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La firma

El metaverso también tendrá implicaciones legales

"El metaverso alterará la forma en que trabajamos y vivimos"

Mark Zuckerberg junto a su avatar en en el Metaverso (Foto: Meta)

Marlen Estévez

Socia y directora del Departamento de Litigación, Arbitraje y Mediación de RocaJunyent




Tiempo de lectura: 5 min



La firma

El metaverso también tendrá implicaciones legales

"El metaverso alterará la forma en que trabajamos y vivimos"

Mark Zuckerberg junto a su avatar en en el Metaverso (Foto: Meta)



En un entorno digital en constante evolución en el que el cambio puede ocurrir en un abrir y cerrar de ojos, el concepto de metaverso es naturalmente seductor para los abogados.

Básicamente el metaverso es un espacio donde se puede interactuar con objetos virtuales en la vida real con información en tiempo real. Un nuevo mundo, impulsado por la espectacular combinación evolutiva de tecnología, dispositivos y redes de comunicación, que ofrece a los seres humanos la oportunidad de colaborar y realizar transacciones que hace que sean muy permeables las fronteras entre los entornos digitales y el mundo físico.



El metaverso como concepto nace de la novela de ciencia ficción Snow Crash, creada y publicada por Neal Stephenson en 1992, donde se define al metaverso no como una evolución de la Realidad Virtual sino como algo más allá de la misma. Por su parte, la palabra metaverso se deriva del prefijo «meta» (que significa más allá) y la raíz «verso» (que significa el universo) en sí significa «más allá del universo», pero ¿Quién opera exactamente el metaverso?

Snow Crash, de Neal Stephenson (Foto: Amazon)



A pesar de que es un punto de debate, es poco probable que una sola entidad la construya u opere, en cambio con muchas partes interesadas (individuos, empresas, gobiernos, etc.) contribuyendo a su existencia.



Imagina entrar en un mundo cibernético: el metaverso es un espacio donde puedes interactuar con objetos virtuales en la vida real con información en tiempo real. Es probable que ya has visto este concepto demostrado en películas y en televisión programas, por ejemplo como Iron Man, Ready Player One, The Feed, por nombrar unos pocos.

Ahora bien, aunque el sector del entretenimiento y los medios está a la vanguardia de este fenómeno, el resto del mundo comercial le sigue de cerca: sanidad, finanzas, energía, logística e incluso las más tradicionales. Asimismo, las industrias manufactureras pronto se verán afectadas por lo que está sucediendo en estos nuevos entornos en línea.

No cabe duda de que, desde una perspectiva empresarial, el metaverso es ahora una consideración de importancia crítica y de gran influencia. Es lo que se conoce como internet 3.0.

El metaverso alterará la forma en que actuamos, socializamos, trabajamos y vivimos nuestras vidas, pues puede ofrecer educación, investigación, trabajo, ocio, arte, religión, deporte, ciencia, economia, etc. Las posibilidades son las mismas que en la realidad natural pero en otro entorno. Por eso el metaverso también tendrá implicaciones legales. Sin embargo, hasta la fecha, no existe un marco legal específico para regularlo.

Eso hace que surjan un montón de interrogantes que todavía carecen de respuesta, tales como lo siguientes: ¿Cómo afectará el metaverso a las leyes que regulan la protección de datos? ¿se verá afectada la fiscalidad? ¿y las normas de competencia?

Será fascinante ver por ejemplo qué cambios deberán realizarse en la práctica, ya sea en el metaverso para adaptarse a las leyes de privacidad existentes o en las leyes de privacidad existentes para adaptarse al metaverso.

Mark Zuckerberg, presidente de Facebook (ahora Meta) (Foto: Facebook)

¿Habrá alguna forma de brindar seguridad jurídica a empresas que hacen negocios en el metaverso? ¿Qué medidas deben tomarse para proteger a los consumidores? ¿Qué sucederá con conceptos como el de propiedad / posesión? ¿Podrían los NFT ofrecer una solución?

Los NFT son activos digitales, que también reciben el nombre de tokens no fungibles y se están convirtiendo en la sensación del mundo del arte digital o los coleccionables ya que la tecnología de los NFT permite comprar una obra de arte digital única en la red, puede tratarse de un cuadro, un dibujo o cualquier tipo de obra. En estos casos, el token no fungible sirve para demostrar su autenticidad, y utiliza la tecnología blockchain para asegurar que no se produzcan copias.

No obstante, si bien actualmente se están utilizando de forma mayoritaria para comprar arte digital, también se han tokenizado casas, oficinas, terrenos e incluso ropa de diseñadores. Todo es susceptible de ser “tokenizado”: desde una columna de un periódico hasta un tuit. Es el caso del fundador de Twitter, Jack Dorsey, que lanzó a subasta un token no fungible de su primera publicación en la red social obteniendo una recaudación de 2,9 millones de dólares. De igual forma ya hay youtubers como Willyrex que se han sumado a la tendencia y que han lanzado una colección de NFT ¿nos lleva esto a pensar que serán mayoritariamente utilizados en el metaverso?

También se han tokenizado casas, oficinas, terrenos e incluso ropa de diseñadores

Por otro lado, si las personas viven en el mundo de metaverso en el futuro, ven hermosas obras de arte de NFT, juegan juegos de blockchain, trabajan y se comunican con socios del equipo, compran o venden bienes y servicios, también tendrán disputas con otros en el meta universo y si estas no se resuelven y necesitamos litigar ¿cómo lo haremos? ¿existirán también cortes virtuales?

En este tipo de controversias, es difícil analizar cuál sería la ley aplicable en un mundo digital, transfronterizo y descentralizado.

Sin duda otra área que se verá afectada será la de la propiedad intelectual, el metaverso podría tener creaciones virtuales por avatares y aspectos de inteligencia artificial integrados en ellos. Si tales creaciones se consideran creaciones de IA y no creaciones humanas, es posible que no se les permita ciertos tipos de protección de propiedad intelectual. En EEUU por ejemplo, la ley de derechos de autor no tiene un requisito expreso de autoría humana; sin embargo, los tribunales de EEUU y la Oficina de derechos de autor generalmente operan sobre la base de este requisito y niegan el registro de obras no creadas por humanos.

Estamos lejos de una regulación específica a cualquier nivel para el metaverso

Y por último ¿existirán identidades fragmentadas de los usuarios? ¿Es posible entender que el individuo dentro del metaverso es el mismo que lo creó en el mundo real? Desde luego, no parece evidente que algo o alguien exista solo en el ámbito analógico o solo en el digital.

Con tantas preguntas sin respuesta, queda claro que estamos lejos de una regulación específica a cualquier nivel para el metaverso, lo que no deja de ser habitual si recordamos el inicio de todas las grandes tecnologías disruptivas, como el comienzo de Internet y de las redes sociales empezaron de la misma forma.

No obstante lo anterior, tenemos que velar para que la protección de los derechos de aquéllos que usen el metaverso sea equivalente a la de la realidad natural y aquí es donde juega un papel fundamental el derecho y por ende el legislador quien debe encargarse de generar marcos protectores, ordenadores y vertebradores que establezcan normas de convivencia social con el fin de dotar a todos los miembros de la sociedad de los mínimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y justicia.

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