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La tecnología y el Plan de Control Tributario y Aduanero 2022

"Es intención de la Administración fomentar su uso en la relación y la asistencia a los contribuyentes, con el fin de reducir sus cargas administrativas"

Oficina de la Agencia Tributaria. (Foto: Twitter)

Clara Rodríguez y Zuriñe Turienzo

Seniors Manager de Tax Technology & Transformation en EY




Tiempo de lectura: 5 min



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La tecnología y el Plan de Control Tributario y Aduanero 2022

"Es intención de la Administración fomentar su uso en la relación y la asistencia a los contribuyentes, con el fin de reducir sus cargas administrativas"

Oficina de la Agencia Tributaria. (Foto: Twitter)



Mucho se ha escrito sobre el Plan de Control Tributario y Aduanero de 2022 desde su publicación en el BOE el pasado 31 de enero de 2022. Pero poco se ha dicho de lo que, a nuestro juicio, resulta una de las piezas clave de dicho Plan: el uso de la tecnología por parte de la Agencia Tributaria en el desarrollo de sus actuaciones.

Son numerosas las menciones a las diferentes soluciones y herramientas de las que hará uso la Administración y que abarcarán las cinco áreas de actuación para el ejercicio 2022. No obstante, de especial relevancia es el doble uso que se pretende hacer de la tecnología.



En primer lugar, es intención de la Administración fomentar su uso en la relación y la asistencia a los contribuyentes, con el fin de reducir sus cargas administrativas y, por tanto, favorecer el cumplimiento voluntario. Ejemplos de lo anterior son: la evolución de las “Administraciones de asistencia Digital Integral”, el diseño de un asistente virtual en Renta mediante el uso de inteligencia artificial, empleo de machine learning en Renta Web, la consolidación del proyecto PRE303, etc.

Por otro lado, más importante si cabe, es la consolidación e impulso del uso de la tecnología en el análisis de los riesgos y la selección de los contribuyentes objeto de comprobación. Sin ánimo de llevar a cabo un análisis exhaustivo de las líneas de actuación que se recogen en el Plan, incluimos debajo algunos ejemplos de distinta índole en relación con cómo utilizará la Administración la tecnología:



  • Behavioural Insights: emisión de cartas de aviso dirigidas a aquellos contribuyentes de determinados sectores, en los que se observen indicios de incumplimiento. Para llevar a cabo esta selección se analizarán una serie de parámetros y ratios obtenidos con base en la información disponible. En otras palabras: se analizará y explotará la información de los contribuyentes para decidir cuáles de ellos presentan un nivel de riesgo, en principio, más elevado.
  • Aplicación del nuevo sistema automatizado del análisis de riesgos en precios de transferencia, basado en la información obtenida internamente, así como en la puesta a su disposición a través, por ejemplo, del Country by Country Report o de la DAC 6.
  • Control sobre los grupos fiscales a efectos del Impuesto sobre Sociedades a través de las mejoras introducidas en el motor de cálculo (Sociedades Web) que intensificará el control sobre los créditos fiscales pre-consolidación.
  • Procesamiento de la información y detección de riesgos fiscales por parte de la Unidad Central de Coordinación de Control de Patrimonios Relevantes mediante el diseño e implementación de herramientas informáticas de última generación destinadas al efecto.
  • Continuación de las actuaciones de control relativas al IVA, a través de la consolidación de los procesos analíticos de la información.

«El éxito de los resultados radica fundamentalmente en los datos que se posean y en su volumen, y precisamente, por la inmensa cantidad de datos que maneja» (Foto: E&J)



La Administración es un ámbito especialmente idóneo y de extraordinario potencial para aplicar Inteligencia Artificial (IA), que se desarrolla gracias a algoritmos y datos.

El éxito de los resultados radica fundamentalmente en los datos que se posean y en su volumen, y precisamente, por la inmensa cantidad de datos que maneja, la Administración Tributaria se encuentra en una posición privilegiada.

A estos efectos, la Administración tributaria, está implementando procesos analíticos de información al poder desarrollar sistemas más eficaces de evaluación constante de los datos y de la información que han supuesto una indudable mejora en el control de los datos fiscales.

Por tanto, ahora más que nunca, es fundamental que las Compañías cuenten con soluciones tecnológicas que aseguren la calidad de la información y los datos y que, además, permitan anticiparse al análisis que de la misma realizará la Administración (por ejemplo, del CbCR o del SII).

En este sentido, existen herramientas muy potentes que, a través de la inclusión de reglas en el propio ERP del contribuyente, permiten detectar posibles riesgos en los datos fiscales en tiempo real, esto es, en el momento en el que las transacciones son grabadas en el sistema, y generan alertas, mitigando estos posibles riesgos, referentes tanto a la imposición directa como indirecta.

Además, estas herramientas pueden incluir machine learning para facilitar la corrección de los posibles errores o detección de “falsos positivos” y ayudar en la gestión más eficiente de la información al ir aprendiendo con el uso.

Asimismo, siguiendo la estela y buenas prácticas de la Administración en el análisis avanzado de datos, los contribuyentes deben hacer igualmente uso de analítica de datos para ser capaces de anticiparse a los posibles riegos que se ponen de manifiesto en la información fiscal que aportan a la Administración.

Ahora bien, el análisis de volúmenes de datos elevados es inmanejable sin el uso de tecnología y herramientas de Business Intelligence que ayuden a comprender la información de manera agregada y a través de gráficos y representación de los principales “Key Performance Indicators” KPIs. Mediante estas herramientas se pueden detectar posibles inconsistencias o indicadores de riesgos en los datos que los contribuyentes proporcionan a las autoridades fiscales y facilitar explicaciones coherentes de estos datos de forma previa a que sean requeridos por la Administración.

«El análisis de volúmenes de datos elevados es inmanejable sin el uso de tecnología y herramientas de Business Intelligence» (Foto: E&J)

Ejemplo de ello son: herramientas que realizan una evaluación de los potenciales riesgos fiscales o áreas de atención derivados de los datos incluidos en el Country by Country Report, cuadros de mando que analizan las operaciones de compras o ventas detectando inconsistencias en los datos reportados a la Administración Tributaria a través del SII o gráficos que tratan de forma agregada la información de comercio exterior y aduanas permitiendo realizar el análisis de los aranceles, circuitos y materiales, en busca de reducción de costes y de mayores eficiencias fiscales.

Es por todo ello, que la función fiscal debe participar en la transformación digital de su organización e influir en el diseño de los ERPs, identificando la información fiscal relevante que debe ser considerada para que la obtención de datos sea tan sencilla para el departamento Fiscal como lo es hoy en día para los departamentos Financieros. De esta forma, la función fiscal no solo aseguraría la calidad de la información y los datos, si no que tendría fácil acceso a los mismos para analizarlos y también para poder obtener eficiencias a través de la automatización: ahorrando costes, haciendo más efectivos los procesos fiscales desde el punto de vista de timing, reduciendo errores, etc.

Por ese motivo, es importante mencionar, la relevancia de la automatización y la utilización de RPA “Robotics Process Automation”, que también está aplicando la Administración en sus procesos, y es fundamental para que la Función Fiscal pueda dedicarse a tareas de mayor valor añadido como el análisis de la información estratégica y la toma de decisiones empresariales. Ello se puede lograr gracias a la utilización de robots de software que emulan las tareas repetitivas y manuales de un ser humano, siempre que estén basadas en reglas y el juicio no intervenga en las mismas. Ejemplo de estas tareas son: la extracción de datos del ERP, su tratamiento, realización de determinados cálculos, conciliación de información, generación de borradores o presentación de declaraciones en la sede electrónica de la Agencia Tributaria o en las Administraciones forales si fuese de aplicación.

En vista de todo lo anterior, podría decirse que el Plan de Control impulsa a los contribuyentes a reflexionar sobre una profunda transformación digital de la función fiscal alrededor un marco de gobernanza fiscal y de una estrategia que incluya una gestión adecuada de los riesgos fiscales. Para ello la función fiscal debe estar respaldada por un modelo operativo y una plataforma de tecnología avanzada que aproveche los datos a lo largo de todo el ciclo de vida fiscal para proporcionar valor a largo plazo.

Sobre los autores
  • Clara Rodriguez, Senior Manager de Tax Technology & Transformation en EY.
  • Zuriñe Turienzo, Senior Manager de Tax Technology & Transformation en EY.
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