Ocultar la nacionalidad de los delincuentes
“Racistas involuntarios”

(Imagen: E&J)
Ocultar la nacionalidad de los delincuentes
“Racistas involuntarios”

(Imagen: E&J)
Lamentablemente en nuestro país hay una serie de personas con poder que consideran que gran parte de la población española tiene una capacidad mental limitada.
Esta limitación, entienden, que justifica que a la población se le deba limitar según qué tipo de información, ya que de no hacerlo, la carencia mental mencionada, provocaría que esa población llegara a conclusiones erróneas.
Un ejemplo claro de esta conducta es la instrucción que han recibido instituciones públicas y medios de comunicación de no informar sobre la nacionalidad de las personas que cometen delitos. Si dan esta instrucción es porque creen que si la población averigua que entre los delincuentes abunda una determinada nacionalidad, los españoles desarrollarán conductas racistas hacia esos nacionales.
No creen los ordenantes de esas instrucciones limitativas de información, que un español medio es capaz de entender que si por ejemplo un señor de Marruecos delinque no es por ser marroquí, sino que probablemente es por su situación económica y por la incongruencia de nuestras autoridades que no son capaces de impedir la entrada ilegal de emigrantes y una vez en España no les permiten trabajar para ganarse la vida honradamente.
Esconder información no es una formula acertada en el siglo XXI para conseguir objetivos, y en el tema de la inmigración y del racismo tampoco. Muy al contrario, lo que se provoca en este caso es fomentar el racismo, al presumir con esa prohibición de informar sobre nacionalidades de autores de actos delictivos, que el hecho determinante de esas conductas no son las circunstancias personales de esas personas sino su nacionalidad.
Seguro que las personas que han diseñado esta estrategia lo han hecho con buena fe, pero lamentablemente han contribuido, sin quererlo, a fomentar el racismo y a ofender a muchos ciudadanos españoles por minusvalorar su inteligencia.
Rectificar es de sabios.
