Espuma y sábanas
España es una de las tres primeras potencias turísticas del mundo y de ello también es responsable el modelo de desarrollo de la costa española
(Imagen: E&J)
Espuma y sábanas
España es una de las tres primeras potencias turísticas del mundo y de ello también es responsable el modelo de desarrollo de la costa española
(Imagen: E&J)
No es extraño que muchos medios de comunicación recojan comentarios en relación a la costa española, catalogándola de desastre urbanístico. No se puede negar que en nuestro litoral se han cometido muchos errores, pero tampoco que el desarrollo inmobiliario-turístico español ha generado, y genera, empleo y riqueza a millones de familias de forma directa o indirecta.
Claro que nuestras playas serían más bonitas con menos turistas, con menos restaurantes, con menos hoteles, pero ello también implicaría menos oferta de empleo y menos rentas para nuestra población y tejido empresarial. España es una de las tres primeras potencias turísticas del mundo y de ello también es responsable el modelo de desarrollo de la costa española, donde se han hecho cosas mal pero también muchas bien.
Casi nada es negro o blanco, casi todo gris, pero nuestra costa aún hoy es luminosa y tan confortable que la espuma blanca de las olas casi se confunde con las blancas sabanas de las camas de nuestros hoteles, que sin temor, se dejan rozar por el mar.
Los rascacielos junto al mar consiguen que muchos, no solo los privilegiados económicamente, puedan disfrutar del mar y sus vistas. Es difícil encontrar en el mundo playas como las españolas, que por precio asequible puedas comer una paella o beber una cerveza fría pisando la arena junto al mar sin tener que estar en un “resort” de lujo.
El modelo turístico español ha primado siempre el disfrute popular, el de muchos. Esta decisión tiene sus peaje , pero también da alegría y felicidad a muchas personas, y esto también es importante.
