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La tragedia del Festival Medusa y el concepto de fuerza mayor

El juzgado tendrá que dilucidar si la tragedia fue inevitable o si se ha producido negligencia por parte de los organizadores

Imagen del Medusa Festival (Foto: RRSS)

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La tragedia del Festival Medusa y el concepto de fuerza mayor

El juzgado tendrá que dilucidar si la tragedia fue inevitable o si se ha producido negligencia por parte de los organizadores

Imagen del Medusa Festival (Foto: RRSS)



Un juzgado de instrucción de Sueca (Valencia) investiga si la muerte de un joven en el Medusa Festival de Cullera (Valencia) fue consecuencia de un fenómeno meteorológico extremo e inesperado o se ha producido alguna negligencia por parte de los organizadores. El evento fue clausurado después de que en la madrugada del pasado sábado una intensa racha de viento derribara parte de uno de los escenarios matando a un joven e hiriendo a otros 40 asistentes.

De momento, y a falta de las conclusiones de la investigación del juzgado de instrucción, la dirección del Medusa Festival ha emitido un comunicado en el que apunta a cuestiones de fuera mayor para explicar lo ocurrido y eximir cualquier responsabilidad, mientras que algunos de los afectados han dejada entrever que se produjeron fallos en la organización.



La organización del festival asegura que cumplía con «toda la normativa contemplada en las leyes y aplicables a la celebración de este tipo de eventos» y que contó con el visto bueno de una junta de seguridad que inspeccionó previamente el recinto. Esta junta se celebró el 9 de agosto y estuvo compuesta por personal de la Delegación del Gobierno, autoridades y técnicos municipales, efectivos de la Guardia Civil y de los Cuerpos de Seguridad del Estado, encargados del Punto Violeta y los servicios de seguridad de Medusa Festival.



«Según la información de la que disponen las autoridades y la organización de Medusa Festival, en ningún momento se previó que pudiese producirse en el municipio de Cullera y localidades colindantes un fenómeno virulento que pudiese hacer peligrar la integridad de las personas presentes durante la noche del 12 de agosto de 2022 y la madrugada del 13 de agosto de 2022″, destaca la organización.

Fenómeno imprevisible

«La información de la que disponemos por el momento es que el accidente se debió a un imprevisible fenómeno meteorológico de características devastadoras que causó numerosos deterioros en la infraestructura del recinto de celebración de Medusa Festival y en diversos elementos decorativos. Algunos de estos elementos provocaron daños a asistentes al evento», señala el comunicado.



Por lo que respecta a la cancelación del festival, en el comunicado se señala que «la primera razón que nos lleva a esta determinación es la apertura de una investigación judicial el mismo sábado por la mañana, en la que el juzgado ordena perimetrar zonas del recinto para investigar lo sucedido. En segundo lugar, por respeto a los afectados por el accidente y sus familias; la tercera razón son las previsiones meteorológicas, que apuntan a la posibilidad de un nuevo reventón térmico».

Miles de personas acudieron al festival. (Foto: ABC)

Según informan los organizadores, los técnicos del Ayuntamiento de Cullera también desaconsejaron la continuidad del festival «hasta que se realizase una nueva revisión de todas las instalaciones técnicas por el Organismo de Certificación Administrativa (OCA) y de los propios equipos técnicos de las empresas montadoras para comprobar si, además de lo ocularmente constatado, existían otros elementos del recinto que se hubiesen visto afectados».

Asimismo, niegan que hubiese daños importantes en el escenario principal. «A pesar del feroz fenómeno registrado, la estructura únicamente se vio ligeramente dañada al desprenderse algunos elementos decorativos propios de un monumento fallero. Las piezas caídas lesionaron de manera leve a un número reducido de asistentes».

Fuerza mayor

Con este comunicado, la dirección de Medusa Festival apunta a causas de fuerza mayor para explicar la cancelación del festival. En líneas generales, la fuerza mayor es una circunstancia exterior, imprevisible o inevitable que afecta el cumplimiento de obligaciones que libera de la responsabilidad contractual o extracontractual alterada por el hecho. En este sentido, el artículo 1.105 del Código Civil establece que nadie responderá por sucesos que no pueden preverse o que son inevitables.

La fuerza mayor tiene unas características específicas que la diferencian de otras figuras. Así, la circunstancia debe ser inevitable, lo que significa que el sujeto no tiene la posibilidad de evitar que un hecho suceda o las consecuencias del mismo. También tiene que ser imprevisible, esto es, que no sea posible prever una situación cuando se observa la realidad. Asimismo, otra de las características distintivas de la fuerza mayor hace referencia a su origen. Lo ocurrido es algo extraordinario y natural en el que no intervienen las voluntades de la persona que se ve imposibilitada de cumplir con su obligación.

A tenor de estas consideraciones, parece que lo ocurrido en la madrigada del sábado en el Medusa Festival encajaría en el concepto de fuerza mayor. Sin embargo, declaraciones efectuadas por asistentes al evento, así como diversos mensajes y vídeos publicados por los mismos en redes sociales indican que podría haber problemas relacionados con la organización del festival y con el montaje del escenario.

Según queda reflejado en videos subidos a Twitter por los asistentes al festival, algunos elementos del escenario comenzaron a caerse horas antes de las rechas de viento que provocaron la tragedia. Durante uno de los conciertos, pasadas las nueve de la noche, se desplomaron algunos de los elementos del decorado, aunque no había viento fuerte.

Wasted, uno de los internautas que ha subido imágenes, señala en un mensaje que “estoy leyendo en muchos medios de comunicación y el propio festival Medusa está diciendo que todo lo que ha pasado ha sido repentino debido a los ‘reventones’ de viento, lo cual es falso, el main stage se empezó a caer a trozos al principio de la tarde en el set de Steve Aoki”.

De momento, según apuntan algunos medios de comunicación, ya se han producido al menos dos denuncias por parte de afectados. Una es la de una estudiante universitaria de 20 años de Valencia que sufre una fractura y está pendiente de operación. Los abogados de esta joven apuntan a que se ha producido un presunto delito de lesiones por imprudencia.

Será el juzgado que instruye el caso el que finalmente se pronuncie sobre si estamos ante una desgracia producida por una circunstancia de fuerza mayor o si la organización ha sido negligente o imprudente a la hora de establecer las medidas de seguridad las cueles, por cierto, fueron aprobadas por varias administraciones. Si se demostrara el segundo caso, el de la negligencia, la cuestión daría un giro radical.

La imprudencia punible es una infracción o negligencia causada por una falta de previsión o un incumplimiento de un deber de cuidado (un error que podría haberse evitado) y que provoca un daño que se protegerá por la ley. Este delito está castigado con hasta cuatro años de prisión para los casos más graves.

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