Comer en la Marbella sencilla
Un rincón auténtico de Marbella donde la fritura andaluza y el ambiente popular conquistan a locales y turistas

(Imagen: TripAdvisor)
Comer en la Marbella sencilla
Un rincón auténtico de Marbella donde la fritura andaluza y el ambiente popular conquistan a locales y turistas

(Imagen: TripAdvisor)
Los estudiosos de la cocina española siempre decían: en el norte se guisa, en el centro se asa y en el sur se fríe. Qué gran verdad, cuando cualquier comensal se acerca a la cocina propia de cada región de España. Un perfecto ejemplo de la sabiduría de esta frase es el Bar-Restaurante Canuto.
Situado cerca de la playa menos turística de Marbella, en un barrio popular donde Marbella deja de ser un destino de lujo para aparentar un sencillo pueblo costero andaluz. Sus mesas metálicas, con mantel de papel, se distribuyen en un comedor interior en planta baja y otro en el primer piso, ambos de reducidas dimensiones. Pero, sobre todo, su mejor comedor es la calle, pues sus mesas se reparten generosamente en diferentes ubicaciones de la acera que rodea el local.
Lo mejor del Canuto es lo que se come. Y lo mejor es su fritura. Fríen como solo en Andalucía saben freír. Lo hacen con el aceite a la temperatura debida, lo que provoca digestiones ligeras a pesar de ingerir diversos productos fritos. Dentro de la extensa carta de frituras, son extraordinarias la pijotas, los calamares y los boquerones fritos. También merece especial atención su ensaladilla rusa y el aliño de la ensalada de tomate, así como el sencillo pero auténtico gazpacho de la zona. En casi todos los platos sirven medias raciones, que parecen completas por su generosidad.
La bodega es sencilla. Recomendable pedir un buen vino blanco de la zona de Cádiz, que marida muy bien con la cocina que sirven y tiene muy buen precio y calidad. El público está compuesto, básicamente, por residentes locales de Marbella, personas que trabajan y viven en la zona. En la temporada turística, que en Marbella se extiende desde mayo hasta noviembre, también ocupan sus mesas turistas españoles, provenientes mayoritariamente de Madrid y Bilbao. El servicio es sencillo, pero muy rápido, gestionado por camareros profesionales de pantalón negro y camisa blanca, sin chaquetilla ni corbata.
Se puede comer por 30 euros por comensal. Si visitan este restaurante, situado en la calle Fuengirola 27 de Marbella, conocerán esa otra Marbella, la que no sabe de lujo, pero sí de autenticidad andaluza.
