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Jurisprudencia

La justicia perdona 39.500 euros a una trabajadora que se endeudó tras pedir una excedencia para cuidar de su hijo menor

La insuficiencia de ingresos económicos para cubrir las necesidades básicas familiares llevó a la mujer a solicitar micropréstamos

(Imagen: E&J)


Jurisprudencia

La justicia perdona 39.500 euros a una trabajadora que se endeudó tras pedir una excedencia para cuidar de su hijo menor

La insuficiencia de ingresos económicos para cubrir las necesidades básicas familiares llevó a la mujer a solicitar micropréstamos

(Imagen: E&J)

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma de Mallorca ha perdonado a una trabajadora una deuda de 39.500 euros, aplicando el mecanismo de Segunda Oportunidad, al considerar que se trata de una deudora de buena fe y, por consiguiente, cabe exonerarla del pasivo insatisfecho.

La mujer acabó en una situación de insolvencia tras pedir en el año 2017 una excedencia laboral para cuidar de su hijo menor de edad. Concretamente, por razones económicas y laborales, el menor estaba bajo el cuidado de sus progenitores maternos, quienes residían en Alicante, sin embargo, el padre de la actora sufrió un grave accidente que impidió que el menor pudiera seguir bajo el cuidado de sus abuelos.

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Como consecuencia de dicho accidente y la imposibilidad de los abuelos de continuar cuidando del menor, la trabajadora solicitó una excedencia para trasladarse a Alicante y cuidar de su hijo. Durante este periodo (residiendo en Alicante) la actora realizó trabajos esporádicos, pero debido a sus responsabilidades como madre y la falta de red de apoyo familiar o social no pudo reincorporarse de forma estable al mercado laboral con una jornada completa.

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Ello conllevo que los ingresos económicos que obtenía fueran insuficientes para cubrir las necesidades básicas (alquiler, alimentación, suministros, etc.). Por lo que para poder hacer frente a los gastos diarios optó por pedir préstamos, microcréditos, pero la realidad fue que le imposible poder afrontar posteriormente esas deudas.

(Imagen: E&J)

Efecto ‘bola de nieve’: las deudas se fueron acumulando

La mujer regresó a Mallorca para reincorporarse a su trabajo y lograr recuperar su estabilidad económica, pero la pandemia del coronavirus agravó aún más su situación: fue despedida por el cierre de la empresa.

Con el tiempo logró encontrar un nuevo empleo, pero el salario que percibía era insuficiente para hacer frente a los gastos ordinarios. En aras de buscar un nuevo alivio financiero, entregó su vehículo a un familiar a cambio de ayuda económica, pero el coche seguía a nombre de la actora, por lo que las multas de tráfico y aparcamiento generadas por este familiar, y una por conducción negligente, recayeron sobre la actora, agravando su precaria situación financiera.

La mujer tuvo un segundo hijo, por lo que tuvo que solicitar una reducción de jornada para atender la crianza de este menor, quien apenas tenía un año de edad. Asimismo, tuvo que asumir con sus propios recursos las reformas y la compra del mobiliario y electrodomésticos del domicilio en el que residía. Y, aunque optó por alquilar una habitación del inmueble, los ingresos que le generaba el alquiler de dicha habitación no eran suficientes.

Marta Bergadà, socia fundadora del despacho Bergadà Abogados, boutique legal especializada en Derecho concursal, y quien ha llevado el caso, señala que el caso de esta deudora “refleja cómo decisiones tomadas por amor y responsabilidad familiar pueden derivar en una espiral de endeudamiento si no existe una red de apoyo. No es una cuestión de mala gestión, sino de pura supervivencia”.

(Imagen: E&J)

La Ley de la Segunda Oportunidad: un alivio para deudores de buena fe

En una situación de insolvencia y desesperación, la deudora comenzó a buscar información en internet y descubrió el despacho Bergadà Abogados. Tras examinar el caso, el equipo legal de la boutique comprobó que se trataba de una deudora de buena fe y que, por tanto, podía acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.

El pasado mes de abril se inició todo el procedimiento y en el mes de julio el titular del Juzgado Mercantil número 2 de Palma de Mallorca dictó Auto concediendo la exoneración del pasivo insatisfecho a la deudora. En consecuencia, y gracias a la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad, la justicia ha perdonado a la actora una deuda de 39.500 euros.

Por su parte, Marta Bergadà señala que “en este se daba la circunstancia que había una madre que lo había dado todo por sacar a su familia adelante. Que ahora pueda vivir sin miedo a embargos ni amenazas de impago es el mayor logro”. En cuanto a la Ley de la Segunda Oportunidad, Bergadà recuerda que este mecanismo legal “alivia la carga financiera y devuelve a las personas su dignidad, tranquilidad y posibilidad real de reconstruir su vida. Este procedimiento no es sólo jurídico, es profundamente humano, y muestra que siempre hay salida para quienes han caído en la deuda por causas que escapan a su control”.

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