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¿Cómo visten los abogados de diferentes países?

Justo Grau Sartorial

Asesor en comunicación, imagen y protocolo




Tiempo de lectura: 4 min



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¿Cómo visten los abogados de diferentes países?



La profesión de abogado suele traer consigo la obligación de viajar a otros países, que en muchas ocasiones supone grandes diferencias socioculturales respecto al país de origen. Entre esas diferencias encontramos todo lo referente a cómo visten las personas en el ámbito profesional, con peculiaridades propias de cada país. Un abogado debería conocer dichas características para adaptar su forma de vestir en el ámbito profesional del país donde viaja.

Al comparar los estilismos de los abogados de diferentes países uno se da cuenta de que, a pesar de la globalización, que también ha tenido su efecto sobre los códigos de vestimenta del ámbito profesional, la mayor parte de países tienen sus propias particularidades que, más allá de lo anecdótico, conviene conocer. Y es que la elegancia no es exclusiva ni de un país, ni de un grupo social determinado; así, los estilismos de cada país tienen sus propios rasgos que les diferencias de otras naciones.



España es un país tímido, que no arriesga, salvo algunas excepciones como por ejemplo, Sevilla, ayudada por el carácter andaluz y su luminosidad. Las ciudades norteñas se caracterizan por el buen vestir y las ciudades de costa por su relativa informalidad influenciada por el clima. Se ha extendido el uso del mocasín (especialmente en Madrid), concretamente el conocido coloquialmente como “Castellano”, para acompañar al traje lo que, según las normas de vestir comúnmente aceptadas, es erróneo. Es un calzado reservado para usos informales sin traje. Se ha perdido prácticamente el uso de los trajes de tres piezas (chaleco) y se ha extendido el recurso de las prendas sport para resguardarse de la lluvia, unas prendas que no son oportunas cuando se viste traje, pues lo eficaz es el abrigo y la gabardina, esta última en caso de lluvia.

Francia destaca por su tendencia a la sobriedad y a la ausencia de “riesgo”, su gusto por los colores monótonos, muy comunes en el ámbito de la política (Emmanuel Macron es un buen ejemplo). Su día a día ha sido el traje de una hilera de botones gris oscuro o azul marino, camisa blanca o azul cielo y corbata discreta. Están permitidos los zapatos color café más o menos claros, incluso de ante, habitualmente de cordón.



Inglaterra. Si usted se reúne en Inglaterra, deje las corbatas a rayas en casa porque la combinación de colores podría ser la de algún college o club exclusivo, y quien no es miembro se pone en evidencia (por ejemplo, las rayas finas de color azul claro sobre negro son las de los graduados en el elitista Eton College). Más allá de la anécdota, los trajes son oscuros, eso sí, las corbatas son más atrevidas en sus colores en comparación con España y es relativamente frecuente ver a ejecutivos con camisas de cuadros o vichy. Los ingleses han marcado la forma de vestir de muchos países, prefieren los patrones clásicos, que denotan su seriedad y discreción, y sin duda, utilizan los zapatos Oxford negros, icono de elegancia.



Italia. Los italianos han adaptado el estilo inglés a su forma de vida, más extrovertida que la británica, y su clima más favorable. Han sabido desestructurar las prendas para adaptarlas al cuerpo y hacerlas más livianas; también sus diseños se alejan de la sobriedad y clasicismo británico. Sus chaquetas son más ceñidas, cortas y sus mangas más estrechas; del mismo modo han acortado el largo del pantalón y han disminuido el diámetro de camal. Con frecuencia sus estilismos son atrevidos, incluso en otoño/invierno, y son fanáticos de los pañuelos de bolsillo. Les apasionan los trajes y abrigos cruzados, con las solapas extremadamente grandes y anchas, y rara vez los veremos con zapatos de color negro.

EEUU es un país relativamente indiferente hacia el buen vestir. Los americanos tienen fama de directos, poco ceremoniosos y de una cultura eminentemente práctica. Esta es la justificación de que descuiden su vestimenta. Es un país con particularidades como el uso del cuello de camisa de botón con corbata, un tipo de cuello que se popularizó al utilizarlo los jugadores de polo para evitar el molesto aleteo que producía el cuello de camisa sin botón. Otro de los rasgos de EEUU es el uso del mocasín cuando se viste traje.

México, concretamente su capital, se caracteriza por el uso de trajes demasiado amplios, lo que perjudica a la hora de estilizar a los hombres. Las hombreras sobredimensionadas, los camales y mangas demasiado amplios y largos, son muy comunes en el ámbito profesional. Asimismo, se utiliza con demasiada frecuencia el mocasín, algo que según las normas de estilo no es adecuado. Es muy poco común el uso del zapato de cordón, especialmente el Oxford, que es el tipo de calzado más adecuado para acompañar al traje.

Japón. Los japoneses siguen con especial atención lo que ocurre en las principales ciudades europeas. Los orientales son poco dados a la socialización fuera de sus entornos familiares y personales. No son partidarios del contacto físico, ni al saludar ni al charlar con otras personas, y no les gusta demostrar sus sentimientos o emociones en público. Por estos motivos tenemos que aprovechar el recurso de la vestimenta para conseguir nuestros objetivos en el ámbito de los negocios; asesorar sobre qué colores debemos utilizar o qué líneas y formas de nuestro atuendo son las más adecuadas en una reunión en función de nuestros objetivos es algo de lo que nos encargamos los asesores de imagen profesional.

 

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