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Noticias Jurídicas

Lo que procuramos

"Y todos con lo nuestro, en este microcosmos agitado de Juzgados y Parlamentos, espadas y togas, champanes, máscaras y mascarillas"

De izqda a dcha: Juan Carlos Estévez, Juan José González Rivas, Carmen Calvo, Gabriel María De Diego y Manuel Pizarro (Foto: Consejo General de Procuradores de España)

Pablo Capel Dorado

Director general de Economist & Jurist Group




Tiempo de lectura: 3 min

Publicado




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Lo que procuramos

"Y todos con lo nuestro, en este microcosmos agitado de Juzgados y Parlamentos, espadas y togas, champanes, máscaras y mascarillas"

De izqda a dcha: Juan Carlos Estévez, Juan José González Rivas, Carmen Calvo, Gabriel María De Diego y Manuel Pizarro (Foto: Consejo General de Procuradores de España)



Madrid, un hervidero de intenciones desparramadas en asfalto, acoge insólitos saraos de protocolo, no por ello burbujeantes de un champán escondido por la Covid. Las baldosas ya van oyendo nuestros pasos recién imbuidos por el frenesí de un bachiller en busca del tiempo perdido. Ahora la ciudad bien parece un poliedro encendido de azul mascarilla. Cualquier plan nos viene fetén. Y ayer el Círculo de Bellas Artes se tiñó de rojo Procura, pues toda intención ennoblece y viste con el glamour austero del jurista.

Los premios de la Procura tienen lo español en su médula y Gabriel de Diego tiene mucho de buen pater familias patrio, de los que habla con la destreza de un sacerdote de homilía y vino, de autoridad en mesa y copioso cordero lechal. Tiene la autoridad en su foro y capta la atención del ajeno, pues orbita en él cierta calidez, dizque confianza. Enlazó con los galardonados.



Fue Marta Robles quien salió de televisión a lo analógico para dar paso a Manuel Pizarro, que recoge los premios con la naturalidad del dichoso. Nada sobra ni falta. Pizarro es una balanza muy equilibrada, ahora teñida de oro. Tiene cadencia de técnico y ademán enciclopédico. Y un rosario de funciones que dilata. “La Justicia, si no es rápida, no es Justicia”, declamó justamente.



Convivencia y Tolerancia, con la epopeya de la cosa, era el marchamo del segundo premio. Carmen Calvo vino a recogerlo con afinado registro parlamentario. Pero no es procurador de la Corte Juan Carlos Estévez, quien le recitaba parabienes en esta corte con alguna intriga: Isabel Díaz Ayuso refulgía en su ausencia.

La presidenta tiene pingüe agenda. ¿Estará descubriendo “este Madrid que nos hemos dado”? Tiene magnitud y selecciona su tiempo. Se la rifan. Pero no se ha dejado querer, al menos en la ocasión, en el mundo de la toga y la espada. Isa es una mujer que guerrea en mil bretes y que no compareció en esta lid. Esperemos que al menos estuviera salvando Madrid.



También hubo ausencias de cuerpo presente. Juan José González Rivas no llegó a pronunciarse. Su voto fue demasiado particular. Lo emitió en silencio y no hizo mutis por el foro. Salió de la escena silente y no lo vimos en los vinos.

El cocktail fue un asedio a los ilustres, burbujas de los tres poderes. Los del Ejecutivo, todo champán y canapé, traman y trituran leyes. Grande-Marlaska paseaba con la prestancia del que conoce el poder en su Interior. Es un tipo afable y serio. No está para bromas. Sí lo está Juan Carlos Campo, que respiraba, y no es poco. No bregar con el Consejo le ha renovado. Aún es reciente para nosotros y por eso despachaba tranquilo a una melé de curiosos.

Nuestra Victoria Ortega es un alma juvenil muy responsable. En su discreción hay grandes proezas. Tiene la franqueza en la mirada y un pulso acelerado. Está para todos. Y todos la estimamos.

Marlen Estévez y Clara Cerdán clavaron su elegancia en la jornada como estilete. Su esbeltez dibuja las líneas de la abogacía del presente, que es de las mujeres.

Juan Gonzalo Ospina tiene frescura y viste las galas. Se lo pasa uno bien con Juango, que habla de diligencias contra los excesos de la benemérita mientras atiende al personal en el photocall, junto con Alberto Cabello, que ya no es promesa. Conversa de su despacho con el vigor del ahora. Es natural como el agua, copa en mano. Y Maia Román, su análoga nacional, representa a los abogados jóvenes sin ruido, austera toda ella. El futuro será mejor, se dice uno.

Los periodistas estuvimos allí, como sabuesos de titulares que no hubo. Carlos Berbell y Carlos Capa ya conocen esta socialité. Todos le dimos la bienvenida a Aurelio Fernández, siempre estrechando manos.

Y todos con lo nuestro, en este microcosmos agitado de Juzgados y Parlamentos, espadas y togas, champanes, máscaras y mascarillas. Todos en el evento, procurando lo mismo: que se haga Justicia, y que sea rápida.

De izqda a dcha: Aurelio Fernández, CEO de E&J; Victoria Ortega, presidenta del Consejo General de la Abogacía Española; Pablo Capel Dorado, director de la revista E&J; y Magnolia Fernández, directora de relaciones institucionales de E&J Group

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