La Charca Restaurante: fuego, creatividad y los auténticos sabores de Asturias
Una experiencia gastronómica completa donde la tradición asturiana se reinventa con técnica y productos de máxima calidad, combinando sabor intenso y atención cuidada en cada detalle

Chuletón de vaca madurada (Imagen: La Charca)
La Charca Restaurante: fuego, creatividad y los auténticos sabores de Asturias
Una experiencia gastronómica completa donde la tradición asturiana se reinventa con técnica y productos de máxima calidad, combinando sabor intenso y atención cuidada en cada detalle

Chuletón de vaca madurada (Imagen: La Charca)
Con menos de tres meses de vida, La Charca Restaurante irrumpe en un enclave privilegiado de la Plaza de España con la ambición de situarse entre las aperturas más relevantes de la capital. No es una prolongación de la taberna vecina, sino un concepto distinto: mantel largo, cocina asturiana reinterpretada con técnica y fuego y una sala que apuesta por el clasicismo bien entendido.
Precisamente, nada más cruzar la puerta, el espacio se abre con una barra pensada para el disfrute informal: el lugar perfecto para arrancar con una caña bien tirada, dejarse tentar por unos pinchos o alargar la charla con un cóctel entre amigos. Al adentrarnos en el comedor, la sensación cambia por completo: la elegancia contemporánea marca el ritmo de un espacio cuidado al detalle. La iluminación combina distintos registros —ambiental, puntual sobre cada mesa y natural gracias a los ventanales— creando un entorno confortable. El resultado es un salón acogedor, pensado, además de para comer, para prolongar la experiencia en esas largas sobremesas que invitan a la conversación tranquila. Dicha experiencia se completa con la atención del equipo de sala, cercana y profesional, amable sin exceso y siempre dispuesta a orientar con naturalidad. Con nombres como Benito al frente, el servicio logra acompañar sin invadir, en un ambiente de confianza y calidez.
De Asgaya a La Charca: tradición, producto y personalidad de grupo del mano del Manuel Fernández
Detrás de esta nueva apertura se encuentra Manuel Fernández, alma del Grupo Asgaya y responsable de haber tejido en Madrid una de las ofertas asturianas más sólidas y reconocibles. Con esta casa suma ya su séptimo restaurante, confirmando una trayectoria marcada por la coherencia: respeto al producto, defensa de la sidra como emblema y una personalidad de grupo que se percibe en cada local, aunque cada uno tenga su propio carácter. Llevar en el ADN la necesidad de conocer de primera mano la opinión de los comensales, testar lo que ha construido, es algo cada vez menos frecuente y, sin embargo, Fernández mantiene esa rutina, recorriendo sus locales, saludando y preguntando con discreción para asegurarse de que la experiencia se cumpla como pretende.
Los guisos lentos, la cuchara y los productos de temporada, junto con setas, verduras frescas y carne de caza, se combinan con fuego, brasa y el horno de carbón de encina, aportando intensidad y profundidad a las elaboraciones. Platos como las almejas cocinadas en sus propios jugos, la carrillada de cerdo ibérico o el solomillo al cabrales muestran ese equilibrio entre respeto al producto y creatividad. Al frente de la cocina, José Miguel Santamaría domina la técnica y el producto, logrando que cada plato mantenga personalidad propia y coherencia, situando a La Charca entre los referentes recientes de la capital.

Setas de temporada (Imagen: La Charca)
Pequeños bocados, grandes sabores para abrir boca
La carta se presenta bien estructurada y fácil de leer, con una amplia variedad de propuestas en cada aparado. Comenzamos con la Ensaladilla Rusa, muy cremosa, con ventresca y gambón, acompañada de fua. Un plato aparentemente sencillo, pero ejecutado con precisión y una presentación muy cuidada. Entre los entrantes tampoco podían faltar las Croquetas de Carabineros y las Croquetas de Jamón Ibérico. Crujiente perfecto por fuera, sedosa por dentro y con un gusto intenso; las de carabineros resultan especialmente memorables, concentrando toda la esencia del mar en cada porción. Por último, otro bocado muy recomendable son las Anchoas 00, denominación que indica la máxima calidad y grosor uniforme del pescado, servidas con mantequilla ahumada y pan de brioche. La salinidad y la intensidad de las anchoas se equilibran con la untuosidad de la mantequilla, mientras que el pan de brioche incorpora suavidad y un toque dulce que redondea el conjunto.
Dentro de las ensaladas, una opción destacable es la Ensalada de Pimientos Asados con bonito escabechado. Los pimientos, asados al carbón, ofrecen un aroma ahumado intenso y una textura jugosa, mientras que el escabechado proporciona un punto exacto de acidez y firmeza en el bocado. La combinación resulta agradable y elegante, donde cada elemento conserva personalidad sin perder coherencia. Otras opciones podrían ser Ensalada de Bogavante Templada a la Brasa o Ensalada de Burrata con tomate asado a la parrilla.

Albóndigas de rabo de toro (Imagen: La Charca)
Del mar a la brasa y de la tierra a la mesa
Dentro de la sección de pescados, la oferta es variada. Si buscamos lo más destacado, el Rodaballo al carbón con patatas panaderas es una apuesta segura. Los filetes, de grosor perfecto, presentan un sabor intenso y delicado a la vez, con una textura suave que refleja la calidad excepcional del producto. La preparación potencia el carácter natural del pescado, mientras que las patatas, tiernas y ligeramente doradas, aportan un contrapunto perfecto para redondear el plato. También pueden optar por Tacos de Atún Rojo a la parrilla con crema de ajos tiernos, lomo de Pixín con pisto o Merluza con Gulas y Gambas.
En el apartado de carnes, destacan las Albóndigas de Rabo de Toro, de matiz intenso y muy agradable. Se acompañan de un puré delicado que equilibra la fuerza del guiso, convirtiendo cada bocado en un plato ideal para mojar pan. Si se desean continuar con los orígenes, no puede faltar el Cachopo de Solomillo al estilo Asgaya, un clásico del grupo galardonado como uno de los mejores de España.

Cachopo de solomillo (Imagen: La Charca)
Dulzura y maridaje: el cierre ideal para redondear la experiencia
Recomiendo dejar espacio para el postre, donde se abre de nuevo un abanico de opciones muy interesantes. Para no alejarnos de las raíces, optamos por el Arroz con Leche, cremoso y coronado por una fina capa de caramelo. Un estilo propio que no se encuentra en cualquier lugar: el caramelo introduce un toque especial y único, ligeramente tostado, mientras el arroz, templado y perfectamente cocido, conserva la textura suave y aterciopelada, equilibrando dulzura y cremosidad en cada cucharada.
Por último, no podemos olvidarnos de su bodega: un verdadero recorrido por los vinos de España, combinando etiquetas clásicas con descubrimientos de nuevas zonas y productores. A esta selección se suman espumosos de Champagne y, cómo no, la sidra asturiana, seña de identidad del grupo, que aquí vuelve a reclamar su protagonismo. Un Godello de Valdeorras es la elección perfecta para acompañar los platos de pescado, mientras que los Albariños, Verdejos y Chardonnay dotan de frescura y carácter. Entre los tintos, la Ribera del Duero y Rioja dominan con reservas elegantes, los vinos de pago ofrecen estructura y profundidad y los rosados acompañan a la perfección entrantes y guisos ligeros. Cada elección permite maridar con intención, completando una experiencia gastronómica redonda y memorable.
