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¿China ayudará a Rusia en la guerra de Ucrania?

Pekín no quiere que la crisis ucraniana perjudique sus relaciones con Occidente

Vladimir Putin y Xi Jinping. (Foto: Ministerio de Asuntos Exteriores chino)

ÁLVARO NAVARRO / Nueva York

Responsable de contenido internacional y corresponsal en EE.UU.




Tiempo de lectura: 4 min



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¿China ayudará a Rusia en la guerra de Ucrania?

Pekín no quiere que la crisis ucraniana perjudique sus relaciones con Occidente

Vladimir Putin y Xi Jinping. (Foto: Ministerio de Asuntos Exteriores chino)



Cerca de cumplirse veinte días desde el inicio de la contienda militar en Ucrania, Rusia, que por el momento no ha conquistado Kyiv, busca la ayuda de sus aliados. China, socio incondicional de Moscú, ha preferido mantener una pose conciliadora, aunque algo ambigua, y no se ha pronunciado directamente a favor de la guerra.

Desde Estados Unidos avisan: “estamos comunicando en privado y directamente a Pekín que absolutamente por descontado habrá consecuencias en respuesta a intentos de evasión a gran escala de las sanciones, o un apoyo a Rusia para paliarlas”, ha afirmado el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.



El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, tildó de “desinformación” toda aquella información que prevé una ayuda militar, económica o diplomática por parte de China a Rusia, a pesar de que el Kremlin ha solicitado ayuda a su socio asiático, mientras observa cómo el resto de la comunidad internacional lo aísla e impone sanciones económicas.

Posición china antes y después del inicio de la invasión

El gobierno de Xi Jinnping conocía los planes de Vladimir Putin de invadir Ucrania y le había pedido que no iniciase sus operaciones militares durante el transcurso de los Juegos Olímpicos de Invierno, que tenían lugar en la capital del país asiático.



A principios de febrero, China apoyó la doble postura diplomática anunciada por Moscú: oposición a la expansión de la OTAN y el mantenimiento de la seguridad rusa en Europa.



Cuando Estados Unidos avisó del aumento del contingente militar ruso en las fronteras con ucrania, desde el ministerio de Asuntos Exteriores chino se consideró que tales comentarios únicamente “intensificarían la división y la confrontación” en la región.

Titular de Exteriores de China, Wang Yi. (Foto: Ministerio de Asuntos Exteriores chino)

El 16 de febrero, esta misma institución, en la misma línea que los rusos, comentó que se estaba produciendo una «exageración y difusión de la desinformación» por parte de Occidente cuando hablaba de Ucrania. Tres días después, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, apoyó de manera indirecta la integridad territorial de Ucrania declarando que debían «respetarse las preocupaciones razonables de seguridad”.

El Kremlin avivó la tensión en la región reconociendo la soberanía de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y Pekín no se pronunció a favor de esta decisión, aunque declaró que existía un “contexto histórico complejo y factores complicados en juego” sobre esta cuestión.

El jueves 24 de febrero Putin pulsó el botón rojo y atacó por tierra y aire posiciones militares ucranianas, así como objetivos civiles. El ministerio de Asuntos Exteriores chino calificó esta acción, al igual que su socio, de “operación militar especial” y comentó que Estados Unidos “inició el fuego y avivó las llamas”.

Desde aquella jornada, las balas sustituyeron a las palabras y la postura de Pekín se arrugó ante el rechazo masivo de gran parte de la comunidad internacional hacia Rusia, y comenzó a mantener una versión conciliadora, aconsejando resolver todo lo sucedido en Ucrania por medio de las negociaciones.

Aún así, desde el gobierno de Jinping como en la prensa nacional, controlada por Pekín, no han llegado a utilizar los términos “guerra” o “invasión” cuando han informado sobre Ucrania. China no votó a favor en la resolución emitida el 26 de febrero por el Consejo de Seguridad de la ONU, y se abstuvo en la votación llevada a cabo en la Asamblea de la ONU, en el que se condenaba la invasión rusa a Ucrania.

Con el objetivo de certificar su neutralidad en esta crisis, Wang Yi publicó una declaración a finales de febrero declarando:

  • Que la soberanía e integridad territorial de todos los países tiene que ser respetada, aplicable incluso al “caso ucraniano”.
  • Que los intereses sobre seguridad de todos los países tienen que ser respetados, incluido los propios de Rusia sobre la expansión de la OTAN.
  • Que esta crisis tiene que ser resuelta por medio de esfuerzos diplomáticos.
  • Que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene que jugar un rol constructivo (a pesar de que China no avalara su resolución emitida en contra de las acciones rusas).

Presidentes de China, Francia y Alemania. (Foto: Ministerio de Asuntos Exteriores chino)

La semana pasada, el presidente chino mantuvo una conversación con sus homólogos francés, Emmanuel Macron, y alemán, Olaf Scholz, sobre la cooperación entre China y la Unión Europea, aprovechando la ocasión para tratar la cuestión ucraniana y reafirmar la preocupante situación que se está viviendo en esta nación.

Lejos de acusar a ningún Gobierno, Jinping afirmó que la negociación es la vía indicada para solucionar este problema.

Templanza en tiempos de guerra

La intervención china por socorrer a su aliado es, hoy en día, una utopía. China está siendo la gran vencedora de esta guerra mientras observa cómo Europa se desangra.

Una posible consecuencia de esta crisis pasa por un debilitamiento económico de Moscú, convirtiéndole en un ente aún más dependiente de Pekín. También esta guerra ha devuelto a Occidente al tablero europeo. De esta forma, el panorama geoestratégico en el Asia-Pacífico permanecerá en el olvido durante un tiempo.

Huelga recordar que China mantiene activas las tensiones diplomáticas con Taiwán, nación que no reconoce como soberana, además que reclama como parte de sus aguas territoriales casi un 90% del Mar del Sur de China, zona geográfica donde ha edificado en los últimos años bases militares sobre atolones o islas artificiales.

Desde que Estados Unidos, Reino Unido y Australia conformaran la alianza AUKUS, en septiembre de 2021, el foco mediático se centró de lleno en el Extremo Oriente, donde se prevé una fuerte pugna entre las dos mayores economías mundiales. Pero con la guerra en Ucrania, el orden mundial retrocede a tiempos de la Guerra Fría, dando aire y tiempo a Pekín, que mantiene una firme postura expansionista sirviéndose de su influencia económica y militar.

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