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Economía

¿Tiene motivos el pequeño inversor para preocuparse por la inflación?

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 2 min

Publicado




Economía

¿Tiene motivos el pequeño inversor para preocuparse por la inflación?

Los bancos centrales achacan la elevada subida de los precios a motivos transitorios



La recuperación de las principales economías se está viendo acompañada por unos niveles de inflación que no se registraban desde hace años. En España, el IPC general subió hasta el 3,3% en agosto, frente al 2,9% en julio. Por su parte, la inflación subyacente (que no tiene en cuenta ni los productos energéticos ni los alimenticios sin elaborar) subió hasta el 0,7% (0,6% en julio).

Durante muchos años, gobiernos y bancos centrales han luchado para evitar que los precios se desbocaran e incluso, en ocasiones, han acompañado sus políticas con mensajes apocalípticos ante eventuales subidas de precios descontroladas. Por eso, no sería de extrañar que muchos pequeños inversores, que han vivido con un constante desasosiego la bajada del precio de sus acciones como consecuencia de las sucesivas crisis económicas de los últimos años, puedan estar preocupados ante una eventual influencia de la inflación alta en su inversión en bolsa. ¿Tienen motivos para estar preocupados?



Como norma general, lo cual no quiere decir que estemos hablando de un axioma, un incremento de la inflación superior al que esperaban los mercados puede afectar de manera positiva o negativa a la bolsa según la situación económica del momento. Por ejemplo, un incremento de la inflación superior a lo previsto en un momento de recuperación económica, podría ser interpretada por los mercados como positiva al representar un mayor dinamismo de la actividad, lo que repercutiría en mayores dividendos de las empresas. Ahora bien, en un momento en el que la economía esté manteniendo un periodo de crecimiento robusto y continuado en el tiempo, la inflación alta podría generar temores de sobrecalentamiento, lo que haría menos atractiva la inversión en renta variable.



A tenor del comportamiento que están manifestando los mercados, parece que estamos en el primer supuesto. En el caso de la Eurozona, ya se había descontado que la inflación se iba a colocar en cotas elevadas. Sin embargo, el Banco Central Europeo achaca este incremento de precios a elementos transitorios como pude ser, por ejemplo, el precio de la energía.

Por lo que respecta a Estados Unidos, el elevado crecimiento de los precios hizo pensar en un recalentamiento de la economía, habida cuenta de que la actividad económica de la primera potencia del mundo ha alcanzado ya los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, tras una reacción negativa por parte de los mercados en el primer trimestre del año, parece que las aguas se han tranquilizado y que ha calado la idea de una elevada inflación por motivos transitorios.



Un elemento que puede servir para calibrar el ánimo de la bolsa es el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A), que experimentó una gran subida en agosto y lleva camino de batir récords. Entre enero y agosto se han realizado operaciones de fusiones y adquisiciones por importe de casi cuatro billones de dólares. En agosto, mes habitualmente tranquilo, se cerraron operaciones por importe de 500.000 millones de dólares a nivel global, cerca del doble del mismo mes del año precedente y los 275.000 millones cerrados en 2019. El incremento de las operaciones corporativas se ha visto favorecido por los bajos tipos de interés, el alto volumen de liquidez global y el incremento de beneficios empresariales, que han impulsado a numerosos consejos de administración a intentar nuevas operaciones.

Llegado este punto, cabe plantear una cuestión que no es baladí: ¿Influirá este dato del crecimiento del mercado M&A en la abogacía?

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