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Encarnación Roca, exvicepresidenta del TC: “Recibí presiones del poder político para votar a favor del estado de alarma”

Afirma que “en este país el Poder Judicial ha demostrado que es lo suficientemente independiente como para garantizar a los ciudadanos que no está absolutamente politizado”

Mª Encarnación Roca Trías, durante una entrevista en E&J TV. (Imagen: E&J)

Tiempo de lectura: 3 min

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Encarnación Roca, exvicepresidenta del TC: “Recibí presiones del poder político para votar a favor del estado de alarma”

Afirma que “en este país el Poder Judicial ha demostrado que es lo suficientemente independiente como para garantizar a los ciudadanos que no está absolutamente politizado”

Mª Encarnación Roca Trías, durante una entrevista en E&J TV. (Imagen: E&J)



 

Encarnación Roca, exvicepresidenta del Tribunal Constitucional, recibió presiones del poder político para que votara en contra de la inconstitucionalidad del decreto sobre el estado de alarma decretado por el Gobierno durante la pandemia de la Covid.



En una entrevista en Economist & Jurist TV, la magistrada ha explicado que ha sido la única vez que se le ha dado esta circunstancia en el tiempo que ha formado parte del tribunal de garantías. “Es la única presión [política] que he recibido en toda mi vida”, señala. “Es más, yo diría que he recibido más presiones de particulares en el Tribunal Supremo que del Gobierno”, explica. No dice de quién se puso en contacto con ella, aunque sí aclara que fue mediante una llamada telefónica.

“El decreto podría haber sido utilizado para resolver de entrada lo que estaba pasando con la Covid, porque eso no lo había previsto nadie. El principal problema de este tipo de estados de alarma es el control del Ejecutivo” destaca Encarnación Roca.



A este respecto, recuerda que “hay una serie de normas constitucionales que establecen limitaciones para evitar que el Ejecutivo se haga con todo y aquí no había control”. Según explica, “el Ejecutivo estaba absolutamente descontrolado y esta fue la única razón por la que yo me incliné por considerar inconstitucional el estado de alarma”. “Todo era un disparate”, sentencia.



En el transcurso de la conversación ha habido una cuestión que ha terminado siendo recurrente y que puede hilar perfectamente con las presiones que recibió en el Constitucional: la separación de poderes. A su juicio, “en España no hay una exacta separación de poderes”. Entiende esta jurista que “el Ejecutivo es el propietario del Legislativo”. Esto lleva a que “las minorías políticas solamente pueden acudir a los tribunales para obtener la protección de sus derechos”. “Por eso creo que si Montesquieu levantara la vista se asustaría un poco o pensaría que a lo mejor su idea de la separación de poderes no podía ser tan precisa ni tan exacta”, subraya.

Sobre el intento de control del Poder Judicial por parte el poder político, afirma que “la invasión el Poder Judicial no siempre se consigue porque una cosa es proponer a personas que tú crees que van a estar a favor y otra que luego, cuando estas personas tienen que actuar como tales jueces, ya investidos de su auténtico poder, actúen a favor del Ejecutivo que les ha propuesto”.

Defiende, asimismo, la independencia del Poder Judicial y pone como ejemplo el hecho de que “en este país se ha condenado al señor Urdangarín, se ha condenado a Barrionuevo y Vera…”. “En este país el Poder Judicial ha demostrado que es lo suficientemente independiente como para garantizar a los ciudadanos que no está absolutamente politizado”, subraya.

Sede del Tribunal Constitucional. (Foto: Tribunal Constitucional)

En cuanto al bloqueo del Consejo General del Poder Judicial, considera que “no hay una auténtica voluntad de desbloquear el gobierno de los jueces” y critica que “ahora tenemos que inventarnos no sé cuántos sistemas extrañísimos para nombrar a dos magistrados del Tribunal Constitucional cuando lo más lógico es que esa ley no se hubiera producido porque cuando se limitan las competencias del Consejo General del Poder Judicial en la cuestión de los nombramientos se está castigando al Poder Judicial que no tiene ninguna culpa de que dos no se ponga de acuerdo para renovarlo”.

En el tiempo que estuvo en el Constitucional, al tribunal de garantías han llegado varios recursos de condenados por el denominado procés en Cataluña. Sobre esta cuestión, afirma que “ha habido muchos errores por ambas partes” y recuerda que cuando Francisco Pérez de los Cobos dejó el Tribunal Constitucional afirmó que “esto es una cuestión política no una cuestión jurídica. No se puede trasladar al Tribunal Constitucional la solución el tema porque esto es imposible”.

3 Comentarios
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Anonymous
1 año atrás

El problema no son las presiones, estas han existido, existen y existirán hasta el día del juicio final. La cuestión es qué ocurre si un magistrado se opone y resuelve de conformidad con lo que considera que establece la norma correspondiente y que es contraria a lo que las presiones le dicen que resuelva. Asimismo, si las presiones son habituales o excepcionales

Nombre
jorge
Anonymous
1 año atrás
Reply to  Redacción

Las presiones no son tan importantes como la prevaricación. Más importante aún es la impunidad de los jueces. En este sentido, conviene recordar que el poder judicial es el único que se juzga así mismo. A los jueces tendría que juzgarlos un jurado popular y no sus compañeros de fatigas. En fin

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jorge

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