como método de investigación psicológica indirecta, para reconstruir mediante el conocimiento científico el estado psicológico en un momento concreto o las características psicológicas de una persona. La fiabilidad de las conclusiones estará marcada por la cantidad, calidad y exhaustividad de la información y el análisis de esta desde sólidas bases teóricas de la relación de los datos/conductas con los rasgos de personalidad/patologías.



La personalidad, como constructo estable, se refiere a un conjunto de rasgos relativamente consistentes y duraderos que caracterizan a una persona, determinando su manera habitual de pensar, sentir y actuar. Estos rasgos, aunque pueden variar en intensidad, tienden a permanecer relativamente inmutables a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones.

Estarían implicadas conductas de seducción, manipulación, frialdad, ausencia de escrúpulos y victimización manipulativa

La psicobiografía de Ana Julia Quezada permite este análisis a la búsqueda de conductas compatibles con rasgos de trastorno antisocial de la personalidad, en las descripciones de la psicopatía se señalan aspectos centrales: la conservación del sentido de la realidad, la manipulación egoísta de situaciones y personas, la ausencia de sentimiento de culpa y de vínculos afectivos íntimos y durables.

En el momento actual, presuntamente Ana Julia Quezada habría conseguido un teléfono móvil dentro de la cárcel a través de la seducción de un funcionario de instituciones penitenciarias, al que posteriormente y siempre presuntamente, habría denunciado por un delito contra la libertad sexual. Se habla de la existencia de vídeos y de una, presunta también, coacción a través de los mismos con el fin de conseguir mejores condiciones penitenciarias. El teléfono tendría como fin, reiteramos la presunción, el contacto con una productora para la realización de un docu-reality a cambio de dinero. Aquí estarían implicadas conductas de seducción, manipulación, frialdad, ausencia de escrúpulos y victimización manipulativa.

Este modus operandi se repite a lo largo del tiempo en la vida de la asesina.

Es con la seducción como abandona el club de alterne “Las Malvinas”, del que sale tras establecer relación con un hombre mayor y casarse con él, con quien tiene una hija y que tras la separación es acusado por Violencia de Género llegando a ser condenado.

No olvidemos el episodio en el que le pide al agente de la Guardia Civil que le ayude a elegir el tanga para llevarse a prisión cuando es detenida mientras trasladaba el cuerpo del menor en el maletero de su coche.

Es la seducción y la manipulación la base de la adaptabilidad al centro penitenciario, las personas con rasgos psicopáticos son descritas como camaleones, se integrarán allá donde recaben y conseguirán optimizar su situación por las buenas o por las malas.

La capacidad manipulativa se observa también en sus antecedentes. En las historias de las tres parejas anteriores al padre de Gabriel. En los tres casos, ellos o sus familiares supervivientes, dado que uno está muerto, la acusan de conseguir que seguros, casas o en el último caso un negocio, fueran inscritos a su nombre aunque pagados por los primeros.

Cuando hablaba de victimización manipulativa hacia referencia a hechos como la acusación de violencia de género hacia su primer marido y padre de su hija, que le permitió quedarse con la custodia de la hija habida entre ambos y el disfrute de la casa, la acusación realizada contra Gabriel en el mismo juicio cuando verbalizó que el menor la llamaba negra y fea o la actual acusación realizada sobre las presuntas relaciones sexuales habidas en prisión.

No olvidemos los rasgos narcisistas, con el sentido exagerado de egocentrismo, la preocupación extrema por sí misma y la falta de empatía hacia terceros.

Cuando decide “cambiar de vida” le ofrece a su primer marido, al que había denunciado por violencia de género, la custodia de la hija común. Poco antes del deceso de su segundo marido este contrae un préstamo de 6.000 euros para una operación de pecho, préstamo que termina de pagar sus hijos, los mismos que contaron a la guardia civil como tras haber escenificado una dramática escena en el tanatorio, esa misma noche fue al cine con la que ya era su siguiente pareja.

Es dentro del narcisismo donde se encuadran conductas que podríamos calificar como vindicativas. La citada denuncia de género a su primer marido, pero también está la carta al juez de instituciones penitenciarias durante la prisión preventiva, en la que acusaba al padre de Gabriel de “molestar a su familia” y le pedía que tomará medidas porque este se había comunicado con los familiares que le ingresaban dinero, y por último las insinuaciones que intentaron poner en el foco de la investigación del crimen a su pareja anterior, y co-propietaria junto con ella, del bar donde había conocido a Ángel Cruz.

Hay otros episodios oscuros como episodio de la muerte de su primera hija, atribuida a un sonambulismo y una escena de los hechos ciertamente extraños, y que en el momento de la investigación de la Guardia Civil había prescrito y los episodios de fiebres y síntomas de etiología desconocida sufridos por su primer marido y que según la investigación coinciden en el tiempo con búsquedas en internet relacionadas con tóxicos y venenos.

Todos estos datos nos llevan a un perfil compatible con ambos trastornos antisocial y narcisista y a la estimación de un elevado nivel de peligrosidad y reincidencia, afortunadamente el tipo de condena, Prisión Permanente Revisable mantendrá alejada a Ana Julia Quezada de la sociedad por muchos años, pero los hechos presuntamente ocurridos en prisión nos deben recordar  que también es peligrosa dentro.

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