Eugenio Ribón, decano del ICAM y emprendedor: “Hay que elegir muy bien con quién te asocias para montar tu despacho de abogados”
Este viernes la entidad colegial arranca el I Festival de Emprendimiento para impulsar el emprendimiento jurídico joven

Eugenio Ribón, una vida dedicada a la abogacía y al emprendimiento jurídico. (Imagen: cesión propia)
Eugenio Ribón, decano del ICAM y emprendedor: “Hay que elegir muy bien con quién te asocias para montar tu despacho de abogados”
Este viernes la entidad colegial arranca el I Festival de Emprendimiento para impulsar el emprendimiento jurídico joven

Eugenio Ribón, una vida dedicada a la abogacía y al emprendimiento jurídico. (Imagen: cesión propia)
La historia profesional y personal de Eugenio Ribón, (Cádiz, 1974) es la de muchos hombres y mujeres de este país que tomaron la decisión de montar su propio despacho de abogados. Una iniciativa que nunca fue sencilla donde las trabas se superaron con ilusión, trabajo y dedicación.
Hoy aquel joven Ribón es decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) y ha visto como su despacho, ubicado en el madrileño barrio de Chamberí, es una firma sólida respaldada por un puñado de abogados y abogadas con tanta vocación como él.
En un momento como el actual, donde un medio como el nuestro se hace eco de forma habitual de la puesta en marcha de distintos despachos de abogados, el ICAM vuelve a estar muy cerca de la actualidad y este viernes celebra en sus dependencias celebra el Festival EMPRENdayMIENTO, el primer festival de emprendimiento de la abogacía joven, liderado por el diputado Gabriel Rodríguez, responsable de Abogacía Joven, y por la abogada Celia Herrero, presidenta de la Sección de iniciación profesional de la entidad colegial.
Desde su punto de vista, “esta jornada, es mucho más que un evento: es una declaración de intenciones. Marca el inicio de una nueva etapa donde el ICAM pasa de ser testigo del emprendimiento jurídico a convertirse en su plataforma y su motor. Hemos diseñado un espacio para formar, conectar y empoderar a quienes quieren emprender desde el Derecho”.
Lo bueno de un abogado como Eugenio es que su prodigiosa memoria, que le ayuda a recitar leyes y disposiciones, también le ayuda a recordar cómo se embarcó en esta historia de crear su propio despacho. Esta vocación fue bastante incipiente y ahí sigue después de más de cincuenta años. De la conversación que mantenemos con él, detectamos que sigue siendo un apasionado del Derecho, ahora que combina su despacho con la responsabilidad de ser decano del ICAM.
“Como tantos otros compañeros, impulsar el despacho de abogados fue algo natural y sacrificado. Al principio en casa, en el Barrio de Argüelles. Al terminar el primer Postgrado, en Serrano 79. Era una vivienda grande, que alquilamos entre varios compañeros del máster. En la zona “noble” teníamos el despacho. Y en la de servicio, era la parte en que yo vivía al mismo tiempo por no poder pagar dos alquileres de despacho y vivienda al mismo tiempo”.

Ribón en un momento de esta entrevista donde repasa su carrera profesional.(Imagen: E&J)
El Turno de Oficio como escuela
También revela que “desde muy joven tuve un fuerte sentido de la justicia. El Derecho me atrajo no solo como una carrera, sino como una herramienta para equilibrar fuerzas, proteger al débil y transformar la sociedad. Empecé desde abajo, en el Turno de Oficio, enfrentándome a casos reales, con personas reales y necesidades urgentes. Desde ahí entendí que cada abogado puede construir un camino único si trabaja con rigor y pasión”.
Sobre el Turno de Oficio, señala que “es la mejor escuela de Derecho práctico. A menudo infravalorado, es donde se entrenan habilidades esenciales: empatía, rapidez, gestión del conflicto, oratoria. Para mí fue un trampolín, no un destino. Emprender en el Turno es innovar en formas de atención, especializarse, visibilizar su valor y reivindicar su dignidad profesional”.
Ribón recuerda con la satisfacción de los años que han pasado que “cuando fundé mi despacho y decidí especializarme en Derecho de Consumo, supe que no bastaba con conocer la ley: había que innovar, generar soluciones nuevas, anticiparse a las necesidades sociales. El abogado que espera que el sistema le abra puertas, se queda esperando. Aquel que es emprendedor, en cambio, detecta problemas y propone soluciones jurídicas viables. Ahí nace el valor diferencial”.
El decano del ICAM reconoce que emprender no es fácil y está lleno de dificultades “emprender en la abogacía significa enfrentarse a la soledad profesional en los comienzos, a la falta de recursos, a la incertidumbre jurídica y económica. En mi caso, no había red de apoyo ni formación específica sobre cómo montar un despacho. Tuve que aprender sobre la marcha, asumir múltiples funciones y, sobre todo, resistir. Por eso me empeño ahora en que los jóvenes no tengan que recorrer ese camino a ciegas”.
En esos primeros años, el joven Ribón se enfrentó a distintos desafíos profesionales “Fueron muchísimos como la incertidumbre, la falta de recursos, y tener que asumir todos los roles al mismo tiempo: abogado, gestor, comercial, administrativo, etc.; pero también había algo muy valioso: cada cliente era un voto de confianza; cada asunto, una oportunidad para crecer. Empecé con una mesa, un teléfono y muchas horas de estudio. Todo lo que no tenía en medios, lo compensaba con esfuerzo, compromiso y formación constante”.

La vida de un abogado es estudio y dedicación para entender el marco normativo que rodea su práctica profesional. (Imagen: cesión propia)
Referencia en defensa de los consumidores
Eugenio Ribón es hoy uno de los referentes en defensa de los consumidores, con un grupo de compañeros y compañeras creó la Asociación Española de Derecho de Consumo. El pasado mes de noviembre celebró su último Congreso, “Vi que miles de ciudadanos estaban indefensos ante cláusulas abusivas de bancos, aerolíneas o grandes compañías. Era un campo en expansión, desatendido y con un alto impacto social. Decidí apostar por él, no sin riesgo, porque en su momento no era una “especialidad de prestigio”. Hoy, muchas sentencias han corregido abusos y han sentado jurisprudencia”.
Desde su punto de vista el modelo de emprendimiento jurídico esta cambiando “ahora muchos abogados se asocian para crear pequeñas estructuras. Así es el 90 por cien de los bufetes de toda España. El modelo del abogado en solitario va dejando paso a estructuras colaborativas, más eficientes y especializadas. Las boutiques jurídicas permiten concentrar talento, sumar perspectivas y repartir funciones. Este enfoque es más ágil, más cercano al cliente y más sostenible. La clave está en elegir bien con quién se emprende: compartir visión, ética y estilo profesional”.
Junto a esta cuestión hay otro elemento destacado para estos emprendedores de nuevo cuño, su especialización en prácticas o materias. “Hoy, el cliente busca precisión y valor añadido. Quiere un abogado que conozca a fondo su problema específico y que hable su mismo lenguaje. La especialización no solo mejora la calidad del servicio, también permite diferenciarse en un mercado saturado. Es una decisión estratégica. Cuanto más afilado está el perfil profesional, más claro es el valor que se ofrece”.
De manera paralela, la mujer jurista se ha unido a este contexto de emprendimiento. Ribón subraya que “ahora tiene un papel fundamental. La mujer abogada ha demostrado una capacidad de liderazgo, innovación y compromiso extraordinarios. Pero aún queda camino por recorrer, sobre todo en términos de conciliación real, visibilidad y acceso a oportunidades. Desde el ICAM, estamos decididos a promover un ecosistema en el que la abogada emprendedora no tenga que elegir entre crecer y conciliar, sino que pueda hacer ambas cosas con respaldo institucional”.

Para Ribón es fundamental tener un entorno cercano en el que confiar. Aquí con los abogados de Carles Cuesta Abogados. (Imagen: Carles Cuesta)
Emprender no es fácil pero motiva mucho
Ser emprendedor legal no es tarea sencilla. En ninguna universidad enseñan a fondo como ser tu propio jefe y rentabilizar tu despacho. “En una disciplina tan exigente como ser abogado tienes que estudiar toda tu carrera profesional. Tu actividad viene marcada por tu especialización y los cambios normativos de esa práctica. La formación es el único capital que nunca se devalúa. Estudiar no es solo prepararse para un caso; es crecer como profesional y como persona. La excelencia no se improvisa: se construye día a día, libro a libro, experiencia a experiencia. El estudio te da criterio, autonomía y, sobre todo, libertad”.
En su opinión entender la vocación en la abogacía supone “un compromiso con el servicio a los demás. Es entender que nuestra labor no se limita a aplicar normas, sino a ser instrumentos de justicia y equidad. La verdadera satisfacción profesional proviene de saber que, con nuestro trabajo, contribuimos a mejorar la vida de las personas y a fortalecer el Estado de Derecho”.
Eugenio Ribón aclara que otro de los retos de emprender es compaginar el ejercicio de la abogacía con su vida personal. “Es algo difícil de lograr. La clave está en saber priorizar, en aprender a desconectar cuando corresponde, y, sobre todo, en contar con una familia que entiende y acompaña. La conciliación no es un lujo, es una necesidad. Cuidar de tu entorno personal te permite rendir mejor profesionalmente. Lo importante es que ni una parte ni la otra se sientan sacrificadas, sino integradas”.
En esto del emprendimiento legal es fundamental diseñar una estrategia que a uno le ayude a captar clientes para el bufete. “La primera cuestión es la confianza, y esta se construye con credibilidad, cercanía y resultados. Pero también hay que saber comunicar: explicar bien lo que uno hace, demostrar conocimiento del sector del cliente y generar relaciones duraderas. No se trata de vender servicios jurídicos como quien vende un producto, sino de ofrecer soluciones reales a problemas concretos. Y eso se logra con escucha activa, transparencia y mucha preparación”.
En este desarrollo de la firma, la apuesta del abogado por contar con la tecnología como aliado para hacer crecer el bufetes es clave. “Estamos hablando de un pilar del despacho moderno. Desde la gestión documental hasta el análisis de datos, pasando por el uso de inteligencia artificial para tareas repetitivas o la automatización de procesos. La tecnología no sustituye al abogado, lo potencia. Permite ganar tiempo, minimizar errores y centrarse en lo verdaderamente estratégico: pensar, argumentar y conectar con el cliente”.

Eugenio Ribón con Francisco Javier Orduña, exmagistrado del Tribunal Supremo y ahora catedrático de Derecho Civil, cuando tomó posesión como decano del ICAM. (Imagen: E&J)
Marca personal y fiscalidad estratégicos
Al final, con los años y el buen hacer, el abogado crea su marca personal. “Tiene una importancia estratégica. La marca personal es lo que hace que te recuerden, que te recomienden, que confíen en ti. No se trata de aparentar, sino de mostrar con autenticidad quién eres, qué valores representas y qué experiencia aportas. Hoy, construir una marca coherente y sólida es casi tan importante como dominar la técnica jurídica. La confianza empieza mucho antes del primer encuentro con el cliente”.
Sobre la fiscalidad, Eugenio Ribón resalta que “es un aspecto clave, y a menudo descuidado. Un abogado emprendedor no puede permitirse improvisar en la gestión fiscal. Hay que ser riguroso, entender bien las obligaciones tributarias, organizar la facturación, prever los pagos y contar con asesoramiento especializado si es necesario. La estabilidad financiera empieza por un control ordenado de los números”.
“Un buen profesional también debe ser un buen gestor. Ahora bien, La realidad fiscal del abogado emprendedor es compleja y, en muchos casos, injusta. A menudo se exige a estos profesionales el mismo nivel de cumplimiento y carga tributaria que a grandes estructuras empresariales, sin considerar la precariedad o la etapa inicial de muchos despachos unipersonales”, resalta.
Como decano del ICAM indica que “somos plenamente conscientes de esta dificultad. Por eso estamos reclamando cambios normativos que alivien la presión fiscal sobre los jóvenes abogados y sobre los profesionales por cuenta propia. Hemos planteado propuestas de fiscalidad progresiva y adaptada a la realidad del ejercicio profesional individual, así como el reconocimiento efectivo de los gastos necesarios para el desempeño de la abogacía”.
Al mismo tiempo nos indica “estamos desarrollando formación específica, guías prácticas y acompañamiento desde el Colegio para que ningún abogado emprendedor se enfrente solo a esta carga. Creemos que emprender no debería ser una heroicidad fiscal. La sostenibilidad del emprendimiento jurídico pasa por una fiscalidad justa, humana y sensata. Y desde el ICAM estamos decididos a impulsarla”.

Eugenio Ribón, decano del ICAM, en el plató de ‘Economist & Jurist’. (Imagen: E&J)
Claves para ser emprendedor
Con la experiencia que le dan los años y el haber mantenido abierto durante décadas su bufete, Eugenio Ribón ofrece algunas claves para emprender en el mundo de la abogacía “En primer lugar, hay que reflexionar y tener claro que ese abogado debe buscar su nicho y especializarse. Otro elemento importante es contar con un buen equipo de apoyo que no se improvisa. No hablo solo de empleados, sino de mentores, colegas y aliados con los que compartir conocimiento. Y tercero, que no tema a la tecnología: desde un Excel bien usado hasta la inteligencia artificial, son recursos que le ayudarán a centrarse en en lo más importante: el cliente”.
Para este reputado jurista, al final se trata de contar con tres factores que deben conjugarse “Hablamos de mentalidad, método y marca. Mentalidad para creer que pueden liderar su proyecto. Método para organizar bien su servicio, su tiempo y su propuesta. Y marca, porque el abogado hoy también comunica, conecta y genera confianza. Ser buen técnico no basta si no sabes hacerlo visible”.
Eugenio Ribón espera que esta jornada de emprendimiento jurídico en el ICAM sea un éxito y ayude a que algunas vocaciones se consoliden. “Nuestra entidad colegial, a través de la estrategia integral ‘Plan Impulso Joven’, de Abogacía Joven ICAM, hemos desarrollado cinco ejes de acción: formación y networking de alto valor, incidencia legislativa, herramientas tangibles como la Guía de Supervivencia para Emprendedores Jurídicos, asesoramiento individualizado, y alianzas con universidades, administraciones y el sector privado. Queremos que emprender no sea una heroicidad, sino una opción estructurada y viable”.
Sus deseos y los de la Junta del Gobierno que preside, también con otros emprendedores jurídicos como la vicedecana, Isabel Winkels o el secretario general, José Ignacio Monedero, junto a los diputados Ester Mocholi, Juan Manuel Mayllo y Emilio Ramírez, es que se convierta “el emprendimiento jurídico joven en una realidad sostenible”.
“Esto implica cambiar mentalidades, modernizar estructuras y dotar de apoyo real a quienes deciden emprender. Si logramos consolidar este ecosistema, no solo transformaremos trayectorias individuales, sino que impulsaremos una nueva forma de entender y ejercer la abogacía desde la base”, finaliza señalando Eugenio Ribón.
