Mediación vs. litigio: La guerra de los tiempos y costos en la resolución de los conflictos legales

En el complicado entramado de conflictos legales, a menudo nos vemos obligados a recurrir a los tribunales como única vía para resolver disputas. Sin embargo, antes de embarcarnos en ese arduo y prolongado proceso, deberíamos considerar detenidamente las alternativas.

Si nos detuviéramos a reflexionar sobre el tiempo y los recursos que potencialmente consumiría el litigio, quizás optaríamos por un enfoque más eficiente y económico. En España, el tiempo promedio para obtener una sentencia favorable oscila alrededor de los 2 años, que pueden extenderse hasta 4 años en caso de apelación. Además, una vez obtenida la sentencia, todavía enfrentamos la tarea de ejecutarla, un proceso que consume en promedio 41 meses y con un éxito del 35% en su totalidad (según datos del CGPE 2021). Es decir, el 65% restante se ejecuta parcialmente o nunca se materializa.

¿Qué nos queda entonces después de dos o cuatro años de litigio, costos significativos y, en muchos casos, una sentencia desfavorable que conlleva cargos adicionales? La mediación surge como una alternativa mucho más atractiva y eficaz en muchos sentidos.

La mediación es un método para gestionar conflictos entre partes, ofreciendo la asistencia de un tercero neutral e imparcial (el mediador) para facilitar la comunicación y buscar soluciones creativas. La figura del mediador, neutral e imparcial emplea habilidades y técnicas específicas para ayudar a las partes a ver sus problemas desde nuevas perspectivas.

Los objetivos de la mediación son claros:

• Reducir la ansiedad y otros efectos negativos del conflicto, buscando una solución consensuada.
• Preparar a las partes para aceptar las consecuencias de sus decisiones.
• Producir un acuerdo que las partes puedan aceptar y cumplir.
• Focalizar en cómo resolver el conflicto, en lugar de indagar en sus causas.

Además, las ventajas de la mediación son numerosas:

• Control del proceso y resultado por las partes.
• Colaboración entre las partes durante todo el proceso.
• Enfoque en soluciones win-win.
• Flexibilidad para abordar distintos aspectos del conflicto.
• Participación de las partes.
• Compromiso con el resultado, ya que los acuerdos suelen cumplirse.
• Posibilidad de reanudar el diálogo entre las partes.
• Rapidez en la búsqueda de soluciones creativas.
• Reducción significativa de costos y tiempos en comparación con los procedimientos judiciales.

En definitiva, la mediación ofrece un ahorro de costos entre un 50% y un 70% en comparación con los procesos judiciales, además de una resolución más rápida y eficiente. Es hora de considerar seriamente la mediación como una alternativa viable y beneficiosa para resolver conflictos legales. En lugar de enfrentarnos a largos litigios con resultados inciertos y costos prohibitivos, demos una oportunidad a la mediación.