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Economía

Al Gobierno aún no le salen las cuentas para aprobar la reforma laboral

Tras el no de los socios de investidura, Ciudadanos se convierte en la tabla de salvación

El Congreso tiene que convalidar el decreto de la reforma laboral el 3 de febrero (Foto: Google)

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Economía

Al Gobierno aún no le salen las cuentas para aprobar la reforma laboral

Tras el no de los socios de investidura, Ciudadanos se convierte en la tabla de salvación

El Congreso tiene que convalidar el decreto de la reforma laboral el 3 de febrero (Foto: Google)



El decreto que desarrolla la reforma laboral, que tiene que ser convalidado el próximo 3 de febrero en el Congreso de los Diputados se está convirtiendo en uno de los mayores quebraderos de cabeza del Gobierno en lo que va de legislatura. Lo que había comenzado con una negociación entre grupos políticos se está convirtiendo en un ejercicio de funambulismo por parte del Ejecutivo que, a día de hoy, no tiene claro que vaya a ser capaz de sacar su proyecto adelante.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, está redoblando esfuerzos estos días para lograr que al menos ERC vote “sí” al texto pactado por el Gobierno con patronal y sindicatos. “Nunca me levanto de la mesa, voy a agotar la negociación”, ha asegurado la ministra que, para convencer a ERC, PNV, EH Bildu, BNG y CUP, ha propuesto aprobar ahora esta reforma y con posterioridad introducir en el Estatuto de los Trabajadores las exigencias planteadas por estos partidos.



Pero la estrategia de Díaz no tiene el apoyo de la parte socialista del Gobierno, que no asume ni siquiera ese posible compromiso de cambios futuros. En este sentido, el PSOE, con el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la cabeza, mantiene la posición de la que no se ha movido un ápice desde que comenzó la negociación, y que se basa en tres premisas: no tocar ni una coma del texto pactado por los agentes sociales, no comprometerse a negociaciones posteriores que revisen el acuerdo y no aceptar su tramitación como proyecto de ley.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. (Foto: Google)



Comunicado de rechazo

La postura del PSOE en esta negociación ha lanzado de manera prácticamente definitiva a parte de los partidos que generalmente han apoyado al Gobierno al bando del “no” al texto de la reforma laboral. ERC, EH Bildu, socios habituales del Ejecutivo, junto con el BNG y la CUP, han escenificado este rechazo en el Congreso de los Diputados. Los cuatro grupos leyeron este jueves un comunicado conjunto, al que finalmente no se ha sumado el PNV, en el que piden tumbar por completo la reforma laboral del PP o tramitar el nuevo texto como proyecto de ley para poder revisarlo en el Parlamento.



A juicio de estos grupos, el decreto de reforma laboral acordado con sindicatos y empresarios «no constituye la derogación de la reforma laboral del 2012» y estiman que las reformas desarrolladas en el mismo, “son totalmente insuficientes para alcanzar el objetivo de restituir los derechos laborales básicos» que consideran que fueron «arrebatados» con la reforma del PP.

Entre las propuestas que estas formaciones han detallado está la prevalencia de los convenios autonómicos, la recuperación de la indemnización de 45 días por despido improcedente y los salarios de tramitación, la vuelta de la autorización administrativa para despidos colectivos o la prioridad total de los convenios de sector sobre los de empresa.

ERC, Bildu, CUP y BNG reafirman su «no» a la reforma laboral (Foto: Google)

A por los votos de Ciudadanos

Ante la pérdida del apoyo de estos grupos, el Gobierno, o al menos la rama socialista del mismo, intenta lograr el apoyo de Ciudadanos. La propia presidenta de esta formación, Inés Arrimadas, ofreció al Gobierno el apoyo de su partido “siempre y cuando no se toque ni una coma”. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el portavoz parlamentario del Grupo Socialista, Héctor Gómez, han mantenido contactos durante los últimos días con el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, para «confirmar» el apoyo de los nueve votos de la formación naranja al decreto de reforma laboral sin cambios.

Paralelamente, Héctor Gómez está intensificando las conversaciones con los grupos minoritarios para convencerlos de que voten “sí”. De momento, el socio mayoritario del Gobierno se muestra optimista y, aunque cree que los números le podrían permitir sacar adelante el proyecto, este cálculo no está del todo claro, ya que habría que unir voluntades de, al menos, nueve partidos políticos para tener algo de tranquilidad y a 11 para ganar la votación sin problemas.

Félix Bolaños, ministro de la Presidencia. (Foto: Moncloa)

Se trata de sumar a PSOE y Podemos (154 votos), los votos de Ciudadanos (nueve), UPN (dos), Nueva Canarias (uno), Coalición Canaria (uno), Teruel Existe (uno), PRC (uno) y PDeCAT (cuatro). Con estas formaciones alcanzaría 173 apoyos que podrían llegar a 177 si se logra añadir al diputado Pablo Cambronero que abandonó el grupo de Ciudadanos, más los tres escaños de Más País y Compromís.

En cualquier caso, y aun logrando una mayoría a favor de la reforma, la victoria del Gobierno podría no ser completa, ya que algunas de las formaciones que se decantan por convalidar la reforma podrían apostar por que la misma se tramite como Proyecto de Ley, lo que abriría la puerta a que los grupos del Congreso introduzcan en la misma modificaciones vía enmienda. Esto, no solo es rechazado por el PSOE, sino que es algo de lo que no quiere oír hablar la CEOE cuyo presidente, Antonio Garamendi, ya ha dicho que “si al texto le cambian una coma, quizá no puedan volver a contar con nosotros».

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