Lelong Asian Club o cómo hacer bien la cocina asiática en Madrid
Grupo China Crown consolida su apuesta más ambiciosa: un club gastronómico que combina cocina de autor, maridajes refinados y coctelería sorprendente
(Imagen: Lelong Asian Club)
Lelong Asian Club o cómo hacer bien la cocina asiática en Madrid
Grupo China Crown consolida su apuesta más ambiciosa: un club gastronómico que combina cocina de autor, maridajes refinados y coctelería sorprendente
(Imagen: Lelong Asian Club)
En pleno centro neurálgico de Madrid, donde el ritmo no descansa, Lelong Asian Club emerge como un pequeño oasis gastronómico. Ubicado en la renovada zona de Canalejas, en apenas dos años se ha consolidado como un destino imprescindible para quienes disfrutan de la cocina oriental bien ejecutada.
La experiencia comienza incluso antes de cruzar el umbral: un breve recorrido, adornado con una cuidada decoración floral, conduce a una puerta que, al franquearla, revela un interior donde historia y sofisticación conviven con naturalidad. Instalado en un edificio de 1886 y resultado de la unión de varios locales antiguos, Lelong conserva elementos originales como columnas, placas de mármol y detalles arquitectónicos que evocan el Madrid del XIX. El interiorista Jean Porsche ha logrado respetar esta identidad mientras apuesta por materiales nobles —ónix retroiluminado, espejos biselados, terciopelos y revestimientos contemporáneos—, en un aire cosmopolita que dialoga con el pasado. Techos altos, grandes ventanales a la misma Carrera de S. Jerónimo y una iluminación meticulosamente diseñada permiten que el espacio fluya con elegancia. El salón principal, presidido por una barra de coctelería, da paso a una impresionante vinoteca expuesta y se complementa con varios reservados, pensados para eventos privados o cenas grupales, ofreciendo así distintos ambientes dentro del mismo entorno.

(Imagen: Lelong Asian Club)
María y Felipe Bao firman su proyecto más completo en la escena asiática madrileña
El motor detrás de Lelong Asian Club es Grupo China Crown, liderado por María Li Bao y Felipe Bao, quienes ya cuentan con una plaza consolidada en la restauración asiática de Madrid. María conduce la dirección estratégica del grupo —responsable de marcas como China Crown o Shanghai Mama— y Felipe se encarga de la carta y de trasladar a la mesa su interpretación de la cocina pan‑asiática, mezclando tradición con toques contemporáneos. Con Lelong, buscaban crear un restaurante‑club que fusionara gastronomía, diseño y ambiente y podemos confirmar que en apenas dos años han logrado un entorno cosmopolita, versátil y sofisticado, más allá de la oferta tradicional de cocina oriental.
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Para la Fiesta del Medio Otoño, el restaurante presenta una carta renovada, un menú degustación actualizado y un Set Lunch para el mediodía. Cada plato, ejecutado con materias primas de primera calidad y técnicas contemporáneas, combina sabores de Japón, China, Tailandia, Corea y Singapur, reinterpreta recetas tradicionales y ofrece una experiencia gastronómica completa, donde elaboraciones, aromas y presentación se integran en un recorrido sensorial dentro de este entorno sofisticado.

(Imagen: Lelong Asian Club)
Un menú degustación que concentra lo mejor de la casa con relación calidad-precio inmejorable
La carta, extensa y muy bien organizada, invita a un viaje completo por la riqueza de la gastronomía asiática. No obstante, el menú degustación destaca especialmente, al concentrar lo mejor de la propuesta en un recorrido ajustado con una relación calidad‑precio inmejorable. Para quienes deseen profundizar, sería interesante añadir un pase más largo con platos adicionales con el objetivo de ampliar la experiencia y la variedad de sabores ofertados.
La propuesta de entrantes comienza con un Melón encurtido con caramelo de jengibre y cítricos, un plato que sorprende por su equilibrio entre dulzor, acidez y un ligero toque especiado. La frescura del melón contrasta con la intensidad aromática del jengibre, mientras los matices cítricos aportan una sensación vibrante y duradera. La Tostada crujiente de maíz con tartar de atún picante, aguacate y perlas de wasabi coloca al atún como protagonista absoluto, una verdadera oda al producto de calidad. Cortado con precisión y aliñado con cuidado, cada bocado potencia la intensidad natural del pescado. El aguacate, presente desde la base, añade una consistencia cremosa y las perlas de wasabi liberan un toque picante que realza el conjunto sin dominarlo.
Uno de los platos más destacados es la Crema de sésamo blanco con cuajada de soja y salsa X.O casera (una preparación picante y aromática elaborada con mariscos secos, jamón curado y especias). La untuosidad de la crema se complementa con la delicada sensación láctea de la cuajada, coronado por el crujiente de sésamo que aporta un toque lúdico. Servido con un esponjoso pan chino, cada bocado despliega capas de sabor y contrastes en boca que resultan adictivos. El Variado de sashimi y nigiris arriesga poco, presentando una selección clásica y correcta, pero sin sorpresas ni giros atrevidos. Incluye sashimi de salmón, nigiri de atún, y nigiri de hamachi (pez japonés de gusto delicado pero profundo, con textura firme y ligeramente grasa), este último el más destacado del plato.

(Imagen: Lelong Asian Club)
El protagonista del siguiente pase es el Rollito crujiente de pato Pekín. Tierno y jugoso, se combina con la masa crujiente y el frescor del pepino, el puerro crudo y el cebollino que lo coronan. La salsa hoisin de judía fermentada incorpora un toque umami profundo, ligeramente dulce y fermentado, que envuelve los ingredientes sin dominar el conjunto.
El plato estrella corresponde al Pollo al limón de Lelong, la receta más reconocida del local. Su jugosidad sobresale desde el inicio con una carne tierna y bien resguardada bajo un rebozado que absorbe la salsa sedosa sin perder limpieza. En un primer bocado, la sensación puede parecer algo neutra, pero pronto emergen matices cítricos y dulces que al combinarlos crean un retrogusto muy satisfactorio. Sin duda, una apuesta segura dentro de su oferta global.
La última parada antes del cierre es el Arroz dorado frito con solomillo de vaca vieja y verduras, alejado del típico arroz frito por su complejidad y abundancia de ingredientes. Un plato generoso en cantidad y lleno de personalidad, que refleja la capacidad de Lelong para reinterpretar clásicos asiáticos. El recorrido concluye con el famoso Flan Lelong con nata y nueces caramelizadas, un postre de textura cremosa que justifica la visita por sí solo.

(Imagen: Lelong Asian Club)
Maridaje con criterio y coctelería con personalidad para completar la experiencia
Este menú degustación pide una propuesta líquida de altura. Tuvimos la suerte de contar con la atención personalizada de Guillermo, jefe de sala y sumiller, quien nos adelantó que estaba preparando un maridaje pensado para cada plato, con combinaciones que aporten frescura, contraste y matices sutiles. Por ejemplo, para los entrantes más ligeros sería interesante un espumoso afrutado que limpie el paladar y realce la delicadeza de la tostada crujiente o del sashimi, mientras que para los platos más intensos, como el pollo al limón, baraja vinos blancos sobre lías o incluso una cerveza especial que acompañen sin dominar. Durante la experiencia nos sugirió con gran criterio el tinto Camins del Priorat, profundo y con buena expresión frutal, perfecto para los platos más contundentes, y el blanco La Flor y la Abeja, fresco, cítrico y aromático, ideal para cerrar los últimos pases.
Además de la cocina, Lelong Asian Club apuesta fuerte por una coctelería amplia y versátil liderada por Harold, cuyo propósito es acercar y hacer atractiva esta parte de la experiencia con mezclas equilibradas, frescas y llenas de matices. Como nos contó con entusiasmo, trabaja con producto de calidad y combinaciones poco habituales —como el cóctel a base de tequila con un toque de vino tinto que probamos, toda una declaración de intenciones—, y aunque la oferta es amplísima y cubre prácticamente todo, siempre puede adaptarse al gusto del cliente, incluso fuera de carta. Paralelamente desarrolla una línea creativa que se renueva cada mes, reflejada en propuestas como su “Yin de Pomelo”, ejemplo del estilo vibrante y contemporáneo que busca para la barra.
En un panorama saturado de propuestas orientales donde lo “fusión” tantas veces deriva en confusión, Lelong Asian Club consigue lo difícil: unir ambición, personalidad y calidez sin caer en la pretenciosidad. Ha encontrado su identidad y la defiende con firmeza: un club gastronómico donde el lujo no grita, la tradición asiática es reinterpretada con criterio y cada visita supone un pequeño viaje sin abandonar el corazón de Madrid. Un sitio de esos que invitan a regresar porque deja la sensación —muy poco común— de que lo mejor aún está por llegar.

