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“A los abogados, de puertas adentro en un juzgado, no nos respeta nadie”

Economist & Jurist acompaña a los abogados granadinos del Turno de Oficio tras la concentración de este jueves en Madrid. "Ha sido una paliza, pero ha merecido la pena", aseguran

Abogados en una de las estaciones de servicio. (Foto: E&J)

Pablo Montes

Periodista




Tiempo de lectura: 10 min

Publicado




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“A los abogados, de puertas adentro en un juzgado, no nos respeta nadie”

Economist & Jurist acompaña a los abogados granadinos del Turno de Oficio tras la concentración de este jueves en Madrid. "Ha sido una paliza, pero ha merecido la pena", aseguran

Abogados en una de las estaciones de servicio. (Foto: E&J)



Entre Pinto y Valdemoro, a eso de las once de la mañana del 27 de abril, un autobús cargado de abogados tomó una salida equivocada. Habían salido cinco horas antes, llevaban más de 400 kilómetros y su objetivo era pasar por el Colegio de Abogados de Madrid antes del comienzo de la manifestación. Pero no. El despiste o el GPS hizo que los abogados granadinos llegaran muy justos al comienzo de la manifestación, minutos antes de las doce de la mañana. El día empezaba intenso.

Son las tres y media de la tarde y una decena de autobuses espera en la calle Alfonso XII de Madrid. Allí suelen parar para recoger a los alumnos que van a visitar Madrid, a ver el Congreso de los Diputados o el Museo del Prado. Esta vez, según se lee en los letreros luminosos de los vehículos, recogen abogados. El conductor del autobús que lleva de vuelta a los de Córdoba fuma recostado en la tapia, bajo la sombra que arroja uno de los árboles del Parque del Retiro. Charla con el de otro de los autobuses.



-Pues no han venido muchos, que iban a venir dos autobuses de allí y mi autobús al final iba medio vacío.

-Ah, ¿no les han dejado acercarse al Congreso siquiera? Si es que no sirve para nada esto.



No parecen especialmente interesados en los motivos que han llevado a concentrarse a unos 2000 abogados y procuradores del Turno de Oficio, que este jueves han clamado en el centro de Madrid por la dignificación de la profesión, según las cifras de la policía municipal de Madrid.



-Venga, ¿quién falta? ¿Alguien echa de menos a alguien?

Empieza el viaje de vuelta. Son unas 40 personas. Iban a ser más, pero ha habido gente que “se ha rajado” a última hora, porque los funcionarios de la Administración de Justicia han desconvocado el paro parcial -que sustituyen por huelga de días completos a partir del próximo mes- y no todo el mundo quiere o se puede permitir perder una guardia. Son 40 de unos 1000 abogados que hay en el Turno de Oficio en Granada.

-Pues no hemos salido en el Telediario. No nos han sacado- apunta alguien.

-Mira, mira -, dice Manolo entre indignado y divertido mientras muestra el vídeo de Telemadrid en el que la presentadora María Rey dice que tras la huelga de los letrados judiciales y de los funcionarios “ahora se suman estos”.- Ahora se suman estos…

Los abogados llevan a un periodista a bordo y pasan seis minutos desde que arranca el autobús hasta que empiezan a contar. Se sienten maltratados y desprotegidos. Por eso, un día como este les ha animado un poco, porque mal de muchos… se lleva mejor. Ver la unidad en torno a una causa común reconforta. El balance es positivo y se alegran de “no haberse arrepentido a última hora”. Ellos, dicen, jamás habían visto una manifestación con abogados del turno de oficio llegados de tantos lugares. No han ido a protestar por el dinero, que esa reivindicación la tienen con la Junta de Andalucía, con la que han alcanzado un acuerdo para el aumento de baremos que no deja de resultarles insuficiente. Su objetivo era la dignificación.

-Yo recuerdo que me organicé para que los partos no me coincidiesen con la época intensa. Y a los dos días ya estaba trabajando-, cuenta Raquel.

-Tengo a una amiga que estuvo en un juicio mientras su padre estaba en el tanatorio. La vista no se suspendió.

-Ahora, al menos, en una circunstancia como esa los juicios se aplazan. Pero los plazos siguen corriendo, los plazos no se paran-, añade Pilar.

-En esta profesión la conciliación es imposible. Yo por eso me he planteado tantas veces lo de tener hijos-, expone Carol.

Cuentan que han establecido en el Colegio un sistema para “capar” los teléfonos y que solo les llamen de madrugada cuando se trate de asuntos realmente urgentes. No son pocas las veces, afirman, que llama la policía a las tres de la mañana por una alcoholemia u otro asunto de poca, para rellenar el nombre del letrado en su informe y realmente les emplazan al día siguiente o dos días después. Otra de las ideas que tienen sobre la mesa y para la que están trabajando es la del testamento colegial, con el que se pueda legar a un colega de profesión los asuntos en los que esté trabajando el abogado si a este le sucede algo.

Sufrimos coacción por parte de los jueves para llegar a acuerdos

A la altura de Aranjuez, reconocen que las huelgas les están haciendo mucho daño. Hablan de los millones retenidos en las cuentas de consignación y de la inactividad: “Llevamos ya cuatro meses sin actividad y soportando desplantes”. Y relatan el caso de la abogada y su cliente, que subieron desde Granada a Cuenca para una vista que se canceló nada más llegar porque el letrado judicial se puso de huelga. “A los abogados, de puertas para adentro en un juzgado, no nos respeta nadie”, afirman con rotundidad. “Cuando no es el funcionario que se erige en autoridad y te deniega algún documento necesario, es el juez que te trata de aquella manera delante de tu cliente. Y ahora no podemos ni acceder al interior del juzgado para hablar con los funcionarios. El Covid les ha servido para limitarnos el acceso de manera indefinida”, manifiestan. Varias abogadas denuncian, además, “coacciones” de los jueces para alcanzar acuerdos.

-Y tu ya sabes que o llegas a un acuerdo o lo tienes crudo. Y a ver cómo se lo explicas al cliente- apunta Cristina.

A eso añaden que hay jueces que, aunque estén de guardia, deciden que no admiten detenidos a partir de las 12.00h. O que hay funcionarios que se van a comprar en mitad de su jornada laboral.

-¿Te acuerdas de aquel que se compró una máquina para…?

-Si, si el del cortacésped. En horario laboral se fue a comprar un cortacésped.

En este sentido afirman que debería haber un mayor control del tiempo y de la productividad de los funcionarios judiciales. Mari Paz matiza, “la inmensa mayoría de ellos son estupendos, trabajadores y tienen un trato correctísimo”, pero el 20% que no es así desluce el trabajo de sus compañeros. «Gran parte de los jueces tienen un trato exquisito, trabajan con diligencia, estudian los casos…». Hay una gran diferencia entre quienes se toman en serio su trabajo y los que no, aseguran.

Autobuses esperando a los abogados. (Foto: E&J)

-¿Cuánto ganáis los abogados de oficio?

-Depende, unos 1200 contando con que estés en todo y lleves casos de oficio y asistencia a detenidos.

-1200 al mes supone que…

-No, no, 1200 al trimestre.

-Pero con eso no se puede vivir.

-No, claro, con eso es imposible. Nosotros, al menos, estamos cobrando de forma puntual gracias a que el Colegio de Abogados de Granada lo adelanta. Pero esto es lo que tenemos.

Hay veces que la hora sale a dos euros

Todos tienen que compaginar el turno con la actividad privada, si quieren vivir de su profesión. A los abogados de oficio les paga la Administración autonómica en los casos en que tienen la competencia transferida, todas menos cinco. Por eso, abogados como los andaluces o los valencianos no reclamaban este jueves en Madrid la subida de baremos. No obstante, si se quejan de la diferencia entre lo que se paga por un mismo asunto en Andalucía o en el País Vasco. Es una multiplicación por cinco en algunos casos. Tampoco conciben que los abogados del Turno de Oficio, los “abogados públicos”, cobren un 10% de lo que percibiría por llevar el caso un abogado privado. O que puedan quedarse sin cobrar un asunto cuando no se le reconozca al defendido el derecho a la justicia gratuita. La Administración debería ser la que reclamase al justiciable en ese caso, defienden. Y hay un debate abierto sobre si ese derecho se debe otorgar en base al IPREM o al Salario Mínimo. En el segundo caso habría más gente en condiciones de acceder, pero ¿queremos más gente?, se preguntan.

-Hay veces que la hora sale a dos euros-, dice Mari Paz, indignada, junto a un somnoliento Miguel, al fondo del autobús. Son de los más jóvenes. Tienen 29 años y han montado su propio despacho.

-En la abogacía se ha normalizado no cobrar. Hay gente que se tira hasta cinco años sin cobrar-, explican describiendo la forma de actuar de algunos despachos que se aprovechan de abogados que inician su carrera- Es una especie de pasantía perpetua con falsas promesas, hasta que el abogado se quema y se va. Poca gente se puede permitir trabajar años de gratis.

-Se queda quien se lo monta por su cuenta. De 50 que estábamos en el máster “(des)habilitante”, hay cinco ejerciendo y solo nosotros dos sin padrino-, asegura Miguel.

-Yo estoy tirando de ahorros y pidiendo dinero a mis padres. Pero los ahorros se van acabando. Quieren acabar con la pasión, para que no entremos nuevos abogados. Pero no lo van a conseguir.

Abogados en la estación de servicio. (Foto: E&J)

A las seis de la tarde, el autobús ya se ha adentrado en La Mancha y es la hora de la “carga tuitera”. La idea era inundar la red social con mensajes y convertir la protesta en uno de los temas del día. No todos tienen muy clara la dinámica ni la diferencia entre citar y retuitear, hay quien no tiene batería en el móvil a esas horas, a quien se le ha olvidado la contraseña y quien, a estas alturas, es un cuerpo prácticamente inerte y ha sido doblegado por el sueño. A todo esto, los abogados, como todos, tienen sus necesidades fisiológicas y el conductor el objetivo de no parar hasta Granada, porque no pueden pasar de las 15 horas desde que inició su jornada y no llega a tiempo. Al final hace una pausa poco después de pasar Despeñaperros.

-“Pero diez minutos, doce como mucho y nos vamos”

Las prisas. Para no perder las costumbres. La justicia en una estación de servicio. No es un lugar ajeno a muchos de ellos, que, a menudo, tienen que recorrer kilómetros para atender a los clientes.

El vehículo reemprende la marcha.

Cómo abogada, pierdo más el sueño por quien no tiene nada

¿Por qué entra un a al turno de oficio? Hay una palabra que se repite mucho: la “vocación”. La sensación que desprenden es que les gustan las experiencias distintas, acceder a casos que no verían en el despacho.

-A mi me llamaron; había una pareja de personas trans que se habían denunciado por una pelea. Ellas eran chicas pero su DNI era de chico. La cuestión, el tema ¿va a instrucción o a violencia de género? Son temas que en un despacho no vería-, explica Raquel.

-El turno de oficio está muy bien porque te actualiza y te enriquece- añade Jose Antonio.

-El abogado del Turno de Oficio se forma continuamente y se especializa en distintas áreas- coincide Miguel.

-Yo creo que el turno de oficio debería ser obligatorio porque es donde aprendes- empieza Mari Paz, que enumera- Son cuatro años de carrera, dos de máster, tres de ejercicio antes de poder acceder al turno. Total, nueve años para llegar al turno y cuando llegas, es una bofetada de la vida. Por aquí es por donde se debería estudiar.

-Yo he tenido marrones en el turno de oficio que no he estudiado- completa Miguel.

Mari Paz lamenta que no hayan asistido más abogados jóvenes. “Es que este gremio no es nada corporativista. Y menos los jóvenes. Somos lobos solitarios, competitivos. Y si no nos apoyamos ni siquiera entre nosotros…”

Abogados en el interior del autobús durante el viaje. (Foto: E&J)

 

Hay quien piensa, dice Pilar, que los abogados de oficio se toman menos en serio su trabajo, que van a trabajar de cualquier manera. Si alguien piensa eso, con carácter general, debería haber subido a ese autobús.

Cómo abogada, pierdo más el sueño por quien no tiene nada- confiesa Raquel.

Los abogados de oficio son quienes ven a diario por donde supuran las heridas de la sociedad, son quienes le ponen cara a la vulnerabilidad y a las carencias del sistema. Ellos son los que, a base de experiencia, son capaces de ver en un hurto o en unas lesiones, fallos sociales estructurales y dinámicas viciadas que requieren un abordaje mucho más profundo que una mera depuración de responsabilidades para ser solucionados.

-Muchas veces hacemos de psicólogos- dice Eva -Hay cuestiones que abordamos que no son problemas jurídicos; son problemas de salud mental.

-Hay gente que acaba recurriendo a la justicia porque no les queda otra. Si hubiese más recursos en otros ámbitos, quizá muchos no llegarían a este punto- añade otra letrada.

Hay cuestiones que abordamos que no son problemas jurídicos; son problemas de salud mental

El cielo luminoso al que lanzaron las togas negras por la mañana ha desaparecido. En su lugar hay un gris que no es plata ni plomizo; es el azul que no quiere apagarse pero al que ya se le acabó el sol. El paisaje es el mar de olivos que acompaña desde Jaén. A estas horas, las lentillas de Eva ya no dejan que el ojo oxigene. Se las puso a las cinco de la mañana, cuando se preparaban para salir rumbo a Madrid.

Manuel, presidente del Foro de Abogados Independientes de Granada, una de las asociaciones que estaba detrás de la convocatoria de la jornada, considera que “el día ha sido un punto de acercamiento entre la abogacía institucional y la abogacía de a pie”. No obstante, hay quien desliza que “el Consejo General de la Abogacía está maltratando a los abogados de oficio”, apostando por un modelo que no les beneficia. En redes sociales también hubo voces que cargaban contra el CGAE.

Otra parada. El conductor ha llegado el límite de horas y tiene que cambiarse por otro con el que ha quedado en una estación de servicio. Quedan 29 kilómetros para llegar a Granada.

Vista desde el interior del autobús. (Foto: E&J)

-¿Y ahora qué?-, pregunta el periodista que escribe.

-Pues mañana a trabajar, igual. La huelga de los LAJs ha demostrado que presionando se obtienen resultados.

-Si no seguimos, esto no habrá servido para nada.

-La próxima a Sevilla, ¿no?-, Se escucha de fondo.

Cinco horas después de empezar este viaje, Mariano se baja presuroso del autobús junto al centro comercial Neptuno, en Granada. Sale en apenas cuatro horas de viaje: tiene un vuelo desde Málaga. La fecha le venía realmente mal, pero lleva años luchando por la causa y hay que predicar con el ejemplo, dice. Abandonan el autobús con unas caras de agotamiento muy difíciles de disimular. A algunos les queda aún un buen rato; siguen hasta Motril. Ha sido una paliza- admiten- pero merece la pena.

Agradecimientos:

Foro de Abogados Independientes de Granada (FAIG), Colegio de Abogados de Granada, Manuel de la Torre, Inma Castilla, Eva Fernández, Mari Paz Gómez, Miguel Crespo, Raquel Miranda, Cristina de Santiago, Pilar Garrido, Coral Vega, Luis, José Antonio y el resto de abogados granadinos que han acogido a Economist & Jurist en su viaje de vuelta.

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Anonymous
11 meses atrás

En los últimos 20 años, el abogado de oficio -por emplearlo aquí como sinécdoque del sistema de justicia gratuita patrio- es una de las tres principales causas de la ruina generalizada de la otrora noble profesión de la abogacía. Al atender a más del 60/70 por cien de la población demandante de servicios jurídicos, por haberse subido los umbrales de renta para dar derecho al acceso a la justicia gratuita, el abogado de oficio/sistema de justicia destroza el mercado natural de los abogados, haciéndose además estúpida competencia desleal por cuanto que todos los abogados de oficio tienen/ aspiran tener despacho particular, y todo ello a cambio de una remuneración miserable por asunto (lo que paga el Estado por caso) que tensiona a la baja los precios de esos asuntos o casos en el mercado natural.
Esta causa es evitable (desde la lucha de todo el colectivo afectado: la entera profesión) si se fuerza al Estado a rebajar umbrales de renta para acceso e introducir copagos del usuario; ya que las otras dos causas de la miserabilización de la abogacía no dependen directa y exclusivamente de ella combatirlas ni evitarlas: una, el excesivo número de abogados/oferentes en un mercado tan distorsionado/mermado por la justicia gratuita, y la otra, la débil situación económica general marcada por la absorción de recursos de la población hacia los pasivos que viven de lo público (funcionarios, pseudo funcionarios, políticos, pensionistas y subvencionados).

Siendo el pan un producto de primera necesidad, ¿se imaginan al gremio de panaderos aceptando de grado un «sistema de pan gratuito» a más de la mitad de la población, permitiendo que la misma barra de pan que cobra en mostrador a 1 euro se la indemnice el Estado a 20 céntimos si se la regala al 60/70 por cien de sus clientes potenciales?

El gremio de la abogacía, plagado de tontos de oficio, lleva décadas alabando el sistema de justicia gratuita que le hunde en la miseria.

Nombre
Diego Villa

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