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El valor del silencio digital

La desconexión digital en vacaciones es una medida para proteger la salud del profesional

(Imagen: archivo)

Cristina Prado Benéitez

Abogada laboralista en Ontier (Oviedo)




Tiempo de lectura: 3 min

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El valor del silencio digital

La desconexión digital en vacaciones es una medida para proteger la salud del profesional

(Imagen: archivo)

Nos encontramos en época de vacaciones y, para algunos letrados, el inicio del periodo inhábil y fin del año judicial. Es por esta razón por la que ahondaremos en la importancia de la desconexión digital durante las vacaciones, un tema de creciente interés.

El ejercicio del Derecho, con sus plazos perentorios, su carga de responsabilidad, sus viajes interminables y la constante exposición a situaciones de tensión, exige una disponibilidad casi permanente por parte de los abogados. Ya sea a las 07.00 horas de la mañana o a las 22.00 horas de la noche, siempre estamos disponibles. Empero, esta cultura de la inmediatez y la conexión continua tiene un coste, no solo para la salud física y mental de los profesionales de la abogacía, sino también para la calidad del trabajo y de la vida personal.



Hemos de tener en cuenta que el descanso real implica una ruptura con la rutina laboral, y esta solo puede alcanzarse si se consigue también una desconexión del entorno digital que la sostiene. La mayoría de los abogados vivimos conectados a través del teléfono móvil el cual en muchas ocasiones tiene conexión directa al correo electrónico, a LinkedIn o a las aplicaciones de gestión de expedientes. Incluso en vacaciones, nos sentimos tentados y, en algunas ocasiones “obligados por plazos” a responder mensajes, revisar documentos o mantenernos pendientes de las notificaciones del juzgado (recordemos que no en todas las jurisdicciones agosto es inhábil). Esta dinámica, lejos de garantizar eficiencia, produce el efecto contrario: una fatiga acumulada que mina la capacidad de concentración, el juicio y la sana crítica o la toma de decisiones.



En este sentido, numerosos estudios sobre salud laboral han demostrado que el descanso real y efectivo mejora el rendimiento cognitivo, reduce el estrés y previene, entre otros, el síndrome de burnout, un riesgo especialmente alto entre los abogados debido a la exigencia emocional del trabajo y la presión constante. Por todo ello, la desconexión digital no solo es un acto simbólico, sino una medida concreta para proteger la salud del profesional. En lugar de responder al último correo desde la tumbona o interrumpir una comida familiar para atender una llamada urgente, resulta mucho más beneficioso y, necesario, establecer límites claros antes de iniciar el periodo vacacional.

(Imagen: E&J)

Desconectar no significa desatender responsabilidades, sino planificarlas con antelación. Un abogado que se organiza bien puede anticipar los asuntos urgentes, dejar instrucciones claras a sus compañeros o a su despacho, e informar a sus clientes de su período de ausencia. Este ejercicio de planificación no solo permite una desconexión más tranquila, sino que también transmite profesionalidad y compromiso. Es importante entender que el descanso no es una debilidad ni una concesión, sino un derecho recogido legalmente y una herramienta para preservar la calidad del servicio jurídico.

Por su parte, otro de los efectos positivos de todo lo anterior es la conciliación familiar y personal que a menudo quedan relegados por el ritmo del trabajo. Leer por placer, dedicar tiempo a la familia, practicar deporte o simplemente no hacer nada son actividades que contribuyen al equilibrio emocional y a una vida más plena. Este tipo de descanso también favorece una reflexión más profunda sobre la trayectoria profesional, permite tomar distancia de los problemas cotidianos y regresar al trabajo con una mirada más fresca y renovada.

Adicionalmente, en un sector como el jurídico, donde la comunicación verbal y escrita es esencial, la saturación de información y la hiperconectividad pueden afectar de manera directa a la calidad de la argumentación y a la claridad del pensamiento. Recordemos que es imprescindible estar en las mejores condiciones posibles para redactar con precisión, preparar con detenimiento una estrategia procesal o negociar con serenidad.

Por último, es necesario fomentar desde los propios despachos una cultura que valore y respete los tiempos de descanso. Y es que como sucede con los hijos y sus padres, todos aprendemos de nuestros compañeros y superiores.

Así pues, al igual que en el resto de las profesiones, todo descanso es necesario, incluido el digital.

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