Consejos para evitar la dilación procedimental de la otra parte
El retraso en obtener un pronunciamiento tiene un precio que no siempre el cliente está dispuesto a “pagar”
(Foto: E&J)
Consejos para evitar la dilación procedimental de la otra parte
El retraso en obtener un pronunciamiento tiene un precio que no siempre el cliente está dispuesto a “pagar”
(Foto: E&J)
La práctica forense demuestra, y así lo avalan las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que nuestra Justicia sigue siendo lenta. Llegando a ser muy lenta en función de la jurisdicción ante la que se litigue, y, por supuesto, dependiendo del partido judicial ante el que nos encontremos, existiendo dentro de un mismo partido judicial órganos judiciales que pedalean a distintas velocidades.
Sabemos y aceptamos “con resignación” que el retraso de la Justicia es un mal endémico de nuestro sistema. Una realidad que preocupa seriamente a los operadores jurídicos y que desquicia al justiciable.
Pero en este artículo no centraré el foco de atención en las dilaciones atribuibles a los órganos judiciales. Por cierto, las más habituales, desgraciadamente, frente a las que poco o nada podemos hacer abogados y procuradores. Más bien, me referiré a las prácticas desplegadas por las partes, que, cual palos en la rueda, entorpecen el normal transcurso del procedimiento.
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